miércoles, 23 de mayo de 2012

285.- Campo del Chaparro (Binaced - Huesca)



285.1.- Campo del Chaparro (Binaced - Huesca).

La foto está captada desde la carretera regional A-1239, en el Término Municipal de Binaced, aunque la población que se adivina al fondo de la imagen es Esplús, en Los Monegros de Huesca. Algo que no sabe la gente es que el trasvase del Ebro tenía como contrapartida para las regiones donantes la construcción de una serie de infraestructuras para incrementar la superficie de regadío en ellas. Entre otras actuaciones, se contemplaba algo en principio tan descabellado como convertir un desierto en un vergel. Y estas actuaciones si que se ejecutaron, no así las que hubieran beneficiado a la costa sur del Mediterráneo. Visité el emplazamiento de dos embalses. En este viaje me tocó el de San Salvador, nombre que alude a la sierra que le iba a servir de borde. El viaje lo hice en agosto de 2008. La obra se comenzó un año después y es por estas fechas cuando habrá de terminar. Que la empresa es de dudosa necesidad lo atestigua que el cultivo que ocupa los campos ya en regadío es el maíz. La extensión de este cultivo crece en España en progresión geométrica. No requiere suelos muy fértiles y suele regarse con aspersores. Lejos la necesidad de aplicar el sofisticado riego por goteo. Se ducha el cereal y listo. El uso de los pivotes de riego, tuberías de las que mana el agua que se desplazan lentamente por el área a regar, con uno de sus extremos fijo, da lugar a esos círculos que desde el aire, en foto de satélite o desde un avión, tan sorprendentes parecen. La imagen se estructura en cuatro capas. La primera con la vegetación de retama en primer término, matorral indicativo de que nos encontramos en una zona con no demasiadas precipitaciones. Es un desierto, ya lo hemos dicho. La segunda capa es la del cultivo de maíz, verde intenso. Suele regarse por la mañana y al atardecer. Durante las horas centrales del día los estomas de las plantas están cerrados para ralentizar la transpiración y ahorrar agua. En la tercera capa se sitúan los campos agostados, posiblemente en barbecho. Si la calidad del suelo es deficiente ha de dársele descanso y no sembrar algún año, a veces varios seguidos, para que de tiempo a que recupere los elementos minerales que habrán de nutrir a las plantas que se cultiven. En la tercera capa se sitúa la población oscense de Esplús. El cielo es pura neblina que desbibuja en parte el pueblo.



285.2.- Campo del Chaparro (Binaced - Huesca).

Antes de alcanzar la curva desde donde hago las fotografías, la carretera ha atravesado la Acequia de la Encomienda de Esplús, que puede verse en mitad de la imagen, un ramal del canal del Zaidín, que abastace para el riego los campos a la vista. La conversión de la Comarca del Cinca Medio en regadío es una transformación ya iniciada y que el Embalse de San Salvador permitirá completar. El puente de cruce se sitúa junto a la nave agrícola, en cuya entrada hay apilados pacas de forraje. La localidad que cierra la imagen y que se desparrama por el horizonte y más allá de él es Binéfar. Desde el aire esta tierra ofrece un curioso teselado, con círculos inscritos en cuadrados e hileras de ellos en rectángulos. Los círculos de tocan en un solo punto como si se besaran entre sí. Un aspecto que da a un tiempo la sensación de gran actividad y desorden.



285.3.- Canal del Zaidín (Binaced - Huesca).

El beneficiado directo de la construcción del embalse de San Salvador es el Canal del Zaidín, un ramal del  Canal de Aragón y Cataluña. El proyecto afecta a los términos municipales de Albalate de Cinca, Belver de Cinca y Binaced, aunque los beneficios de la actuación se extiende a la totalidad de la zona regable del citado canal. Cuando conocí Huesca los que más impresionó de ella fue su variedad de paisajes, la extensión de sus campos de trigo y cereal de secano, el exagerado número de cigüeñas en sus torres, campanarios y otros lugares elevados y, lo que más, la profusión de canales de riego. O eso me pareció. El agua corría canalizada por doquier. Supongo que es lógico siendo etapa del Ebro y algunos de sus principales afluentes, y con los Pirineos cerrando su territorio por el norte. Tierras áridas aunque con abundante disponibilidad de agua. Para resolver esa paradoja de forma favorable están los ingenieros. Si el Ebro corre caudaloso y las precipitaciones son más bien escasas, en Zaragoza capital rondan los 400 mm que, junto a los vientos constantes, convierten la existencia para el arbolado en un calvario, entonces habrá que concluir que el caudal que trae el río procede en buena medida de aportes de las regiones procedentes en su recorrido. Su cesión a la costa mediterránea a través de un trasvase sería una actitud más que razonable, conceder parte de lo que se ha recibido en donación. No se porque este tema ha de ser tan polémico. "El agua para quien le llueva", dijo José Antonio Labordeta. Pues mucha de la que lleva el Ebro llueve en sitios que no son Aragón.

lunes, 21 de mayo de 2012

284.- Embalse de Ulibarri (Arrazua-Ubarrundia - Álava).



284.1.- Embalse de Ulibarri (Arrazua-Ubarrundia - Álava).

El embalse de Ullíbarri-Gamboa surge del represamiento de las aguas del Río Zadorra en un punto de su curso situado entre las poblaciones de Ullíbarri y Arroyabe. Es el más grande del País Vasco, con una capacidad de 146 Hm³ para el abastecimiento para consumo humano de las poblaciones de Álava y Bilbao. Se sitúa muy cerca del embalse de Urrúnaga, a no más de 3 kilómetros, siendo utilizado el espacio que media entre ellos como corredor para carreteras y vías de ferrocarril. Por ahí iba a discurrir, discurre ahora, la autopista AP-1, cuyo recorrido iba a visitar. E imagino que por ahí se trazó la Línea de Alta Velocidad de la Y Vasca. Fue mi última parada del día, y la luz a pesar de lo avanzado de la tarde venía a ser la misma que en el inicio de la jornada de trabajo. Las nubes, algunas bastante grises, hicieron que me apresurara en acabar de tomar fotos. Hice pocas. En general durante todo el día. Aunque parezca increíble porque apretar un botón se supone que no supone esfuerzo, a medida que el cansancio se acumula se tiende a fotografiar cada vez menos. Había unas vacas enormes a la orilla del lago aprovechando los pastos. No se si es algo prudente ya que se trata de agua para beber. En Galicia y Asturias los ríos tienen problemas de salubridad a pesar de la salud de su medio ambiente porque rara es la ribera que carece de un prado donde pace el ganado, y lo que defecan escurre con la lluvia hacia la corriente. Pero supongo que es algo controlado. En la orilla contraria había montañas nevadas.



284.2.- Embalse de Ulibarri (Arrazua-Ubarrundia - Álava).

Como el de Urrúnaga, el embalse de Ulibarri tiene un contorno muy irregular, con dos islas incluso en su centro, la Isla de Zuazo y la Isla de Los Caballos, con un albergue en la primera al que supongo que ha de accederse en barco, porque puente no existe según lo compruebo en la imagen de satélite. Como en la imagen precendente, la ribera del lado más distante presenta prados ganaderos, y el suelo en el istmo en primer término parece haber sido laboreado recientemente.



284.3.- Embalse de Ulibarri (Arrazua-Ubarrundia - Álava).

También en este caso existe un uso recreativo del embalse dada la proximidad de la capital alavesa. En el se practican, además de todas las variantes del senderismo (a pie, en bici o a caballo), todos los deportes acuáticos imaginables (remo, piraguismo y windsurf), contando con club náutico y embarcaderos. Tiene dos playas de baño: Landa al norte y Garaio al sureste. Pero son las caminatas desde la ciudad, usando una ruta verde señalizada que parte de Vitoria y recurre la orilla del pantano, lo que más agradecen los usuarios. Camino de firme compensado y con tierra de un intenso color amarillo-salmón, o color hueso.

domingo, 20 de mayo de 2012

283.- Emplazamiento del Viaducto de Zarimutz (Eskoriarza - Álava)



283.1.- Emplazamiento del Viaducto de Zarimutz (Eskoriarza - Álava).

Recuerdo vagamente haber subido aquella montaña, el valle plegado abajo en forma de uve cerrada, como un pájaro dibujado por un niño, y la ladera junto a la carretera cubierta de un repoblado de pinos. Eso fue lo que me llamó la atención, los pies recién plantados, uno o dos años antes, de Pinus radiata, impactando en el paisaje con el verde claro de sus acículas y pardo rojizo de sus ramas y guías terminales. Como pollos desplumados. No se si será por eso que a veces los llaman pimpollos. Aquella visión me trajo la calma, lo mismo que ahora la escritura. Contemplar el mundo desde arriba, desde un lugar elevado, es como describir con palabras lo que piensas para desligarse de los sentimientos. Pensé que aquello era singular y hermoso. Había ovejas en el taludes de las colinas, caseríos diseminados, muy distanciados entre si, masas de árboles de contornos irregulares en las cumbres. No estoy seguro pero creo que aquel fue el segundo trabajo de ese día. El primero tiende a acaparar el tiempo de suerte que en el segundo siempre se va apurado, con prisas, con cierta incertidumbre acerca de si se lograrán suficientes imágenes para armar un reportaje. Toda esa angustia se disipó cuando subí por la carretera hacia aquella cumbre en torno a Zarimutz. O tal vez el motivo de la preocupación fuera otro. Tal vez algo que traje conmigo en el viaje desde casa. Solo se que al mirar hacia abajo, hacia el fondo de la hondanada y hacia la ladera contraria del valle, por primera vez después de más diez horas ininterrumpidas de trabajo tuve la sensación de haber acertado, de haber llegado a donde debía, de estar en el lugar idóneo. Aun me quedaba un objetivo en la lista y el largo viaje de regreso, pero aquello era sin duda un acierto. Volver de vacío, dejar lo que traías en el lugar de destino. Abandonar donde estuviste un sentimiento erróneo, que apenas si ocupara lugar entre horizontes tan amplios, y volver con una imagen plena que colmará la memoria cuando el resto del día sea solo un recuerdo borroso como la nieve prácticamente derretida.



283.2.- Emplazamiento del Viaducto de Zarimutz (Eskoriarza - Álava).

Como en Asturias cuando hay temporal, las nubes muerden el espinazo de la montaña y dejan su rastro de nieve en las cumbres. Aguanieve que el frío no logra derretir. El pliegue de la la masa de pinos indica la existencia de dos colinas, una detrás de otra, la más cercana algo más baja. El aire es neblinoso y difumina los colores de la arboleda. Pinos esbeltos que casi parecen cedros. El cielo tiene un color indeterminado. Gris aguado de una acuarela. Es una imagen del pasado y el presente es bien distinto. Un viaducto cruza la vaguada por algún lugar de esta ladera. No sabría decir por cual, pero si que todos parecen inoportunos. Y tras sobrevolar la vaguada se zambulle en la montaña. Es una jugada habitual en el norte, más aun en el país Vasco, el que a un viaducto le siga de forma inmediata un túnel, y a éste otro viaducto en el siguiente valle. Pero no me comparezco del paisaje. Las infraestructuras a veces casan con su entorno. Tan solo es cuestión de mirar de otra forma.



283.3.- Emplazamiento del Viaducto de Zarimutz (Eskoriarza - Álava).

Algo más arriba, dos curvas de la carretera para ser exactos, la sensación de desapego aumenta. En los prados hacen acto de presencia esas extrañas ovejas del País Vasco con lana lacia y rostros oscuros. El pardo-color violáceo del matorral en la ladera de enfrente es extraño. Tal vez la nieve caída días atrás haya quemado las plantas. Ha sido un temporal tardío, en pleno marzo, cuando en años anteriores la primavera ya se había adueñado de los días. Horas de sol calurosas y noches frías. A media ladera se adivina el tramo de carretera desde donde tomé las fotos anteriores. Al menos la curva final es claramente visible. El resto es delatado por el cordón de arbolillos plantados en la margen de la carretera. Pienso en lo que debe ser ver este paisaje todas las mañanas, con las lógicas variaciones que causan las estaciones. Ver desfilar todos los días los pinos en hilera por la cuerda de la montaña sin que avancen ni un milímetro a pesar de que los años pasen. La ciudad no tiene vistas, solo sonidos, que se acrecientan cuando el calor obliga a abrir las ventanas. El monte es imagen y sobre todo silencio. La urbe ruido y ceguera. No se a que podría acomodarme mejor. Se a lo que estoy hecho por haberme expuesto a ello toda mi vida. Si vence la soledad ningún lugar es apropiado, pero en el silencio de la montaña al menos no existe la angustia de escuchar el sonido de la vida de los demás, sus peleas en los patios, los televisores demasiado altos, los coches en la calles, las ambulancias en las primeras señales de peligro. Se que divago, que lo hago ahora y que entonces no lo hice. Viajar vacía la mente no la llena. Las experiencias se sopesan y analizan solo cuando estás de vuelta.



283.4.- Emplazamiento del Viaducto de Zarimutz (Eskoriarza - Álava).

Podría ser cualquier sitio del norte de España pero tres elementos en la imagen al menos  delatan la región. El bosquete de Pinus radiata quizá sea el elemento más difícil de identificar. la construcción de la izquierda es claramente un caserío, con la fachada con varias ventanas de tamaños desiguales y situadas sin simetría en el paramento. Para apuntalar la propuesta las ovejas latxas, características de la zona.



283.5.- Emplazamiento del Viaducto de Zarimutz (Eskoriarza - Álava).

Al bajar la montaña, camino de mi último destino, no pude reprimir el impulso de parar un momento para fotografiar la pendiente repoblada desde cerca, desde la curva que la bordeaba por abajo. Cada planta es un esfuerzo individual de una persona. La porta por el talud, cava un hoyo, deposita el plantón en él, lo rellena con tierra y riega, Trabajo manual porque no existe otra opción. Y aquí la carretera está cerca y puede restarse el esfuerzo del transporte. Contando las metidas se llega a la conclusión de que son plantas en cu cuarto año. Una metida es el segmento de tronco que un árbol joven crece en un año, el que media entre dos grupos de ramas. Cada año el árbol añade un segmento nuevo, elonga los de años anteriores y emite un grupo de ramas que se insertan en el mismo punto. Cuando los pinos son muy jóvenes es fácil de ver. Cuando son adultos la regla se complica hasta hacerse inviable para calcular la edad del pie. Por otro lado, a la edad calculada hay que restar la edad que ha permanecido en el vivero. Suele ser de uno o dos años, así que la repoblación se efectuó hace dos o tres.

sábado, 19 de mayo de 2012

282.- Río Deba a su paso por Eskoriatza (Álava)



282.1.- Río Deba a su paso por Eskoriatza (Álava).

El dormir es como un puente
que va del hoy al mañana.
Por debajo, como un sueño,
pasa el agua, pasa el alma.
(Juan Ramón Jiménez)

El pequeño puente de piedra sobre el Río Deva no parece que conduzca a ninguna parte. Tal vez sea cuestión de la perspectiva, pero el coche que empieza a cruzarlo se diría que no tendrá camino por el que discurrir en la otra orilla, siquiera espacio para estacionar. Imagino que todo es una ilusión óptica. La calle tiene que seguir por alguna parte en la margen izquierda. La opción más probable es que progrese perpendicular a la corriente, escondiéndose tras el edificio en primer término. Si hubiera de prevalecer la lógica esa sería la respuesta. También puede tratarse de un puente peatonal, en cuyo caso se simplificarían los enigmas. O te dejas guiar por la lógica, aunque contradiga los sentidos, o reformulas las condiciones de partida para sortear supuestos incómodos. Renunciar es una solución poco popular. Te dicen hasta la saciedad, incluso en las frases escritas en las hojas de los almanaques, que hay que luchar por lo que se anhela con fuerza, por los deseos que llenan el espíritu, hasta el último aliento, hasta hacerlo posible, tercos como las mulas. Pero a veces el deseo contraviene la lógica y plantea situaciones paradójicas, como en el dibujo de Escher, en el que el progreso de las figuras humanas las obliga a caminar en círculos y a que el agua fluya hacia arriba de la pendiente. No todos los deseos están permitidos. No hay un camino oculto a los ojos en el futuro por el que podamos transitar juntos. Puedo soñarte durante las noches y dejar que mi alma fluya bajo el puente desde el ocaso al alba, y luego atenerme a la lógica en las horas de vigilia. O puedo caminar sobre el tablero arqueado del puente y ver pasar por debajo el agua del deshielo.

viernes, 18 de mayo de 2012

281.- Emplazamiento del vertedero del Túnel de Arlabán (Legutiano - Álava)



281.1.- Emplazamiento del vertedero del Túnel de Arlabán (Legutiano - Álava).

La sensación no puede ser más desoladora, al tiempo que sorprendente. Localizo en Google Maps el trazado de la Autopista AP-1 en el tramo que me llevó a Álava en este viaje. Localizado a su vez el tramo en forma de túnel, denominado Túnel de Arlabán. Me informo de que el vertedero para los sobrantes de tierras de aquellas obras se localizaban en una pequeña vaguada junto a la embocadura sur del túnel, en su margen izquierda, y al volver a mirar la foto de satélite veo claramente una mancha gris de forma arriñonada que claramente es un depósito de áridos. El contraste con el verde del entorno es notable. No se ha efectuado ninguna labor de restauración ambiental hasta el momento, a pesar de que estaba proyectado y presupuestado. Si en la foto de satélite es claramente visible no quiero ni pensar el impacto visual que debe ocasionar visto sobre el terreno. El depósito se ubica a menos de un kilómetro de un campo de golf, el de Larrabea, cerca del embalse de Urrúnaga. Un cuarto de millón de metros cúbicos de tierra formando una pequeña loma, entre la boca del túnel y un bosquete de pinos que la oculta en parte del campo de golf. Son promesas desatendidas. Quizás mi sorpresa sobra porque se que romperlas es frecuente. Un depósito no estabilizado es un riesgo de corrimiento de tierras.

Aquel día los campos eran barro formado por la nieve derretida. Los senderos eran regueros de lodo. Costaba caminar porque las botas se hundían en el terreno y la tierra arcillosa se adhería progresivamente a sus suelas hasta hacer difícil la pisada. En la vaguada elegida para el vertedero había algunos ejemplares jóvenes de Pinus radiata, especie de crecimiento muy rápido, que en 25-30 años alcanza un perímetro de hasta 50 centímetros, suficiente para ser aprovechado. Lugares más hermoso que este incluso he visitado sabiendo que iban a ser aprovechados como depósito de sobrantes. Pero pensar que en el proyecto se detallaban las medidas para la recuperación ambiental de la zona elegida siempre había obrado como un consuelo. Papel mojado. La lluvia redistribuirá poco a poco el material acopiado y lo reintegrará al entorno. Aquí no ha pasado nada.



281.2.- Emplazamiento del vertedero del Túnel de Arlabán (Legutiano - Álava).

El fondo de la vaguada es el emplazamiento del vertedero. No recuerdo como llegué hasta ahí. No parece que el terreno sea muy practicable. Las botas de montaña no siempre te protegen. En honor a la verdad hay que reconocer que puestos a buscar un lugar que estropear este no parece mala elección porque es un lugar en depresión respecto a su entorno, poco visible desde ubicaciones cercanas. El arbolado de las crestas circundantes remata la faena. Calculando de forma grosera las dimensiones del vertedero en la foto de satélite, puede asimilarse a un rectángulo de 400 m de largo y 200 m de ancho, es decir, con una superficie de 80.000 metros cuadrados. Para poder deshacernos del cuarto de millón de metros cúbicos de tierra bastaría con crear un montículo de 3 metros de altura aproximadamente, es decir, de altura inferior a la profundidad de la vaguada. Es una forma pobre de justificarlo, pensarán algunos, pero por ahí van los tiros. La justificación se completa argumentando que la vegetación presenta escasa valía, lo cual ya sabemos que es siempre algo muy subjetivo, y con la ausencia de un sistema de drenaje natural definido, es decir, arroyos identificables, porque es en ellos donde suele presentarse en términos la vegetación de mayor calidad y los ecosistemas más valiosos, y porque ha de tratarse de no entorpecer el movimiento natural del agua. En la línea que recorre los puntos más bajos de la vaguada da la impresión de que discurre un reguero de agua, pero no con la suficiente entidad como para considerarlo un cauce fluvial. Volvemos a caer en lo subjetivo. No olvidemos que se trata de buscar la opción menos mala. Con esa premisa y un poco de indulgencia puede aceptarse el lugar que muestra la fotografía como una opción para depósito de tierras.

280.- Embalse de Urrúnaga (Legutiano - Álava)



280.1.- Embalse de Urrúnaga (Legutiano - Álava).

El embalse de Urrúnaga, también denominado como Embalse de Legutiano o de Santa Engracia, surge del represamiento del Río Zadorra a la altura de la localidad que le da nombre. La capital del municipio, Legutiano, se sitúa en su ribera, con uno de sus barrios ocupando una pequeña península dentro de su lámina de agua y el itsmo que la une con tierra. Se trata de un pantano de carácter estratégico por su ubicación muy cercana a la ciudad de Álava, a la que abastece al tiempo que proporciono un lugar de esparcimiento para su población, que hace buen uso de él con gran cantidad de actividades de ocio. Los apenas 15 kilómetros de terreno más bien llano son recorridos los fines de semana como un paseo por gran cantidad de alaveses. Hay caminos para la práctica del senderismo, zonas recreativas con mesas y bancos, un campo de regatas, zonas para la práctica de la pesca deportiva.

Su orilla de contorno irregular la hace más variada al ojo. El verde de las praderas que hay en sus riberas evita el habitual contorno áspero de los pantanos, que cuando están bajos dejan asomar la tierra baldía que normalmente está sumergida, como una sonrisa poco favorecedora que muestra demasiada encía. Un cielo plomizo de invierno cubre el lago con aguas de color plomizo. Estuve poco tiempo. El justo para tomar dos fotografías, aunque no recuerdo la razón. La obra pública que allí me llevo era un tramo de la autovía AP-1, que no iba a cruzar el Urrúnaga, si a bordearlo, aunque no recuerdo a que distancia. Los mapas de satélite de Google me muestran la AP-1 a algo menos de dos kilómetros, siendo el territorio entre vía y embalse de menor calidad ambiental que el resto del entorno del pantano. Seguramente hice las fotos porque me faltaban suficientes temas para el reportaje. Un embalse siempre es un espacio natural de primer orden, se ubique donde se ubique y sea cual sea su finalidad. Lo hemos visto en este mismo blog: hasta una balsa de riego si es lo suficientemente amplia tiene un gran potencial ambiental.



280.2.- Embalse de Urrúnaga (Legutiano - Álava).

El embalse de Urrúnaga está ubicado a caballo entre Álava y Bizkaia. El paisaje está dominado por el Monte Gorbeia, de 1.481 m de altitud, que en la imagen se adivina arriba a la izquierda, con sus cumbres nevadas. La misma nieve que precedió a mi llegada al territorio alavés. Parece que hubieran esparcido tierra vegetal para favorecer el crecimiento de la hierba hasta la misma orilla.

Brujuleando en Google buscando información me ha sorprendido encontrar lo que a continuación resumo. En el siglo XVIII, durante la Ilustración, se proyectó la realización de un conjunto de canales navegables cuyo objetivo final era comunicar el Mediterráneo con el Atlántico. La red de canales incorporaría a algunos que se construyeron en parte: el Canal Imperial de Aragón y el Canal de Castilla, y algunos otros que solo se proyectaron, como los que hubieran discurrido por los ríos Zadorra y Deva, es decir, por esta misma zona. El proyecto se abandonó por sus elevados costes que originaban la compleja orografía a salvar.



279.- Valle del Río Deba (Álava)



279.1.- Valle del Río Deba (Álava).

De repente he recordado la nieve. Y es un comienzo. Porque no tener memoria de las cosas sucedidas asusta. Preocupa que la vida pese tan poco en la memoria, la vida propia, que apenas haya recuerdos para explicar esta perplejidad permanente que es la existencia. Más imágenes que palabras, porque las explicaciones rara vez son convincentes. Recordarlo todo tal vez sería doloroso, lo que perdimos, lo que se alejó de nosotros porque no lo merecimos. Pero el pasado es como una bandada de pájaros que vuela lejos sin que podamos evitarlo. De repente he recordado la nieve, el temporal, las carreteras cortadas. La A-1 que une Madrid con el País Vasco es la que primero sufre las consecuencias cuando la Península es azotada por un temporal. Viajé al día siguiente de que dejara de nevar. Eso creo, porque tal vez fuera en otro trabajo. No siempre las cosas están claras. Ni siquiera en el presente. A veces te miro a los ojos y ni siquiera se si eres real, si yo lo soy para tí, de donde mana tanto amor que parece no ir a ninguna parte. Había un rastro de nieve en el valle, y lo seguí como un sabueso en busca del invierno. A veces la primavera llega demasiado pronto, a veces pasa de largo y se olvida de llevarte consigo hacia el verano. Era marzo y el frío daba al aire una consistencia de cristal. Cristal mellado que arañaba mis mejillas. Frío y soledad se complementan. El río Deba era una trinchera llena de agua que serpenteaba por los prados verdes. Bosques de pino radiata siempre vivos y de roble con las frondas desnudas. La nieve y lo oscuro de tus ojos. Lo he recordado y por un momento he podido sobrellevar con más ánimo la carga del presente. Momento: 12 de marzo de 2004.



279.2.- Valle del Río Deba (Álava).

El bosque parece arcilla, del color del barro cocido. Ya no trato de recordar sino de interpretar las imágenes. Es el color de la hojarasca en el suelo, el resplandor de la luz sobre las hojas muertas. Unos charcos de nieve subrayan la montaña justo en la base de su cumbre. Supongo que no es casualidad. La nieve, el frío y sus consecuencias, perduran en el fondo de los valles, con más tozudez cuanto más abajo, porque el aire frío pesa más que el cálido sobre los hombros del terreno. El frío de tu palabra, el no quererme ver nunca más. Tú y yo sabemos que lo merezco. No te aporto nada. A veces soy distracción y a veces estorbo. El amor no es la absolución de los pecados. Ni siquiera me cura de la ira. Las torpezas son fallos que se cometen a sabiendas, aunque los creamos fortuitos. No habrá mañana, solo bosques de arcilla en un paisaje de invierno. Los estragos de la nieve. El roce de tu mano. La angustia de no saber si escuchas mis palabras, si te importa conocerlas. El muérdago de los robles rescata al bosque de su letargo de malvas, carmines y rojos apagados. Hay un camino al pie de la montaña. Siempre hay senderos en el valle, pero muy pocos te conducen a las cumbres. No te merezco y eso es algo para lo que no existe consuelo.



279.3.- Valle del Río Deba (Álava).

El precio de la libertad, de volar solo, es dejar de ser una referencia en el paisaje. Asomado al precipicio de la montaña en el cielo inmenso las rapaces casi nunca llenan una imagen. Son detalles en los que apenas se repara. Viajo cuando trabajo sin un zoom en la cámara de fotos igual que viajo por la vida sin cámara de resonancia para los detalles que importan. Lo relevante queda marginado y si el punto de vista es el de otro me convierto en el quinto en discordia, en testigo de lo que a otros suceden, en contrapunto, en una opinión a valorar pero que no deja de ser la de alguien que no es protagonista. Colgada sobre los pinos, la rapaz despliega sus alas grandes para planear sobre su territorio de caza. Lo veo si amplio la imagen hasta que se convierte en un mosaico de teselas. Su nido es posible que se sitúe en la copa de alguno de esos pinos. Son árboles para pasta de papel, de crecimiento solo algo más lento que el de los chopos. En el País Vasco se plantan pinos radiata en pequeños bosquetes, ocupando las laderas en torno a los caseríos, como si fueran un cultivo. En puridad se trata de un cultivo forestal, un bisness que los ingenieros agrónomos discuten a los ingenieros de montes. Demasiado ordenado y lucrativo para dejarlo en nuestras manos, que solo nos manejamos por conjeturas y directrices que parecen más deseos de creyentes que certezas científicas. Un pino silvestre puede tardar 120 años en ser apeado para aprovechar su madera desde el momento en que se planta. Un chopo o un radiata tienen un plazo de aprovechamiento a escala humana. Doce o quince años son suficientes. Cuando trabajas para que otros aprovechen tu esfuerzo, gente que tal vez aun no ha nacido, sabes que no habrá recompensa para los aciertos. Podría haberlo para los errores porque sobrevienen mucho antes.

domingo, 13 de mayo de 2012

278.- Plaza de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid)



278.1.-  Glorieta  de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid).

Lo he descubierto en estas últimas entradas. Me encanta como lucen los semáforos en las fotografías, con sus colores aleatorios. Introducen el azar en la imagen. ¿Y por qué hago un hallazgo tan elemental tras dos años de trabajar en este blog? La respuesta es evidente, hay muy pocas fotos de ámbitos urbanos. Podrá parecer un logro minúsculo este descubrimiento mañanero, pero me invita a seguir buscando motivos dentro de mi propia ciudad. No es que la desdeñara hasta ahora, pero si es cierto que buscaba mostrar paisajes sorprendentes o con carácter y se da por sentado que en el ámbito urbano escasean o son directamente imposibles. Pero ahora que soy como una ballena varada en la playa, que ni vehículo tengo para circular por Madrid, me veo necesitado de explorar mi entorno inmediato si no quiero estancarme en este proyecto. Sí, tengo muchas fotografías de viajes aun inéditos en el blog. Tal vez para seguir durante años. Pero necesito que el presente se involucre para no tener la sensación de que negocio mis obsesiones con un pasado casi fosilizado. A veces es pertinente desenterrar lo que fui para mostrar lo que soy. Hablar de mi usando imágenes en las que no estoy incluido, esa podría ser una forma de explicar este blog. Pero a veces necesito partir desde los últimos días para no sentir que camino hacia atrás. Esos puntos rojos me dan otra vía para recorrer el proyecto. La sombra de los plátanos sobre la fuente de la acera alude tanto al sofoco que sentí ascendiendo por la cuesta de Concha Espina camino del Parque de Berlín hace apenas una semana como a mis correrías de niño cuando perseguir una pelota en cualquier campo de fútbol improvisado era prácticamente mi única misión en la vida. Aprender a beber a morro de un grifo es uno de esos ritos iniciáticos que te ayudan a incorporarte a la comunidad de los hombres adultos. Eso creíamos entonces. Beber sin tocar con los labios el metal, capturando el chorro de agua en el aire, robándole al viento su frescor. Placeres gratuitos. Los únicos que realmente dan una satisfacción plena.



278.2.-  Glorieta  de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid).

Esta fuente siempre tuvo surtidores de agua y abundantes flores en el parterre. El encuadre muestra una de las rutas de escape de Madrid a través de la M-30. Cuando era niño cruzábamos está vía para demostrarnos el valor los unos a los otros. Había que cruzarla para llegar al polideportivo donde teníamos las clases de gimnasia. En los años en que hubimos de hacerlo la M-30 paso de ser una autovía sin apenas tráfico a convertirse en peligrosa para los peatones. Entonces lo que quedaba fuera del círculo interior, incompleto por otro lado porque algunos tramos estaban sin construir, no era Madrid. El barrio de Chamartín que recorro en estas últimas entradas, adquirió su aspecto actual en los 60s y 70s. Pero quien querría huir de estos cielos tan azules y llenos de nubes. Ambas cualidades se deben a la proximidad de la Sierra de Guadarrama. Suelo situar los horizontes en las fotos muy alto, pero en Madrid quizá sea un pecado imperdonable.



278.3.- Glorieta de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid).

Al otro lado de la plaza queda la entrada al Parque de Berlín. La idea era volver a casa andando, aprovechando que la mayor parte del trayecto iba a ser cuesta abajo. Pero no tenía ni fuerzas ni motivación. cada día me van quedando más atrás. La salida en sí tenía como objetivo empezar a recuperarlas, pero estoy desentrenado. Cogí un autobús de la línea 43 y dejé la mente prácticamente en stand by, en suspenso. Ahora planeo nuevas salidas por la zona para descubrir rincones de Madrid que queden cerca y puedan albergar algún interés. Tengo una idea al respecto. Otro parque tan desconocido como el de Berlín con un paisaje urbano en su entorno últimamente en plena transformación y bastante sorprendente. Madrid crece hacia el norte actualmente. Es la zona donde se están creando los nuevos barrios, que costará décadas que adquieran una personalidad propia.



278.3.- Calle Ramón y Cajal a la altura de la Glorieta de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid).

Un cielo que parece una acuarela, una calle con las aceras colmadas de árboles y Torre Europa asomando en la rasante de la carretera. Mi ruta de vuelta a casa. Hubo un tiempo en que solo se plantaban plátanos en Madrid, a cientos. El mismo grafitero que ha martirizado los carteles de la calle ha hecho estragos en el Parque de Berlín, que ocupa la calzada izquierda de la imagen. Ni siquiera son las 5 de la tarde. Mi mundo es cada vez más reducido. No soy capaz de defender una línea de abastecimiento si la distancia excede la de unas cuantas manzanas. Siento la necesidad de volver cuanto antes. Estoy cansado por la falta de costumbre, es cierto, pero es algo más. Es la fuerza interior la que escasea. Tiempo habrá de sanar si sobrevivo a este año tan aciago en todos los sentidos. Y sigo privado de tu voz.

sábado, 12 de mayo de 2012

277.- Parque de Berlín. Laguna con los tramos del Muro de Berlín (Madrid)



277.1.- Parque de Berlín. Laguna con los tramos del Muro de Berlín (Madrid).

En la parte más baja del parque, en la esquina noreste, está situada la otra laguna, mucho más grande, en la que se instaló en 1990, dentro de la lámina de agua, tres cachos del Muro de Berlín, con su graffiti original, que a punto estuvo de ser eliminado antes de su inauguración por un operario del parque que confundió las pintadas con "guarrería" a eliminar. A la inauguración asistieron los entonces alcaldes de Madrid y Berlin, Álvarez del Manzano y Willy Brandt, respectivamente. Los dos pequeños surtidores apenas si se notan en una laguna mucho más grande que la de los sauces, donde uno solo casi se convierte en un espectáculo de magia para un niño. La ubicación de los tramos de pared de hormigón es asimétrica dentro de una bañera que ya lo es en el dibujo de su perímetro. Tampoco se trata de un monumento. es algo que está a medio camino de la señal de advertencia y el objeto fetiche. Cuesta creer que aquella pared que dividió Europa física, ética y políticamente fuera construida con materiales tan pobres. Cuando era niño los mismos que ahora se les llena la boca con la palabra Democracia, que usan el término como si ellos lo hubieran inventado y patentado, defendían la existencia de lo que Churchill bautizó como "Telón de acero", adjudicando su autoría, la necesidad de su existencia a las democracias corruptas de la Europa Occidental. Habrá quien no se lo crea pero durante años creí que el muro de Berlín lo habían construido los americanos de tanto oir mentir a la gente del PCE.



277.2.- Parque de Berlín. Rodal de magnolios (Magnolia grandiflora) (Madrid).

En la ladera situada al este de la laguna grande los diseñadores del parque optaron por plantar magnolios. Todo el talud está ocupado por este árbol hasta formal un pequeño rodal o bosquecillo. Se trata de una especie relativamente frecuente en Madrid, pero nunca había visto tantos pies agrupados. Su magnífico porte y su floración tan llamativa, muy parecida por otra parte a la de los castaños de Indias, hace que suelan plantarse aislados. Su principal virtud es florecer en pleno verano en agosto, así que será digna de ver la cuesta de la imagen dentro de dos meses. Quizás sea mucho suponer el haber dado el dato de la especie. La Magnolia grandiflora, de flores enormes y blancas, suele ser la que se utiliza en Madrid. Es realmente notable la diferencia en la rectitud de los troncos y el volumen y la densidad de las copas que hay entre los árboles del parque y los de cualquiera de las aceras de las calles del entorno. Las podas abusivas y sin criterio alguno practicadas en los ejemplares de las vías urbanas, así como las continuas agresiones en forma de golpes e inserción de clavos, alambres y grapas, deterioran gravemente el arbolado urbano. Hasta el punto de que es difícil encontrar un pie que no este notoriamente inclinado, con parte de la copa seca o afectado de pudriciones. Por contra, todos los árboles del parque muestran un magnífico aspecto.



277.3.- Parque de Berlín. Acceso noreste (Madrid).

Aunque el parque no esta tapiado ni acotado y es permeable en todo su perímetro, puede considerarse como acceso principal la acera de la esquina de las calles Ramón y Cajal y Marcenado, en la Glorieta de Nuestra Señora de Guadalupe. Los platanos (Platanus sp.) inclinados cada uno hacia el otro, forman como un dosel vegetal en la entrada. Junto a la farola hay una de las escasas fuentes de agua que van quedando en Madrid. Nada tan necesario en verano, sobre todo para los niños, que no dejan de correr por mucho que sea el calor. El agua de la red general de abastecimiento para consumo humano es una de las bendiciones de la ciudad. Pocas aguas hay mejores en España que la que sale por los grifos de Madrid. Cuando se realizan listas de ciudades por su grado de calidad de vida suelen obviarse el dato del clima, lo cual favorece a las ciudades del norte de Europa, y el dato de la calidad del agua, lo cual me parece una trampa aun más grave. Beber agua embotellada en Madrid roza el esnobismo.



277.4.- Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe (Madrid).

La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe se encuentra en la esquina de las calles Puerto Rico y Ramón y Cajal, en la glorieta con el mismo nombre y en frente del acceso principal al Parque de Berlín. Se empezó a construir en 1961, según planos de los arquitectos Félix Candela y Enrique de la Mora, con la colaboración de José Ramón Aspiazu y del ingeniero José Antonio Torroja Cavanillas. Si la iglesia de los Sagrados Corazones, junto al Bernabeu, donde hice mi Primera comunión, tiene planta hexagonal, ésta, con un evidente parentesco en cuanto a su estilo por la época en que fue diseñada, tiene planta octogonal, con el octógono inscrito dentro de una circunferencia de 55 metros de diámetro. Es decir, sus dimensiones son apreciables, sin llegar a ser monumentales. En su alzado los vértices del octógono se sitúan a dos alturas, alternados, originando al unir los vértices con el centro de la circunferencia, a mucha mayor altura, una cubierta que es una estructura laminada compuesta por ocho paraboloides hiperbólicos, cuyo espesor no llega a superar los 4 cm.  Los vecinos apodan a la iglesia como "El sombrero mejicano", aunque el edificio trata de evocar una tienda de campaña, concretamente la del patriarca Abraham. Es una forma de simbolizar el deseo de que bajo la carpa de la tienda, bajo el tejado de la iglesia, han de caber todos.

El paraboloide hiperbólico es una superficie reglada, muy útiles en arquitectura, la más utilizada por Gaudí. la gracia de las superficies regladas en arquitectura e ingeniería constructiva es que pueden generarse mediante rectas, es decir, uniendo vigas de una determinada manera. Una recta, mejor dicho, un segmento al moverse genera una superficie reglada. Si no hay giro la superficie será un cuadrado. Si al movimiento del segmento se le incorpora algún tipo de giro genera superficies muy conocidas: conos, cilindros y, en el caso que nos ocupa, paraboloide hiperbólico. Una estructura laminada es una pieza creada con componentes de madera. Si usamos listones podemos crear superficies regladas, que adoptarán formas aparentemente caprichosas, muy vistosas, aprovechando la ligereza y resistencia del material para que sea viable arquitectónicamente. Esta iglesia, que por el escaso interés que ahora despierta lo religioso y su cromática gris pasa muy desapercibida, es en realidad un bello ejemplo del uso de superficies regladas en edificios hacia mediados del siglo pasado. Ante ella pasaba todos los días siendo muy niño cuando iba al colegio en el autobús escolar al tener que recoger a un compañero que vivía en la Calle Puerto Rico.

viernes, 11 de mayo de 2012

276.- Parque de Berlín. Fuente de los sauces (Madrid)



276.1.- Parque de Berlín. Monumento a Beethoven (Madrid).

El presupuesto del modesto monumento dedicado a Beethoven en el parque fue pagado por las ciudades de Madrid y Bonn. Se trata de un busto en bronce del músico, de dimensiones reales, obra del escultor alemán Franz Rotter, ubicado sobre un pedestal de piedra, diseñado por el arquitecto español Guillermo Costa, quizá algo aparatoso y que empequeñece la figura. El volumen de la estructura y el telón de fondo de los árboles hacen que la cabeza de Ludwig se pierda en un primer vistazo. El monumento se sitúa al principio de una calle, sobre el césped, cerca del sendero. Me pregunto si la ciudad de Bonn se sintió algo contrariada, o quizás con mayor motivo la de Berlín, al elegirse un habitante de esta ciudad para que fuera homenajeado en un parque que lleva el nombre de la actual capital alemana. Me huele de que en su momento hubo confusión ya que Bonn era la capital de la RFA entonces. Tampoco está de más recordar al que fue mi ídolo musical en la infancia. La Sinfonía Pastoral es probablemente la pieza musical que más me haya hecho gozar. Luego, cuando cumplí los 17 le fui infiel a la música clásica con el pop-rock. Supertramp, Queen y otros grupos de rock sinfónico me sirvieron de puente.



276.2.- Parque de Berlín. Sendero junto al monumento a Beethoven (Madrid).

Sospecho que los tiempos han cambiado, pero en el pasado era habitual pasear por los parques con tu pareja. Yo lo hice mucho con Victoria por el Jardín Botánico y el Jardín del Moro, dos lugares maravillosos de Madrid que conocí gracias a ella. Me dió algo de vergüenza fotografiar a esta pareja sentada en un banco a la sombra de los árboles, pero esa era mi intención principal cuando situé la cámara para hacer la foto. De hecho tomé dos imágenes porque el primer encuadre no me satisfizo del todo. La tranquilidad y el aislamiento de los parques casa bien con las parejas recientes, cuyos miembros aun están en proceso de conocerse. Los paseos incitan al diálogo, hay cierta intimidad aunque estés rodeado de gente. Lo que ves, lo que te rodea, promueve el pensamiento positivo. Los niños, las praderas de césped, los perros eufóricos por tener espacio en el que correr sin que les riñan ni intenten detenerlos, los árboles, el agua que salta en las fuentes o reposa en las lagunas. Con Patricia hace poco recuperé uno de los jardines de mi infancia, el de la Fuente del Berro, que fue mi patio del recreo muchos años. Nos gustaba pasear y llevar a la perra de su compañera de piso, una schnauzer enana que se asustaba de todo y brincaba como una cordera, haciendo extraños escorzos, yo creo que porque se asustaba de si misma al verse en el aire. El miedo y la pasión por la libertad mezclados ya que aquel animal vivia casi todo su tiempo en la terraza de un apartamento.



276.3.- Parque de Berlín. Fuente de los sauces (Madrid).

En la zona media del parque, a media ladera ya que el terreno desciende suavemente de oeste a este, hay una pradera con algunos sauces llorones (Salix babylonica) en cuyo centro hay una laguna circular con un surtidor de agua. Hacía el suficiente calor, aunque fuera moderado, como para que la visión del agua en movimiento fuera un reclamo irresistible. Primero calculé el mejor encuadre para que la laguna se viera claramente a través de los troncos de los sauces. Tras tomar la primera foto un niño pequeño irrumpio por mi derecha. La fotografía se convirtió en una narración con personajes. Estaba feliz con la ocurrencia del chorro vertical, como si jamás hubiera visto nada tan genialmente divertido. Esa forma de encarar la vida, con asombro, con ganas de descubrir cosas nuevas y disfrutar con ellas es el único paraíso en la tierra.



276.4.- Parque de Berlín. Fuente de los sauces (Madrid).

He leído que en otros tiempo esta y la otra laguna estaban pobladas de peces. Me hubiera gustado ver la cara del niño al descubrir los peces nadando en aguas tan someras. Pero el surtidor fue suficiente recompensa. Le costaba expresar su alegría con palabras a su madre, así que hizo uso de la mímica y con un movimiento ascendente de la mano acompañada de una risa gozosa le hacía saber cuan maravilloso le parecía el surtidor. Su madre le daba la razón y traducía el lenguaje corporal a frases. Soy consciente de que es un imposible pero por un momento me imaginé que aquella mujer eras tú, paseando un día de primavera con tu hijo. Imposible porque aun queda tiempo para eso, para que tengas tus propios niños, y es muy poco probable que haya un futuro en el que coincidamos en tiempo y lugar. Pero es gozoso imaginar y no puedo evitar contagiarme del entusiasmo del niño. ¿Un hijo de ambos? Lo que digo se que es casi blasfemia contra el sentido común, pero últimamente no puedo evitar ver en las mujeres que se ubican en mi corazón como madres en potencia. Cuando te conocí pensé que lo eras, una madre soltera, por lo que decías cuando yo orientaba mi oreja hacia tí. Tardé meses en salir de mi error, el tiempo que se demoró nuestra primera conversación. Casi lamenté que no lo fueras, incluso madre felizmente casada, porque en el papel te veías todavía más hermosa de lo que eres. La ternura casa contigo. Creo que estás hecha para proteger a los que quieres, para darles tu cariño. Lo daría todo por ser una de esas personas.



275.- Parque de Berlín. calle junto a la fuente de los sauces (Madrid).

Será amor mientras el corazón se imponga a la sensatez y la realidad se contente con rondarnos sin invadir nuestro mundo. Ese universo formado por todos los lugares donde puedo imaginarte sin olvidar un solo rasgo de tu divino rostro, por todos los momentos que hiciste tuyos al querer compartirlos conmigo. Me cuesta expresarme con palabras, igual que al niño junto a la fuente. La mímica de los abrazos sería la forma en que quisiera comunicarme contigo. Caminar junto a ti bajo cielos sospechosamente perfectos, aunque fueran soñados, y luego espigar los besos que fueron verdaderos antes de abrir los ojos a la vigilia de la mañana. Será amor mientras me hables a pesar de tus dudas, mientras el temblor no cese y sea capaz de conmover los cimientos de los días yermos. Algún día caminaré contigo por este sendero y todo sucederá tal cual lo imagino ahora mientras miro la fotografía. Entonces cerraré los ojos y te tomaré la mano para guiarte por la ruta correcta. Y nuestra única penitencia será devolver a los labios todos los besos robados antes de volver a abrir los ojos.

P!nk - Please Don't Leave Me

jueves, 10 de mayo de 2012

275.- Parque de Berlín. Zona Noroeste (Madrid)



275.1.- Parque de Berlín. Zona Noroeste (Madrid).

Decía mi profesor de botánica en la universidad, Juan Ruíz de la Torre, el cabra loca, que los dos países de Europa que más se parecen son España y Yugoslavia. le llamaban cabra loca, y era un apodo ganado muchos años atrás, por que ya con sus setenta y tantos años, ejerciendo como catedrático emérito, era capaz cuando íbamos de excursión a la sierra de Madrid de dejarnos tirados a todo el alumnado en las cuestas de Cercedilla o Guadarrama, como un Contador en el Tour de Francia subiendo al Alpe D'Huez sin mover el trasero del sillín. Era algo digno de verse como era capaz de explicar un hierbajo que se agachaba a arrancar del suelo, junto a la senda, y explicarlo a los pocos capaces de seguir su ritmo y que resollaban por el esfuerzo de ir con él en la cabeza del grupo. Don Juan cuando hablaba de la semejanza entre países se refería a su orografía. España y Yugoslavia son las dos zonas más montañosas de Europa, aunque carezcan de picos elevados. Su accidentada orografía, repleta de sierra y valles, convierte ambos territorios en relativos oasis botánicos dentro de la pobreza general del continente. La mayoría de los endemismos europeos están en uno de ellos. La semejanza se extiende a su historia al ser los puntos de fricción durante siglos del islam y el Cristianismo. En solo dos lugares del mundo el Cristianismo logró hacer retroceder al islam: en la Península Ibérica y en Filipinas. Curioso dato. Los Balcanes no tuvieron tanta suerte y se convirtieron en tierra de nadie entre las dos civilizaciones. Lo espeluznante de esta semejanza, bastante cierta a mi modo de ver, es que Yugoslavia dejó de ser un país hace dos décadas tras desmembrarse. Da la sensación, por como van las cosas, de que en esto volverán a parecerse mucho en un futuro más o menos cercano. Me he acordado de todo esto investigando sobre los castaños de indias. Parece ser que el castaño de indias de flor blanca (Aesculus hippocastanum), a pesar de su nombre común, es originario de Los Balcanes. Los dos ejemplares de la imagen, con flor de color rosa fuerte, casi fucsia, pertenecen a otra especie: Aesculus pavia, originaria del sur de los EE.UU. Dos castaños y un pino piñonero relativamente jóvenes ocupan el parterre junto a la terraza del bar-restaurante. Un lugar muy propicio para comer en verano, cuando el sol aprieta, pero a cambio hay mucho tiempo para malgastar. La esquina es la que forman la calle Ramón y Cajal con Principe de Vergara. Justo a las espaldas de quien tomó la foto, osea yo, queda uno de los accesos al Parque de Berlín, una de las joyas de Madrid. Aunque bien es verdad que en cuanto a jardines Madrid es como Tiffanys.



275.2.- Parque de Berlín. Castaños de Indias (Aesculus hippocastanum) en el acceso noroeste (Madrid).

El Parque de Berlín apenas cuenta con una una superficie de 5 hectáreas (4,92 ha es el dato oficial si se consulta Google o alguna publicación). No tiene un arbolado excesivamente variado, pero no puede negarse que es un lugar hermoso dentro de un barrio tranquilo, netamente residencial, donde predominan las zonas de chalets. Una de las especies más representadas es el castaño de indias de flor blanca (Auesculus hippocastanum), que se ha utilizado creando pequeños corros en los puntos donde se quería crear zonas con sombra, como en este área de descanso dentro del parque, dotada de bancos, mesas y zona de juegos infantiles, cercana a la zona de bares y restaurantes de la esquina de Ramón y Cajal con Príncipe de Vergara. Los castaños de indias son inconfundibles por sus flores enormes en forma de cono, que justamente florecen en mayo, cuando fue tomada la foro. En realidad hace unos pocos días (8 de mayo de 2012). La alineación de castaños es perfecta, casi ordenada por talla de mayor a menor, y con dos cedros en los extremos, sin guía terminal como casi todos los que vi en el parque.



275.3.- Abeto del Cáucaso (Abies nordmaniana) en el Parque de Berlín (Madrid).

Ejemplar de Abeto del Cáucaso (Abies nordmanniana) en el Parque de Berlín (Madrid). Se trata del clásico árbol de Navidad de las películas. Le hemos pillado echando la hoja, por eso hay un contraste tan bonito de verdes en el follaje creado por las hojas nuevas (verde claro) y las viejas (verde oscuro). Ni se os ocurra ir a por uno de estos cuando lleguen las Pascuas. Un detalle muy de agradecer en quienes administran el parque es haber dotado algunos paseos de paneles para la identificación de las especies de arbolado presentes. Las coníferas son muy difíciles de identificar. El uso de un mayor cada vez mayor de especies en plantaciones ornamentales y la semejanza entre ellas hace muy difícil su identificación, incluso para botánicos. Las hibridaciones comerciales y espontáneas lo dificultan aun más. El parque está magníficamente cuidado y es un goce para los ojos. Fue inaugurado en 1967 por Willy Brandt, que llegó a ser primer ministro de la RFA, pero en aquel entonces era alcalde Berlín.



275.4.- Parque de Berlín. Castaños de Indias (Aesculus hippocastanum) en una encrucijada de senderos (Madrid).

De nuevo un grupo de castaños de indias crean una zona de sombra, casi un refugio en el que uno podría guarecerse incluso de la lluvia, en una encrucijada de caminos del parque. El punto se sitúa entre las dos lagunas dotadas de fuentes que hay en el parque. A la derecha del corro se adivina un pedestal, justo detrás del banco ocupado por un africano. Sobre ese pedestal se sitúa una estatua de metal de un oso, que simboliza la ciudad de Berlín. Cubierta por las ramas de los castaños y en plena sombra es difícil de fotografiar. El parque alterna paseos de tierra acotados y zonas de césped. Por la gran presencia de calvas en el mismo entiendo que se han empleado mezclas de especies pascícolas poco exigentes en cuanto a riegos.



275.5.- Parque de Berlín. Cipreses, arces y durillos (Madrid).

Llevo un buen rato intentando averiguar que especie de arce es la de los cuatro árboles de la derecha y me ha sido imposible. Tampoco los reconocí en la visita. No son una habitual en España. Los dos ejemplares de la izquierda son cipreses (Cupressus arizonica), eso está claro, son fáciles de identificar y además tenía un panel como chivato. Los dos setos de matorral son de durillo (Viburnum tinus). Fui andando hasta el parque, pero a la vuelta tuve que coger el autobús. Cuando llegué a caso me terminé echando uan siesta de varias horas hasta el momento de la cena. Mi estado de forma es lamentable ytras tantos meses sin viajar ni hacer nada de provecho.

miércoles, 9 de mayo de 2012

274.- Plaza de los Sagrados Corazones (Madrid)



274.1.- Plaza de los Sagrados Corazones (Madrid).

He vivido toda la vida, salvo los primeros meses de mi vida, cerca del Santiago Bernabeu. Cuando se construyó en 1950 se situaba en el límite de la ciudad, en la frontera imaginaria entre la zona urbana y la rural. Una fotografía en blanco y negro de entonces que vi una vez mostraba un rebaño de ovejas en la actual Plaza de Lima. Cuando yo era niño el estadio ya estaba incorporado al ámbito de Madrid, pero la prolongación de la Castellana discurría entre zonas de descampados. Uno de ellos era lo que actualmente es AZCA, inmenso socavón en perpetuo estado de obras. Más allá de la Plaza de Castilla comenzaba la ruta hacia la sierra. Ni siquiera existían el nudo supernorte y la M-30, solo algunos tramos aislados.

Pero mi relación con el Santiago Bernabeu es incluso más estrecha. Hice mi primera comunión en la Iglesia que hay junto a él, en la Parroquia de los Sagrados Corazones, construida en 1965 por el arquitecto Rodolfo García Pablos. Eran los tiempos en que hacían furor las construcciones diseñadas con superficies regladas, en que lo abstracto se integraba en pintura y escultura, también en edificios religiosos. La iglesia tiene planta hexagonal. Vista desde el cielo, en la foto satélite, parece uno de esas cajitas para poner los quesitos que se van logrando en el juego del Trivial Pursuit, aunque sin colorines, ya que es gris plata. Otros dos hexágonos más pequeños se sitúan junto a la nave principal. La Plaza a la que da la fachada principal, en realidad una glorieta donde se cruzan y convergen 3 calles, recibe el nombre de la Iglesia. No hay fuente central, solo dos isletas, con vegetación sin lustre por la contaminación causada por el denso tráfico que se deposita sobre las hojas de las plantas.



274.2.- Grada Este del Santiago Bernabeu (Madrid).

Santiago Bernabeu concibió el estadio que luego llevaría su nombre para el máximo aforo posible, con gente viendo el fútbol de pie y muy pocas localidades de asiento. Una de las mentiras tópicas acerca del Real Madrid, como todas fácil de desmontar pero con enorme éxito, ha sido la de afirmar que era el equipo de los ricos, de los pudientes. Ojalá una inmensa mayoría de la población lo fuera, esa sería la única forma en que la afirmación podría ser verdad. No puede serlo porque el real Madrid es el club de fútbol, incluso club deportivo en general, que mayor número de simpatizantes tiene en el mundo. Pero es que, además, Santiago Bernabeu logró crear una masa social atrayéndola al estadio con localidades baratas. A los fondos cuando aun eran para ver el fútbol de pie fui algunas veces con mi amigo Guillermo, un barcelonés que vino a vivir a Madrid cuando ambos cursábamos segundo de EGB. Cuando mi padre me llevaba al fútbol era a las tribunas preferentes, al lugar de los privilegiados, pero aquellos asientos de cementos eran tremendamente incómodos, imposibles de sobrevivir los 110 minutos de un encuentro sin una almohadilla, pensadas para ser solo un poco menos duras que el hormigón.

En la que dentro de poco será la antepenúltima remodelación del estadio, el estudio de arquitectos Lamela insertó una grada de asientos que sobrevuela la esquina del Bernabeu. Esta grada rompe la simetría circular del estadio. Únicamente esta grada difiere del resto del perímetro. Se construyó cuando la conversión de las localidades de a pie en localidades de asiento, a la que obligó la Ley en su momento para aumentar la seguridad en los eventos deportivos, mermó tanto el aforo del Santiago Bernabeu que apenas si podía satisfacer siquiera la demanda de localidades de los socios. La grada de Lamela se asoma a la Plaza de los Sagrados Corazones y sitúa en la fachada que da a la calle Padre Damián, junto a la iglesia, cuyo elemento más característico es la cruz elevada, con una escalera para acceder a ella que se asemeja a las torres de los parques de bomberos. No es un rincón hermoso, aunque si vibrante, emocionante. Porque los días de fútbol son más hermosos, más intensos que el resto. El Fútbol es un sentimiento que no se apaga nunca, terco, reiterativo. A una Liga ganada se sucede otra por ganar, por disputar con las mismas ansias que la anterior. A cada partido grande le sucede a los pocos días otro de igual o mayor trascendencia. El fútbol es un fuego que no se apaga nunca, que arde perpetuamente, como las piras funerarias en homenaje a los héroes anónimos. A una generación de futbolistas le sucede otra, y solo los más viejos recuerdan a los que llevaron la camiseta del equipo décadas atrás. El presente es cada vez más chouvinista y más reacio a mirar al pasado. Pero la historia del fútbol, del Real Madrid, está compuesta por infinitos momentos, muchos de ellos olvidados por la mayoría, pero que pesan de la misma forma que los más actuales sobre lo que fuimos y lo que somos como sentimiento colectivo.



274.3.- Cuesta de Concha Espina desde el cruce con la Calle Serrano (Madrid).

Los días de partido grande la cuesta de Concha Espina, el tramo de esta calle que discurre entre la Calle Serrano y la Castellana se corta al tráfico. La pequeña cuesta que va desde Serrano a la Plaza de los Sagrados corazones se utiliza como parking de autocares de aficionados venidos de fuera de la ciudad. Los autobuses se estacionan en dos hileras en el centro de la calzada y, a veces, en las bandas de los extremos más cercanas a las aceras se permite que circulen los coches, aunque no es aconsejable usar esta ruta porque todo el entorno del estadio se peatonaliza. No son pocas las veces que he llegado a Madrid, he tomado la M-30 y al salir a la calle Ramón y Cajal, la continuación de Cocha Espina, he caído en la cuenta que era día de fútbol y tenía cortado el acceso a mi casa.

El barrio que queda al sur de Concha Espina, a la izquierda en la imagen, es El Viso, zona de chalet de gente con gran poder adquisitivo. En el área delimitada por Serrano, Concha espina y Paseo de la Habana proliferan las casas 5 estrellas en las que al pasear de noche se oyen los ladridos de los doberman y abundan las cámaras de vigilancia en los muros. En uno de los chalets de esta zona tuve mi primer colegio. Mater Gratie, colegio monolingue, siendo el idioma de uso el Inglés. Allí me codee siendo tierno infante, con los hijos de lo más granado de la sociedad madrileña. Hijos e ministros de Franco. Toda una generación de la familia Luca de Tena. No recuerdo donde estaba el centro docente, pero si que ocupada una amplia manzana en una calle con nombre de Río Gallego. Miño o Sil seguramente. Llevo décadas posponiendo una excursión para atisbar en mis raíces. En un lugar indeterminado de esta zona situé la acción de mi primer relato. Es un barrio fascinante, uno de esos que solo recorren quienes viven en ellos. Sin comercios, lugares de trabajo o edificios públicos, quizá alguna embajada, solo los inquilinos de sus fastuosas viviendas recorren sus calles y transitan por sus calzadas. Son barrios cerrados que viven dentro de la ciudad. Curiosamente mi otro colegio, en el que cursé el resto de mi vida de estudiante antes de la universidad, también se situaba en otro barrio de este tipo, el de la Fuente del Berro. Hay acacias viejas y olmos decrépitos en los alcorques de las aceras, por eso las copas de los árboles casi se transparentan y permiten ver la silueta del estadio al fondo de la pendiente, a la derecha.



274.4.- Calle Serrano en el cruce con Concha Espina (Madrid).

La calle Serrano se inicia en Príncipe de Vergara, muy cerca de donde está tomada la imagen, como una bifurcación de esta calle, separándose de ella en ángulo de 45 grados hasta alcanzar la distancia de 3 o 4 manzanas, luego con menor divergencia, discurriendo posteriormente, a partir de la Plaza de la República de Argentina, completamente en paralelo. Esta plaza, a la que conduce el tramo de la calle Serrano de la imagen, es conocida por su fuente con figuras de delfines en el centro. Es el lugar donde el Estudiantes, el equipo de baloncesto, celebra sus triunfos. Precisamente hace un par de días bajó a segunda división. No seré yo quien lloré por ellos. Este tramo, ligeramente en pendiente y con semáforos bastante dóciles, tiene una conducción vertiginosa, llegándose a plaza en cuarta e incluso en quinta a poco que uno se descuide.

Siempre me ha llamado la atención la gran cantidad de guarderías y colegios para niños pequeños que existen en esta zona, entre los que mi primer colegio fue uno más. Y es un dato curioso porque se, y no diré por qué, que son relativamente frecuentes los prostíbulos en la zona. La intimidad que dan los hotelitos y la tranquilidad de la zona la hacen propicia para esta actividad me imagino. Así, doy fe de haber visto, y no diré donde, un chalet de prostitutas junto a un colegio de jardín de infancia y primeros cursos. Sin que nadie lo notara, porque este negocio solo se publicita en las carreteras. Me divierte la idea de que algún padre de los escolares pueda ser cliente ocasional también de alguna de las chicas. Cosas más raras se han visto. Me contaron una vez sobre aquella mujer que trabaja en uno de estos sitios. En la versión que me relataron era la mujer de la limpieza, aunque el que fuera prostituta no varía en nada la moraleja. El caso es que un día al atender el timbre de la puerta vio a través de la mirilla a su propio padre, y nunca más volvió a confiar en la palabra de un hombre.