sábado, 30 de junio de 2012

295.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz)



295.1.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).

Cuando recorrí la Etapa 15 del Camino Natural no pude completar el último tramo, el de ascenso al Refugio de Valdoncillo. En la Garganta de las Hoces se perdía la senda que debía seguir. Mejor dicho, dejaba de ser posible recorrerla con vehículo, lo que me obligaba a recorrerla a pie, lo que hubiera supuesto invertir un tiempo del que no disponía. Tras intentar diversos apaños sin suerte decidí recorrer ese trecho desde el comienzo de la etapa siguiente. La etapa 16 la inicie desde un punto próximo a su ensamble con la etapa 17 ya que la ruta más lógica para acceder a la zona era a través de la localidad de Villarta de los Montes. Así que la etapa 16 la hice al revés, dejando para el final del día el tramo de la 15 sin inspeccionar el día anterior y que completé cuando ya el sol empezaba a ocultar detrás de las montañas que me rodeaban. Cuando recorría las mil y una curvas entre pinos que me conducían hasta el refugio llegué a desesperar pensando que no podría completar lo planeado para la jornada. También es verdad que no hacía más que detener el vehículo para tomar fotos. Un bosque de pinos es algo hermoso y sin duda fotogénico. Dentro de la masa es difícil ofrecer en una imagen una visión de la misma, así que cada vez que llegaba un claro que me permitía tomar distancia respecto al arbolado bajaba del vehículo a fotografiar los rodales con aquel verde tan terroso que no he visto en ningún otro bosque, no se si producto del color pardo claro de la tierra.






295.2.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).


Los ojos también se cansan de ver polvo en el camino. El sotobosque del pinar era un descanso para la vista, con su leña cubriendo el suelo que cruje cuando la pisas. Hasta ahora intentaba esquivar el subir al blog fotos en las que se viera mi sombra, mi firma de algún modo. Tras mirar esta imagen empiezo a cambiar de opinión. Aquí mi identidad está representada por el contorno de un trapecio en cuyo interior hay una circunferencia. Es la sombra de mi cabeza y mis brazos por encima de ella, con las manos sosteniendo la cámara de fotos. He quedado reducido a dos figuras geométricas, simples, nada complicadas. Elementales, es decir, no formadas por la combinación de otras. Resumido a unas pocas frases que se pueden expresar en lenguaje matemático. Apenas soy más. Quizás un puñado de sentimientos que sabiamente la geometría ignora y no traduce a su jerga. En un mundo que también tiende a la simpleza, pero en color, verde, azul y blanco, yo soy sombra que se proyecta gris en primer plano, un intruso, alguien que no está invitado, que debería confundirse con el resto de las sombras pero que se delata con unos trazos ajenos a la naturaleza. El sol a mis espaldas y el bosque ante mis ojos. Siento tristeza por no poder formar parte de tanta belleza.






295.3.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).


Me gustan esos árboles que por su elevada talla y delgadez de tronco se arquean y con el viento se mecen como si fueran juntos o trigo mecido por la brisa. Como debe ser, en las laderas orientadas hacia el norte y el oeste los pinos eran más altos y más esbeltos. Las plantas, incluyendo los árboles, crecen hacia la luz, cualquiera que tenga una terraza con plantas lo puede comprobar, inducir a algunas, por ejemplo a los cactus, a crecer en horizontal si la luz más cercana la tiene a derecha o izquierda. Cuando el árbol vive en sombras perpetuas su crecimiento se acelera. La penumbra induce a los árboles a crecer. Cuando hay luz el árbol invierte su energía en fructificar. Por eso los países meridionales facturan fruta hacia el norte y los septentrionales madera para el sur. En Finlandia está el paraíso de la madera, con pinos que crecen rectos y altísimos, dando el mejor rendimiento al convertir su madera en planchas. Claro está que el crecimiento de los árboles mayor en algunos sitios del monte que otros podría deberse a una simple cuestión de edad, de la cantidad de tiempo transcurrido desde que fueron plantados, en cuyo caso mi explicación, aunque válida, no sería aplicable en este caso. Aunque diría que sí. Eran las 5 de la tarde cuando realicé esta foto y la ladera a la izquierda del camino ya se ve en sombra. Demasiado pronto para una orientación hacia levante siendo la fecha que era. Momento: 17 de septiembre de 2011.






295.4.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).


Si la subida al Refugio de Valhondillo fue lenta, por ir controlando la ruta, no perderse en los cruces, buscar los lugares significativos y fotografiarlos, la vuelta, tras llegar al Estrecho de la Murciana y completar así la etapa anterior, fue a tumba abierta. El trabajo de la jornada estaba acabado pero el trecho hasta el hotel era largo y por caminos muy tortuosos. Lo cierto es que puede que no tenga sentido correr para dormir solo en una habitación de hotel, sin siquiera televisión, pero tenía polvo hasta en las cejas y necesitaba no pensar en nada. El camino era ancho así que el peligro fue nulo, pero me recuerdo dando saltos sobre la silla del todo-terreno en cada bache y desnivel de la calzada. Llegar al asfalto fue un alivio para mis huesos cansados. Al llegar a la habitación, tras ducharme y cenar el consabido bocadillo, solía dormirme a las primeras de cambio. Ojalá que de un tirón hasta la mañana siguiente, pero hace años que mis noches son agitadas. Ya se que lo pinto como algo duro, peor lo echo de menos. Los viajes, esa soledad sin nadie, que me parece más verdadera que esta otra acompañada. Ni un solo vehículo me crucé ni en la subida ni en la bajada. Bosque solitario, siquiera frecuentado por gamos y ciervos.

jueves, 28 de junio de 2012

294.- Jardines del Arquitecto Herrera Palacios (Parque del Retiro - Madrid)



294.1.- Jardines del Arquitecto Herrera Palacios (Parque del Retiro - Madrid).

A la clausura de la Casa de Fieras la superficie ocupada por ésta volvió a cumplir la función de zona ajardinada. A las nuevas áreas creadas a expensas de la antigua zona zoológica se las denominó Jardines del Arquitecto Herrera Palacios. Domina en ellos los setos moldeados con tijeras podadoras, una práctica que confieso no tengo muy claro si me gusta. El efecto estético favorable de la práctica de la topiaria, que así se denomina este arte, es indudable, pero igual que se censura la tortura de un animal no se porque hacerlo con las plantas ha de salir gratis. Los árboles han nacido para alcanzar los cielos o morir en el empeño. Recortar sus sueños podando o creando bonsais me parece una canallada. El edificio que se ve al final del paseo es el de la Casa de Fieras.



294.2.- Jardines del Arquitecto Herrera Palacios (Parque del Retiro - Madrid).

Un árbol, un seto vivo si se prefiere, que parece una tarta de boda no puede ser algo deseable. El impacto visual es innegable, ver este tipo de poda en lo que creo que es una cupresácea, aunque cualquiera sabe ya que me han birlado el porte característico del árbol, sorprende. Pero de esta forma se le está desvirtuando, impidiendo que exprese la belleza que lleva dentro, y no se hasta que punto se le está ridiculizando.



294.3.- Jardines del Arquitecto Herrera Palacios (Parque del Retiro - Madrid).

Amarte para que la primavera tenga un propósito, para que los árboles amarillos no parezcan una extravagancia de la naturaleza. Amarte porque de otra manera sería un sinsentido la vida, una larga y desesperada carrera hacia la nada. El que nada tiene no teme perder nada. Se ama más lo que se busca que lo que se tiene en los bolsillos. Por eso no tener tu amor es una ventaja, porque me moviliza el corazón que de otra manera estaría quieto. Bajo la fronda de este árbol algún día te robaré un beso. es más, me lo devolverás encantada de mi atrevimiento. Si tienes agallas deberías aceptar esta apuesta. Olvido si eres tú quien me la ganas. Felicidad si acaso se obra el milagro y soy yo el que la vence.



294.3.- Jardines del Arquitecto Herrera Palacios (Parque del Retiro - Madrid).

Lástima no haber tenido hijos. Me hubiera gustado. Quizá así es mejor para todos. Alguna mujer he querido que creo que hubiera sido buena madre. En realidad creo que todas las que mi corazón escogió. Una ya lo era cuando la conocí. Otras dos lo fueron después de salir de mi vida, y una contra pronóstico respondió ante el reto de forma magnífica porque le tocó ser madre soltera. La última, la más reciente, aun es muy joven para atarse a esas responsabilidades, pero se que lo hará maravillosamente bien. Es una opinión, puede que me equivoque, pero creo que las mujeres maduran más tarde ahora. Ya se que parece todo lo contrario, acceden antes al revoltijo del sexo y del amor, tienen poder adquisitivo mucho más pronto, y la sensación es que pisan más firme. A mi me da que es al revés. Adolescentes que fingen ser terribles come hombres y lo que en realidad ansían es que alguien les bese la frente y les de las buenas noches al acabar la jornada. Adolescentes que lo siguen siendo tras cumplir los 20, porque eso de formar familia propia cada vez se retrasa más y más. No es una crítica. Al revés, probablemente para mi fuera una ventaja ahora que tengo más años de la cuenta y solo puedo jugar ya la baza de mi aire paternal. Los toboganes me daban miedo de niño. Vi a muchos caer de cara. Mi hermana se machacó la muñeca ejercitando esta suerte. Era la cafre de mi casa, la indomable, la que no tenía miedo de nada. Qué lugar tan hermoso para llevar a tus hijos a que jueguen. Eso que ya no será. Contigo de la mano mientras nuestros hijos ríen y se pelean mientras levantan castillos de arena. Tan simple, tan imposible para mí. Habrías sido la madre de mis hijos perfecta. Y el resto del tiempo ni niña chiquitina.

domingo, 24 de junio de 2012

293.- Casa de Fieras del Parque del Retiro (Madrid)



293.1.- Estatua a la Diosa Hera (Parque del Retiro - Madrid).

La estatua de la Diosa Hera está situada junto a la entrada al recinto de la Casa de Fieras del Retiro. Era inevitable que esta diosa tuviera alguna escultura en Madrid, siendo protagonista según la mitología griega de la creación del tiro de la carroza de La Cibeles. Todas las historias que se narran en esta mitología tienen como motor las infidelidades de Zeus a su hermana y esposa, Hera. Escuchar como consigue Zeus burlar la resistencia de las muchachas o los jóvenes que desea es la mitad de la diversión. La otra la forma en que Hera se las hace pagar a las pobres víctimas. En la representación escultórica del Retiro aparece con sus símbolos característicos, una granada en la mano y un pavo descabezado enroscado en su pierna. Puede que la escultura no sea de gran valor o calidad pero, al igual que pasa con la de Hércules vista en la entrada anterior, el rincón vegetal en el que se inserta crea un marco de gran belleza para la imagen. En este caso se trata de un seto vivo moldeado con tijeras de podar, un doble círculo en cuyo interior se sitúa la diosa, con un pino piñonero a modo de telón de fondo. La inclinación del árbol es preocupante, por lo que es sostenido por dos pértigas que impiden que caiga. Por ahora. El edificio de atrás del todo pertenece a la Casa de Fieras, y fui a visitarlo porque el ayuntamiento iba a ejecutar unas obras para convertirlo en biblioteca, dándole un uso a una construcción que llevaba tiempo vacía, sin función alguna.



293.2.- Estatua a la Diosa Hera (Parque del Retiro - Madrid).

No sabía que los personajes mitológicos se representaban con objetos simbólicos para identificarlos. Es lógico. Es lo que se hace con los santos en la pintura y la escultura. Un águila junto a su figura, por ejemplo, identifica a San Juan Evangelista. Sin la granada y el pavo sin cabeza podría ser una jovencita sonriente cualquiera. Es curioso lo dulce que parece Hera cuando sabemos que ha sido el mayor bicho de la Historia de la Literatura. Las adolescentes terribles, siempre caprichosas, vengativas con quienes creen que los agravian. La verdad es que esta imagen me cuadra más que la que tenía en mente al leer sus proezas. Siempre la había imaginado como toda una señora defendiendo su hogar, lo que se imagina que lo forma, una especie de Scarlet O'Hara. Hera lleva la ropa muy ajustada. El vuelo de su túnica lo riza el viento descubriendo sus piernas hasta sus rodillas. Va descalza. Podría bajar del pedestal y ponerse a caminar por la hierba. La veríamos tan hermosa y joven, con sus cabellos rizados, sonriente y soñadora, y algún desavisado, el más valiente, se acercaría a tratar de entablar relación y sufrir sus iras. porque este tipo de mujer al final siempre desfoga sus frustraciones en los demás, el enejo que le supone la diferencia que hay entre lo mucho de lo que disfruta y lo infinito que cree que se merece. Según parece la estatua fue esculpida en 1750. Está en su actual emplazamiento en el Retiro desde 2006, donde se colocó procedente de los jardines de Cecilio Rodríguez en sustitución de otra escultura, la de un efebo, que desapareció una noche misteriosamente. El árbol tras la diosa muestra síntomas de su enfermedad. Tiene una herida en la madera y lo que parecen síntomas de una pudrición supurante. Tiene los días contados, pero aun conserva belleza en su decadencia. La juventud de la belleza la aporta la diosa Hera, doblemente inmortal, por un lado por ser de piedra caliza y no de carne y hueso, y por otro por ser deidad del Olimpo.



293.3.- Casa de Fieras (Parque del Retiro - Madrid).

la Casa de Fieras es uno de los grandes mitos de mi primera infancia. Cuando yo era muy niño no existía un zoológico en Madrid. Había algo que llamaban Casa de Fieras en el Retiro, de la que me hablaban mis padres, en la que se supone que había estado siendo muy chico, y que siempre estaba cerrado. En realidad si visitas las instalaciones entiendes que aquello tenía que ser clausurado. Aun suponiendo la mejor intención en quienes lo dirigían y cuidaban para con los animales, las condiciones en las que estos vivían no podían ser buenas. Me costó encontrar un encuadre decente del edificio. Y era imperativo. La diosa Hera no estaba en el plan de trabajo pero este edificio sí. tenía que fotografiarlo para incluirlo en mi informe. Me gusta de esta imagen su tremenda profundidad de campo. Al verla me siento como Robert Rossen cuando lograba esos encuadres prodigiosos en sus películas, con planos y más planos de acción superpuestos unos detrás de otros, haciendo más claro el espacio tridimensional en el que nos desenvolvemos, aunque la pantalla del cine sea realmente plana. El árbol de la esquina, junto a la entrada, es una sequoia, una reliquia viva.



293.4.- Casa de Fieras (Parque del Retiro - Madrid).

Los únicos animales que se exhiben hoy en día son los que pueblan este estanque, patos y pavos. Pero en otros tiempos hubo osos y grandes felinos. Tengo un vago recuerdo de la existencia de una jaula con tigres, peor lo mismo es una invención de mi memoria. Quien primero tuvo la idea de crear un parque zoológico en los terrenos del Retiro fue Carlos III. Al Museo de Ciencias Naturales y el Real Observatorio Astronómico se sumaba un recinto con animales en lo que ahora es la Cuesta de Moyano. En el siglo XVIII se trasladó el recinto con animales a la zona más cercana a la Puerta de Alcalá. Tras la Guerra de Independencia, durante la cual el ejercito de napoleón arrasó el parque, árboles incluidos, Fernando VII mando trasladar la casa de fieras a su último emplazamiento, donde estuvo abierto hasta 1972.






293.5.- Casa de Fieras (Parque del Retiro - Madrid).


Parece ser una pajarera o una jaula para animales pequeños. Delante de la misma hay un Ficus benjamina, o al menos eso es lo que a mi me parece. tampoco es que el zoológico nuevo de la Casa de Campo me entusiasme. Lo he visitado una vez y me produjo más tristeza que otra cosa. Los animales según mi experiencia, no han nacido para ser observados, menos aun exhibidos. Pero tampoco quiero hacer una cruzada de eso. Quizás cueste verlo al primer vistazo, pero hay un duende encaramado en lo alto de la caseta de piedra, sentado en el borde y tocando la flauta. Traté de fotografiarlo de cara pero la luz venía de enfrente y las imágenes resultantes no eran buenas. El color verde-azulado muy claro creo que en parte es un efecto de la luz que incide de lleno en la estatua.






293.6.- Kiosko del Paseo de Coches (Parque del Retiro - Madrid).


Que levante la mano quien no haya paseado por el Retiro con alguna novia. Poco dinero y muchas ganas de estar juntos. Y a veces son tantas las horas que se acaban los argumentos para distraer las horas. Mi noviazgo con Victoria fue un noviazgo en la calle, de paseos interminables. Oficialmente duró tres meses. El tiempo que medió entre el reconocernos como una pareja y el momento en que ella se dio cuenta que aquello no iba a ninguna parte. Mi padre murió un 28 de agosto y ella me dijo que quería romper muy pocos días después, cuando septiembre se cernía ya sobre el calendario. Así que fue un noviazgo de verano, con plena luz. Acudir al funeral de mi padre le debió parecer demasiada realidad para ignorarla. Llevábamos dos años jugando a querernos, viviendo a espaldas del mundo, paseando por la ciudad como si fuera nuestra, como si el futuro aguardase en el cruce con alguna bocacalle. Creo que hizo bien. El instinto la hizo salvarse en el último momento. Dios sabe que tras los años transcurridos sigo en el mismo sitio que entonces. A ella la acabo de ver hace un momento. Nos hemos cruzado aquí cerca, en la acera sombreada por los plátanos, y hemos fingido no vernos. Llevaba a una niña de la mano. Imagino que era su hija. La quise mucho, esa es mi disculpa. Y supongo que todo ese amor sobrevive en alguna parte, que ilumina algún trecho de cielo en esos momentos de la madrugada en que noche es lo único que se interpone entre el olvido y el alba.

sábado, 23 de junio de 2012

292.- Paseo de Coches (Parque del Retiro - Madrid)



292.1.- Paseo de Coches (Parque del Retiro - Madrid).

El Paseo de Coches del Retiro fue abierto en 1873 durante el reinado de Alfonso XII, que parece ser el momento en que se racionalizó el uso del recinto, con la colocación de verjas, puertas, trazado de camino y adornos. Los coches a los que alude su nombre eran en principio de caballos, aunque hoy día el firme está asfaltado. No obstante hoy es de uso privativo de peatones, aunque haya que tener cuidado con los ciclistas. Años después de aquel episodio con la novia barcelonesa de mi amigo, estábamos toda la pandilla una mañana de domingo paseando por este paseo. La pandilla la formaban dos matrimonios jóvenes, una niña de unos 3 ó 4 años, una renacuaja que acababa de aprender a andar y un servidor. Un ciclista pasó como un rayo junto a la chiquitina y su madre, lógicamente, se asustó y le recriminó su temeridad. Lo que ya fue excesivo fue descalificar a todos los madrileños en conjunto y, tras dos o tres años, zanjar aquel momento junto a la reja del parque con un "¿Ves como no es bueno pasear por aquí?".

El paseo de coches es conocido por ser en él donde se celebra la Feria del Libro de Madrid. Iba todos los años con mi padre. Algún libro caía de regalo siempre. A veces más. Mi padre es la única persona que recuerdo que se me acerca un tanto en mi pasión por los libros. Mi casa está llena de ellos. La colección de mi padre está siendo desplazada milímetro a milímetro, estante a estante, por la mía. Nada más hermoso que un libro recién impreso, con sus páginas perfumadas por el olor a tintas y resinas. No soy bibliófilo porque detesto la vejez en los libros. Siempre me dicen que lo hermoso de un libro viejo es saber que ha pasado por muchas manos, que tiene una historia. A mi me gusta pensar que los libros son solo míos, que no tienen más periplo vital que mis propias manos. No me gusta prestarlos. De niño a mi hermano mayor le reñía por abrirlos en exceso y hacer que se cuarteasen por el lomo. Odio a quienes anotan en sus márgenes, subrayan frases que les impactan, les hacen reflexionar o les inspiran, doblan esquinas de las páginas para señalar pasajes concretos. Estoy en contra de las torturas con los libros. En mi casa llegó a ser una preocupación mi pasión por ellos. A la feria del libro iba solo a recolectar catálogos. Lo cierto es que los libros nunca me han traicionado. Algunos me han decepcionado porque tenía puestos en ellos muchas expectativas, pero nunca me han dado menos de lo que tenían ni han rehusado atenderme cuando los he requerido. Puestos a escoger entre libros y personas lo tendría muy difícil sino existiese esa trampa llamada afecto humano, que a la larga siempre te devuelve a la soledad. A una soledad repleta de libros, de pilas de ellos por todas partes.






292.2.- Sala de Fiestas Florida Park (Parque del Retiro - Madrid).


Con fachada al Paseo de Coches, en esta mítica sala de fiestas, Florida Park, era uno de los lugares donde había que actuar para consagrarse en la noche madrileña cuando la TV aun no tiranizaba el mundo del espectáculo. La construcción que fue germen del actual Florida Park, el edificio de planta circular y abovedado de la izquierda, denominado actualmente Salón Pombo por ser este poeta un habitual, es obra de Isidro González Velázquez, arquitecto madrileño al que la ciudad le debe un sinfín de pequeñas joyas, no siempre vistosas. En su haber está la Casa de Fieras, que era la razón de mi visita al parque, el monumento a los caídos por la patria el 2 de mayo, en la Plaza de la Lealtad, en la Bolsa de Madrid, para entendernos, así como la remodelación de la Plaza de Oriente. Este pequeño edificio se construyó en 1814, por encargo de Fernando VII, que quería diversas construcciones para su recreo. Construcciones románticas, cabañas, quioscos o cenadores con autómatas dentro.

Con el paso de los años el complejo se fue ampliando. Se fueron añadiendo más construcciones a medida que fue cambiando su uso: El invernadero y la pista de baile. Ha sido pabellón de caza, balneario, capilla, terraza-cafetería, vaquería. Durante la dictadura de Primo de Rivera fue un "dancing". Tras la Guerra Civil  un salón de té. Con la llegada de los americanos a la base de Torrejón, se puso de moda como sala de fiestas. En los años 70s, con la llegada de la TV, fue utilizado como escenario para los programas musicales de José María Íñigo y los shows de fin de año.






292.3.- Paseo de Coches (Parque del Retiro - Madrid).


Los del Paseo de Coches no son árboles extraordinarios. Plátanos (Platanus sp.) y pinos piñoneros (Pinus pinea), pero su porte es excelente, sobre todo en los segundos, y el crecimiento también, en este caso el de los primeros. El asfalto del pavimento es claro, y supongo que no es una casualidad. De esta forma parece un sendero de tierra apisonada, se integra mejor en el entorno. A la derecha en la imagen hay una escultura. Es una representación de "Hércules y el león de Nemea, el primero de los episodios de los "Doce trabajos de Hércules". Ya sabemos lo que le gustaba a Zeus tirar una cana al aire. De resultas de una de ellas Alcmena engendró a Hércules. El ufano padre proclamó que su siguiente hijo heredaría la corona y reinaría en el Olimpo. Hera, su legítima, al enterarse amañó el concurso haciendo que Hércules, que iba en cabeza en la carrera, naciera dos meses más tarde, adelantando el nacimiento de Euristeo tres meses, que nació con taras físicas y morales por el parto prematuro. Hera ya fue siempre enemiga de Hércules. Tuvo muchos, quizá lo fueron todos, porque ningún corazón alberga más odio que el de una mujer engañada por su marido, pero Zeus fue su preferido, a quien mayor placer le causaba mortificarlo. Una vez casado y con hijos, le hizo beber un veneno que lo enloqueció, matando a sus propios hijos y su mujer. En la serie de la TV lo cuentan divinamente. Al recuperar la razón se aisló de todos. Fue a buscarlo uno de sus hermanos, uno de tantos, que ya sabemos como se las gastaba Zeus. Éste le convenció para que volviera a la civilización. Fue a visitar a la Sibila de Delfos, que le impuso como penitencia servir como esclavo durante un tiempo de su más odiado enemigo, que no era otro que Euristeo, quien usurpaba su legítima Corona. Hubo de realizar doce trabajos para recuperar la libertad. El primero de ellos fue abatir al león de Nemea para obtener su piel, que era tan dura como la piedra. El simpático felino se escondía durante el día y por la noche mataba a todo bicho viviente que se cruzaba por su camino. Para que hacer distingos. Hércules trató de cazarlo utilizando diversas armas: un arco, un garrote, una espada. Pero ninguna era capaz de traspasar o hacer mella en la piel del león. Así que hubo de matarlo con sus propias manos tras acorralarlo en su guarida. Una vez muerto le arrancó la piel usando como utensilio las propias garras del cadáver. Esta treta se la sopló Atenea, que se le apareció en forma de anciana para darle la idea. Se puso la piel como coraza y fue a llevársela a Euristeo, que al verlo se asustó tanto que le ordenó que a partir de entonces los frutos de su trabajo, las otras once tareas que le iba a encomendar, los depositase extramuros de la ciudad. Se dice que la escultura data del año 1650, siendo su primer emplazamiento el Palacio Real, desde donde se trasladó al Retiro durante el reinado de Carlos III. En la imagen la escultura está lejos, pero puede apreciarse claramente a Hércules con la espalda arqueada por el esfuerzo, tratando de abrir las fauces del animal para desencajarlas.






292.3.- Estatua de "Hércules y el león de Nemea Paseo de Coches (Parque del Retiro - Madrid).


Es la imagen del conjunto escultórico que se en la imagen anterior, enmarcado entre setos de flores y con los plátanos como dosel. Es de suponer que en primavera, cuando los árboles hayan echado las hojas, se vea aun más bonito. O en otoño con una alfombra de hojas muertas. Encuadre perfecto. Normalmente sufro al ver los fallos. Aquí no logro encontrar nada que me disguste. El muro vegetal se transparente porque es invierno. Hasta el espectro de los edificios de la próxima Avenida Menéndez Pelayo mejora la imagen.

jueves, 21 de junio de 2012

291.- Plaza de Guatemala (Parque del Retiro - Madrid)



291.1.- Paseo de Panamá (Parque del Retiro - Madrid).

Lo he contado tantas veces que no me extrañaría que ya lo hubiese hecho en el blog. Le preguntaron en cierta ocasión a Robert Redford su lugar preferido para vivir. Su respuesta fue exactamente esta: "Otoño en Madrid. Resto del año en Nueva York". Madrid no es ciudad demasiado conocida. Últimamente parece estar experimentando un cierto éxito turístico, pero siempre ha tenido sus entusiastas. Ava Gardner lo fue hace muchos años, incluyendo su pasión por las noches madrileñas, aunque a uno le cuesta creer que fueran demasiado esplendorosas con la posguerra tan reciente. Redford parece serlo también. En algún lugar leí que en más de una ocasión se le abrió el Prado a deshoras para poderlo visitar con tranquilidad. Tal vez viese a los fantasmas que Alberti afirmaba que se adueñaban de las estancias y pasillos del museo al caer el sol. ¿Por qué el otoño? Lo cierto es que ese momento es emocionante en esta ciudad. Se la nota entonces insegura, huidiza, melancólica, frágil por el sentimiento a flor de piel. Los tiempos de cambio son difíciles, pero están llenos de temblores del alma. Quizás la vida fluya más rápido entonces, como en la primavera. Pero si entonces la vida despierta y se despereza, en otoño es todo lo contrario, se aletarga y inicia el sueño del invierno. Pienso que Redford ha de ser paseante habitual el Retiro, de sus mañanas frías de otoño, cuando la hojarasca húmeda recubre los paseos terrizos. No deberían barrerse las hojas caídas. Se que es lo correcto, porque su pudrición en el suelo propicia las enfermedades. Hongos y virus se ceban en las partes muertas del árbol, y si alcanzan suficiente virulencia pueden amenazar las vivas, a los árboles en pie. Caminar con la vista hacia abajo levantando las hojas con la punta de los zapatos, verlos brillar por la humedad retenida, quizás con origen en una lluvia reciente o en la escarcha de la mañana. El silencio roto por el rumor del roce entre las hojas. Es un juego y al mismo tiempo un ejercicio introspectivo. El otoño en Madrid es tan hermoso porque la ciudad la pueblan casi tantos árboles como personas, porque se trata de una ciudad modesta a la que pocos han piropeado y que se aviene tanto al esplendor de las flores como a la desnudez de colores en el mundo. Acicalada o sin maquillar, con la cara lavada por la tormenta, su rostro sino hermoso es al menos amable con quien la mira, y entregada con quien la ama. Pude incluir imágenes otoñales del Campo del Moro porque mi visita de trabajo coincidió con esa época. Visité el Retiro en febrero por unas obras relacionadas con la antigua Casa de Fieras. Por eso sus sendas aparecen exentas de hojas a pesar de que los árboles están desnudos. La imagen es la vista contraria a la que muestra la imagen del post anterior, con la Puerta de la Reina Mercedes al fondo.






291.2.- Plaza de Guatemala. Monumento al General Martínez de Campos (Parque del Retiro - Madrid).


El Paseo de Panamá finaliza en el Paseo de Coches, único camino asfaltado del recinto del parque. Justo del otro lado del mismo hay una plaza de pequeñas dimensiones, con un estanque en su centro, que siempre había sido conocido como el Estanque de los Cisnes. La razón del nombre no es clara. Hay quien propone que quizá en el centro de la laguna estuviera el conjunto escultórico que ahora adorna una fuente en un lateral de La Cibeles, frente al Edificio de Correos, hoy sede del Ayuntamiento. Se trata de un grupo escultórico con lo que parece un grupo de patos, y que conozco muy bien porque hice parte de la Mili en el Estado Mayor de la Marina y tenía que salir a regañar a quien quería aparcar su coche justo al lado. Lo cierto es nada se lo impedía desde el punto de vista legal, así que salíamos de la puerta del cuartel, en la entrada que era también la del Jefe del Estado Mayor de la Marina, haciendo sonar el silbato para darle más dramatismo, con ánimo de amedrentar y no tener que discutir. El escándalo disuadió a todos los que trataron de estacionar durante mis turnos. Salvo un tipo que aparcó y saliendo corriendo del coche. Yo fuí tras de él porque si se me escapaba se me caía el pelo. Llegué a tiempo de verle echar una carta en un buzón de Correos y volver rápido al coche para marcharse. Sabía la escandalera que se iba a montar y por eso lo hizo todo tan rápido como pudo. Dimos un gran espectáculo a los viandantes.


En 1904 el rey Alfonso XIII encargó al escultor Mariano Benlliure una estatua ecuestre del General Martínez de Campos, que se sufragó por suscripción popular, y que se inauguró en 1907. Este general es conocido sobre todo por ser el líder del pronunciamiento militar en Sagunto, el 29 de didiembre de 1874, que dió fin a la Primera República y  reinstauró la Monarquía Borbónica en la persona de Alfonso XII, así que cabe la posibilidad de que su efigie a caballo sea víctima de las huestes que Peces Barba denominó como "Los Buenos".






291.3.- Plaza de Guatemala. Monumento al General Martínez de Campos (Parque del Retiro - Madrid).


El pedestal es de piedra caliza y mármol y la estatua de bronce. Muy cerca de este emplazamiento se sitúa el magnífico grupo escultórico que preside el estanque del retiro, dedicado a Alfonso XII y también obra de Benlluire. Como se indica en la leyenda del lateral, Martínez de Campos participó en las guerras de Cuba, concretamente la denominada de los 10 años, y en diversas campañas de la Guerra Carlista, en Cataluña y Navarra. Me gusta la postura del caballo, relajada, como si hubieran parado después de una larga caminata o cabalgada y estuviera distraído con lo que hay a sus pies, mientras su jinete otea el horizonte desde la colina en la que se encuentran. Los árboles esqueletizados por su falta de hojas pero con las yemas foliares en pleno crecimiento, le otorgan un marco natural muy hermoso al conjunto. El agua estancada me gusta menos. Las fuentes en las que no corre el agua tienden a disgustarme.






291.3.- Plaza de Guatemala. Monumento al General Martínez de Campos (Parque del Retiro - Madrid).


La imagen esculpida por Benlliure cambia según el ángulo en que sea vista gracias a la postura de la cabeza del caballo. Ese simple detalle transforma el sentido de todo según la perspectiva. Desde este punto el cuello del animal se retuerce y desaparece la sensación de tranquilidad de las anteriores imágenes. El caballo tal vez esté forcejeando con las riendas. Las nubes dejan en el cielo un espacio en forma de uve justo tras jinete y montura. El uso de las diagonales en pintura es aquí el simple juego del azar, que quita y añade componentes en la composición y los ordena a su antojo. La fortuna también es importante para el fotógrafo, al menos para uno tan poco profesional como yo.

miércoles, 20 de junio de 2012

290.- Puerta de la Reina Mercedes (Parque del Retiro - Madrid)



290.1.- Avenida Menéndez Pelayo (Madrid).

Mis abuelos maternos tenían una casa en la Avenida Menéndez Pelayo. Era un piso enorme. Tanto que si te asomabas al pequeño patio de vecinos la ventana de enfrente era la de otra habitación de la casa. El piso daba completamente la vuelta en redondo al patio. El ascensor era de aquellos antiguos con puerta interior corredera y las escaleras y descansillos de madera que crujía al caminar sobre ella. La casa era de renta antigua. Creo recordar que pagaban un alquiler de 25 pesetas al mes. Algo absurdo, pero así eran aquellos tiempos. Parecía un museo porque estaba llena de cuadros, porcelanas, relojes, muebles de época y antigüedades. Una de las fachadas daba a la avenida y al Parque del Retiro. La terraza era casi un mero mirador enrejado, delo tamaño justo para asomarse, pero las vistas merecían la pena. En realidad pocas tan hermosas como aquella. Madrid tiene déficit de vistas. Las que dan al parque sean quizás la mejoras, las únicas durante mucho tiempo. El portal de mis abuelos era uno de los de la acera de la derecha. El edificio alto del fondo de la avenida es la Torre de Valencia, el mismo que destroza la perspectiva de la Puerta de Alcalá desde la Cibeles, que es lo que lo hizo célebre, para mal. Rascacielos de cuando el cemento era el material pro excelencia, antes de la llegada del aluminio y el vidrio. La altura de los pinos de la acera izquierda delatan la presencia del Parque del Retiro. Árboles quizás centenarios, de elevado porte y copas casi perfectas, bien cuidados, mimados por los equipos de jardinería. Más problemático es atender a las necesidades de los ejemplares del arbolado urbano de aceras y plazas. Madrid es la capital de Europa con mayor número de árboles de Europa. Plantarlos es una obsesión que heredan los alcaldes, lo cual agradezco. No lo es tanto su correcto cuidado.



290.2.- Puerta de la Reina Mercedes (Parque del Retiro - Madrid).

La verja del Parque del Retiro comenzó a construirse en 1865, en tiempos de Alfonso XII. A medida que se construía se creaban también diversas puertas a lo largo de su perímetro. La puerta de la Reina Mercedes se sitúa enfrente de la Calle Ibiza y permite el acceso desde la Avenida Menéndez Pelayo al Paseo de Panamá de la red de camino del parque. Se trata de una puerta modesta. No hay desnivel entre el recinto interior y la calle, como ocurre en otras puertas, donde son necesarios tramos de escaleras. La Reina Mercedes fue la mujer del rey Alfonso XII. Se caso con apenas 17 años tras un flechazo y murió poco después, tras apenas 5 meses de matrimonio. Historia romántica, en el doble sentido del término, que inspiró la película "¿Dónde vas Alfonso XII?", protagonizada por Paquita Rico y Vicente Parra. El título hace referencia a la copla que cantaban las niñas al jugar a la comba:

«¿Dónde vas, Alfonso XII,
dónde vas triste de ti?
Voy en busca de Mercedes
que ayer tarde no la vi»

Al no haber sido madre de rey y no tener derecho por tanto a ser enterrada en el Panteón de Reyes del Monasterio del Escorial, el monarca, con el fin de darle una sepultura digna de una reina, decidió emprender la construcción de una Catedral en Madrid, junto al Palacio Real, en cuya iglesia descansan sus restos desde el año 2000. Curiosamente la calle en la que vivo también está dedicada a esta reina efímera. Momento: 5 de febrero de 2008.



290.3.- Paseo de Panamá (Parque del Retiro - Madrid).

Sobre las antipatías entre madrileños y barceloneses, y me refiero solo a los habitantes de Barcelona, porque la mayoría de las veces que alguien dice "aquí en Cataluña" se trata de un tipo de Barcelona hablando estrictamente sobre asuntos de su ciudad, tengo una historia curiosa. Uno de mis mejores amigos se casó con una catalana de la Ciudad Condal. Noviazgo complicado, pero apasionado, que se desarrollo en fines de semana, con viaje alternos de uno u otro a la otra ciudad. Ella se vino a vivir a Madrid tras la boda, a la que yo no asistí por estar en la Mili. Lo cierto es que pude haber pedido permiso, y es posible que lo hubiera obtenido. Pero no quise. No quería ir a la boda, como no quiero ir a ninguna. A ningún acto social en realidad. Sufro de una aversión casi insoportable a las reuniones multitudinarias. Más si son de gente que conozco. Sería largo de explicar. Más aun convencer a la gente de que es verdad lo que cuento. Siempre digo bromeando que no concibo peor pesadilla que mi propia boda, siendo el centro de atención de un montón de personas. Y siempre que lo digo me contestan que nadie se iba a fijar en mí, porque en las bodas todos los ojos se dirigen a la novia. Y yo me río de la broma, disimulo como puedo el ridículo que siento al haberlo confesado. Lo que quiero decir es que hice esfuerzos por ir a la boda porque trato de evitarlas todas. No había nada personal en ello. No desaprovaba a la novia, aunque es cierto que nunca nos caímos bien. Un día que fuimos a cenar a su casa, y que hubo que probar el consabido "pan amb tumaca", le oí decir a aquella chica que andaluces y extremeños eran unos vagos que vivían a costa de los catalanes. Una versión censurada para la ocasión, para no insultar a las otras 4 personas presentes, incluyendo a su marido, de aquello de que solo los catalanes tienen valía y el esto de los españoles no servimos para nada. Le hice saber, porque la chica tuvo mala pata, que mi padre había nacido en Badajoz y que estaba seguro que era más trabajador que el suyo, sin conocerlo. La cosa acabó mal, aunque con mucho derroche de diplomacia. Me convertí en persona non grata por cerril, y a partir de ahí se me recriminó mi actitud siempre que venía a colación. Debo decir que aquello no surgió de la nada. Aquella chica tenía como tema de conversación recurrente lo horrible que era Madrid. Era constante su empeño en convencernos de lo infelices que éramos viviendo aquí. La gente de fuera cree que los madrileños no queremos a nuestra ciudad. Craso error. No la cambio por ninguna de España y las conozco casi todas. Aquella aversión a lo madrileño se disimulaba indicando que el desagrado era por todas las ciudades grandes en general, pero elogios de Barcelona le oí unos cuantos. Un día, antes de la boda, a los pocos días de conocerla, paseábamos junto al Retiro por la Avenida Menéndez Pelayo. Nos paramos ante una de sus puertas, puede que la de la Reina Mercedes. Entonces hice un sincero acercamiento a ella y me ofrecí a enseñarle el parque. No era/es mala chica, solo alguien con fobias. Pero el terror en aquellos ojos ante la idea de que tal vez conociese algo de Madrid que le pudiera gustar fué casi cómico. Es una actitud más habitual de lo que parece. Se aplica a lugares, colectivos y personas concretas. Muchas personas son reacias a conocer lo que sus prejuicios señalan como negativo para no encontrarles virtudes y tener que desdecirse. En mi descargo diré que soy persona con muchos prejuicios, pero dispuesta a cambiarlos. Nunca fuerzo esas situaciones. Conozco Barcelona y me gusta. Estuve a mis anchas las veces que la visité, que no han sido pocas. Pero ella no quería traspasar la puerta del parque y no sabía que argumentar para evitarlo. Ante mi insistencia, que fue mucha, la cosa adquirió tintes melodramáticos. Miraba a su futuro marido, su novio entonces, pidiendo socorro. Al final se concluyó que amenazaba la tarde con levantarse fresco y íbamos todos desprovistos de chaquetas. La idea se le ocurrió a él, claro, porque ella se quedó bloqueada. Desde entonces en mi memoria la situación se dibuja con la imagen de esta chica agarrada a la verja del parque, histérica por el miedo al Parque del Retiro, y a mi mismo tirando de ella por la cintura para arrancarle las manos de los barrotes y hacerla entrar, como una escena de dibujos animados. Esta actitud, en mi opinión, es muy común en barceloneses, a los que muchas veces he oido despotricar de Madrid sin conocerla. Al final el matrimonio acabó viviendo en Castellón, lugar neutral. Y las pocas veces que mi amigo nos visitaba, casi sin querer, me informaba tras el saludo, lo incómodo que se sentía. ¡Ay, Dios mío, le había lavado el cerebro! Para terminar diré que el tercero del grupo, porque eramos un trío de amigos que nos conocíamos desde hacía muchos años, si que era anti-catalán. De raigambre, con solera. De él aprendí el mote de "catalinos", que prefiero no explicar. Sin embargo, el catalanofobo oficial era yo porque solo yo me enfrentaba a las fobias de la mujer de mi amigo. En fin, da igual.

lunes, 18 de junio de 2012

289.- Valle del Arroyo Clamor (Binaced - Huesca)



289.1.- Cerca de la cerrada de la Presa de San Salvador (Binaced - Huesca).

Topónimos sonoros. La Clamor, Mombrún, Partida de Alfantega, Los Regueros. Eran las zonas agrícolas que se extendían ante mi, entre la pequeña montaña por la que discurría y la Sierra de San Salvador al otro lado de la zona de vega. Zonas verdes regadas y zonas con la vegetación agostada, de contornos irregulares, con siluetas forjadas por la intersección y el desplazamiento de círculos. De mi lado la retama y el tomillo, la genista y el brezo. Del otro la línea de vegetación que acompañaba al Canal de Zaidín. Cerca de la cerrada, persiguiendo un arroyo de extraño nombre, seco la mayor parte del año. Más en verano, cuando me tocaba buscar su curso para situar la presa del futuro embalse. Clamor parece un nombre lleno de inquina para un curso fluvial en el que rara vez suena el agua.



289.2.- Acceso al Valle del Arroyo Clamor (Binaced - Huesca).

Llegué hasta donde comenzada la pequeña garganta donde se iba a ubicar la presa. El arroyo comenzaba junto a una balsa de aguas lodosas, que también abastecía a una canalización de riego. A la derecha se situaría la presa, que detendría el agua del arroyo en su discurrir de izquierda a derecha, quedando el valle agrícola a la izquierda, por el que había caminado aquella mañana, bajo las aguas del pantano. Cuesta creer que de tan poco caudal pueda surgir un embalse. Es una integral de diminutos diferenciales. Poco a poco se acaba consiguiendo mucho. Si detienes el agua se acumula junto al obstáculo para tratar de rebasarlo. Como el amor. Tratar de cese mi amor por tí es promesa de que viviré para siempre bajo tu influjo.



289.3.- Valle del Arroyo Clamor (Binaced - Huesca).

Justo en el arranque del último tercio del estrecho valle ha de estar situada hoy en día la Presa de San Salvador que, desde la ubicación donde fue realizada la fotografía, la veríamos con el paramento aguas arriba en primer término. El Arroyo Clamor traza una línea en zig-zag, discurriendo por un surco que parece haber sido excavado a modo de canalización. En mitad de la recta final, una vez vuelve a enderezar el rumbo, es donde podríamos situar el azud. Este valle en forma de cuña lo vimos a lo lejos en una anterior entrada. La retama (Retama sphaerocarpa) y la coscoja (Quercus coccifera) ocupan la ladera, aunque sin dar mucha cobertura al suelo. Especies ambas sufridas, lógicas, sobre todo la segunda, en un clima que tiende a la aridez y con veranos probablemente muy calurosos. Estamos fuera del ámbito del arbolado. Siquiera la encina deben crecer aquí con facilidad. Aquellos lugares a los que renuncia esta especie son ocupados por la coscoja, el matorral de color más oscuro.






289.4.- Cerca de la cerrada de la Presa de San Salvador (Binaced - Huesca).


La textura del paisaje. Un concepto habitual en los análisis ambientales, difícil de aprehender, como todos los que tratan de describir y evaluar la calidad del paisaje. Mejor y peor, bueno, malo y regular, son calificativos casi en su totalidad escogidos de forma subjetiva. El juego de texturas, sea exactamente lo que sea eso, es lo que me entusiasma de esta imagen. El campo de cardos agostados en la ladera desde la que tome la fotografía desciende en suave ladera hacia la llanura agrícola, por lo que las distintas superficies según colores y uso del suelo se continúan unas a otras, sin soluciones de continuidad. Es un tapiz desplegado sobre el suelo, casi sin irregularidades. Eso hace más fuertes los contrastes, aunque al tiempo otorga cohesión entre las diferentes teselas. El campo más lejano está siendo regado. Siempre creí que lo correcto era hacerlo a primera o última hora del día, no justo al principio de la tarde cuando el calor es más elevado y la evapotranspiración de las plantas y el suelo aumenta y, por tanto, el porcentaje de pérdidas del agua aportada.






289.5.- Cerca de la cerrada de la Presa de San Salvador (Binaced - Huesca).


De camino al coche para emprender el regreso a Madrid tomé varias imágenes que ahondan en la idea de la anterior. Aquí la suavidad de las texturas es aun mayor. Me fascinan el beige de los campos de cereal agostados hace tiempo cosechados y el verde claro de los campos en riego iluminados por el sol. Paisaje simple con apenas referencias geográficas o de otra índole. Sin elementos humanos, al margen de la propia práctica de la agricultura. Colores y líneas, todas curvas, algo inhabitual, son los elementos que construyen el paisaje. Además, hay algo que procura calma en esta vista. Ojalá nunca hubiera regresado. Estoy exagerando. Creo yo.

martes, 12 de junio de 2012

288.- Canal del Ripoll (Binaced - Huesca).



288.1.- Ripoll (Binaced - Huesca).

Las cigüeñas son una constante de Huesca. La primera aglomeración de individuos que vi de esta especie, un gentío ruidoso y abigarrado sobre el tejado de una diminuta iglesia, fue en un pueblo del prepirineo oscense. No menos de 14 parejas crotoreando, que me impedían oir lo que me estaban diciendo por mi teléfono móvil. Fue en este viaje, también a la provincia de Huesca, cuando vi la primera aglomeración de individuos aprovechando para alimentarse el paso reciente de una máquina agraria. Los campos recién segados estaban llenos de cigüeñas hundiendo sus picos en la hierba amontonada en hileras. ¿Llegaban al medio centenar? Es posible. Camino del emplazamiento de la futura presa de San Salvador paré un momento en la margen del camino para tomar una docena de imágenes. Ninguna transmite la emoción que sentí ante tanta actividad animal. No es fácil ver animales en el campo, menos aun medio centenar de un solo vistazo. Y en esas raras ocasiones siempre tienen relación con la presencia del hombre, con su capacidad para alterar el medio: vertederos llenos de gaviotas, ciervos y gamos en cotos de caza, plagas de topillos propiciadas por su introducción masiva en el medio. La propensión a la exageración es un rasgo muy humano que el hombre contagia a la naturaleza. Bajé la ventanilla del coche e hice las fotos sin bajarme del vehículo para no espantar las cigüeñas. Momento: 11 de agosto de 2008.



288.2.- Sierra de San Salvador (Binaced - Huesca).

Por mucha que sea la distancia que recorras aquello que llevas dentro irá contigo. Pero lejos de todo el dolor no importa, es como si lo padeciera otro, la tristeza muta en calma, en resignación, que anestesia el alma hasta el momento del regreso. Lejos de todo no son necesarias las decisiones porque sencillamente no hay alternativas, ni tampoco esperanzas. Todo se simplifica porque nada esperamos del instante siguiente, todos los resultados son el mismo resultado y la decepción no tiene ya razón de ser en un corazón que ha omitido su pulso. Lejos de todo nada me recuerda tu rostro, la luz calma de tus ojos oscuros. Todo lo que veo te es ajeno, todo lo que concibo, y la edad de tu sonrisa deja de formar parte de la infancia de mi deseo. Lejos de todo el contorno de tu cuerpo es solo un dibujo difuso más en mi memoria indolora. Ni ahora ni entonces, todos los anhelos se posponen para un mismo después que probablemente carezca de fecha en el calendario. Lejos de todo no es a tus labios a lo que saben mis labios, aunque pronuncien los mismos silencios, y el sonido de los días son ruidos que amortigua la distancia. Lejos de todo, lejos de tí.



288.3.- Canal de Ripoll (Binaced - Huesca).

Partí de la carretera A-2220 y tomé un camino una pista de tierra de buen firme que me llevó donde las cigüeñas se agolpaban detrás de las máquinas. Al final de la pista llegué junta a una verja abierta. Del otro lado discurría el Canal de Ripoll, un ramal del Canal del Zaidín, cuyo extremo final se situaba junto a unos altos que dominaban el valle del arroyo. Tome el camino de servicio de infraestructura y lo recorrí hasta donde pude. Eche pie a tierra cuando la vegetación comenzaba a desdibujarlo del todo y empezaba a ser un riesgo el que no hubiera posibilidad de dar la vuelta al vehículo. Los plantones de chopo formaban una barrera en la orilla contraria a la del camino. Algunos crecían también de este lado del canal. El el borde exterior la zona regable que algún anegarían las aguas.



288.4.- Balsa de regulación en el Canal de Ripoll (Binaced - Huesca).

El canal terminaba en una balsa de regulación. El cañizo aislaba la lámina de agua del sendero del canal. No se si tenía alguna función ambiental porque el aspecto de la balsa de riego era el de estar en vías de naturalizarse, pero en todo caso escaso me imaginaba el tránsito de vehículos o personas por la zona. El acceso era tortuoso y el ámbito geográfico muy despoblado. tenía que haber una clara intención para llegar hasta allí. No era un lugar al que se pudiera acceder accidentalmente. Un paraje a prueba de extravíos. El orden de los cultivos de la colina cercana, posiblemente parcelas de árboles frutales dotadas de riego por goteo, devolvían el orden a un paisaje desordenado aunque llano, con exceso de referencias que fomentaban la desorientación. tenía que mirar constantemente el mapa para saber donde me encontraba. Todas esas montañas de cimas planas se parecían demasiado entre sí. Los cipreses de la línea del horizonte anunciaban una vivienda o una hacienda agrícola. La calma absoluta, el agua casi sin irregularidades en su superficie, el reflejo verde de la vegetación y el gris y plata de las nubes. Un trabajo a punto de culminarse. Y ni siquiera era la hora de comer al fin y al cabo. Los últimos metros hasta mi objetivo final los hice a pie y casi agradeci la demora en emprender el viaje de regreso.

lunes, 11 de junio de 2012

287.- Cañada Real de Lleida a su paso por Binaced (Huesca)



287.1.- Cañada Real de Lleida a su paso por Binaced (Huesca).

Volví a ver a la persona con la que me había topado en el cruce del Canal del Zaidín. Volvimos a discutir. Me comentó que en su ánimo no estaba entorpecer mi trabajo, pero me pidió que comprendiera que a cualquiera le molestaría que fotografiasen su casa. Pero yo ya no estaba para admitir y conceder siquiera lo obvio. Le repliqué que si veía a alguien haciendo fotos del portal de mi casa y de toda la calle nunca montaría la escandalera que él estaba organizando. "En Madrid es normal que nada alarme o llame la atención", argumentó. "Pero aquí rara vez suele venir nadie". Había perdido toda la paciencia, la poca que traía en aquel viaje. le dije que me extrañaba que no hubiesen venido otras personas a visitar la zona de obras. Le dije asimismo que no tenía ninguna intención oculta más que la de hacer mi trabajo y rematé, viniéndome arriba, envalentonándome con aquel señor, que en ese momento discurría por una vía pecuaria que era de dominio público y, por tanto, nadie me podía cortar el paso. Siguió a mis palabras una discusión bizantina sobre terrenos públicos y privados que calentó aun más los ánimos. Podía haberlo solventado todo con un poco de mano izquierda, pero no siempre soy razonable. Sigo haciendo tonterías a mis años, como bien saben aquellos a quienes quiero, que no siempre me perdonan mis arrebatos infantiles.

Algo extraño se ha colado en la foto. Justo tras las balas de paja que hay junto a la margen derecha de la cañada, se alza una construcción que parece transparentarse en el aire, como si fuera un espejismo producto del calor. Pero es real y se ubica más allá de la línea del horizonte. Y al destacar tanto sobre dicha línea se adivina que se trata de una construcción muy alta. Quizás un silo de grano o los depósitos de cemento de una fábrica de hormigones. El efecto óptico le da un aire fantasmal. Y solo su presencia en otras imágenes me confirma que no es una anomalía de la fotografía o un espectro capturado in fraganti por la cámara.



287.2.- Caballeriza a medio construir cerca de Casasnovas (Binaced - Huesca).

A la vuelta a Casasnoves encontré una edificación, más bien su esqueleto, lo que parecía ser una caballeriza a medio construir. Habría de ser demolida, como las naves de ladrillo dentro del pinar y otras estructuras, pero fuera del periodo de cría del cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) para evitar la afección a las nidadas de esta rapaz. Mientras buscaba un encuadre para la imagen mi amigo durante aquella mañana volvió a materializarse como por ensalmo. Esta vez la sorpresa, el hecho de ser pillado in fraganti fotografiando un edificio, aunque estuviera abandonado, me impidió hacerle frente con el mismo innecesario coraje que las dos veces anteriores. Siempre me pasa igual, acabo cediendo en las discusiones, sintiéndome en el bando incorrecto. En este caso con razón. Escuché sus quejas en silencio, y cuando se cansó de protestar mi excesiva curiosidad, se marchó dando por imposible una solución conmigo. El edificio era elegante. Un exceso en aquellas tierras tan solitarias. Una bandada de cuervos alzó el vuelo al tiempo cuando me acerqué a menos de 20 metros. Todo aquello quedaría debajo del agua, aquel alarde fallido de lujo. El árbol a la izquierda de la caballeriza se mostraba desnudo de hojas para combinar con el edificio sin paramentos. Un mundo sin piel, que iba a desaparecer antes siquiera de estar formado.



287.3.- Cañada Real de Lleida a su paso por Binaced (Huesca).

Tormenta en tiempo de verano. Hay nubes oscuras en el cielo que parecen traer la panza llena de lluvia. Pero se que lo más probable es que engendren tormentas secas, estériles de agua, cargadas de estática, amenazadoras, porque la lluvia no parece cuadrar con aquella llanura interminable. Los fresnos de ramas puntisecas, como manos de dedos amputados, flanquean mi coche mientras paseo inquieto cerca de la cañada. Y mientras veo los árboles arquearse en la imagen me doy cuenta que el de sopla aquí agitando las cortinas de mi ventana es el mismo viento que mezclaba los grises con los blancos para ensayar luces menos rotundas, que entonces y ahora es el mismo aire el que roza mis pulmones, que tengo la misma sensación de soledad impuesta por la lógica de las cosas, el mismo desasosiego de no tener futuro, la misma seguridad de que es lo que quiero pero también idéntica certeza de no lo merezco. Estar contigo, escuchar tu voz de niña, lidiar con tu genio de mujer, amarte para que mi cariño sea al mismo tiempo semilla y fruto. Sembrar en espera de la primera lluvia, de un aguacero que no llegará nunca, porque el tiempo de ahora es tan estéril como las nubes entonces y tu amor tan improbable en esta llanura interminable llamada presente.

domingo, 10 de junio de 2012

286.- Casasnovas (Binaced - Huesca)



286.1.- Casasnovas (Binaced - Huesca).

Casasnovas es una pequeña explotación agraria abandonada señalada en el paisaje de la llanura por una agrupación de pinos. Es fácil ir en su busca porque en todo lo que alcanza la vista solo hay árboles en su entorno. Tierras de labor rodeadas de pequeñas sierras chatas, algunas en barbecho, otras recién labradas destacando por su color pardo claro, y el resto en regadío. Lo que se ve quedará bajo las aguas del embalse, y un silencio sucederá a otro. Lo que el hombre deja atrás, las ruinas y despojos de su actividad, no suele ser hermoso. Es lo que tiene por delante, lo que aun no ha alcanzado, lo que agradece la mirada, el bosque primigenio. Con el tiempo los rastros de su presencia adquirirán la dignidad de yacimientos arqueológicos, pero siendo reciente su marcha el estado de ánimo que contagia el terreno suele ser melancólico, porque el hombre solo migra sino tiene otro remedio. Casasnovas, a pesar de tener nombre en los mapas, es solo una minúscula agrupación de naves de ladrillo abandonadas entre arbolado enfermo. El pantano cicatrizará esta herida.



286.2.- Casasnovas (Binaced - Huesca).

Campos verdes que forman círculos concéntricos, señales gráficas que solo se pueden entender desde el aire, como mensajes a los dioses o mentalidades más abiertas. En el mapa la huella del hombre es clara porque el paisaje natural nunca hace mano de figuras matemáticas tan simples. Es el hombre quien lo simplifica. Las tuberías aéreas de riego forman una larga hilera junta al camino de acceso a Casasnovas. Hace calor y el verde al menos refresca los ojos. llevo toda la mañana tragando polvo y el aire acondicionado del coche no funciona. Son muchos kilómetros de caminos de tierra y los filtros del aire están saturados. Recuerdo que estaba molesto por algo pero no se por qué. O tal vez sea mi estado de ánimo actual que tiñe la memoria de aquel día.



286.3.- Casasnovas (Binaced - Huesca).

Acceder al camino de Casasnovas no fue fácil. Fue al segundo intento cuando lo logré. En el primero intenté una ruta en que la carretera de asfalto se convertía progresivamente en sendero de tierra y luego trocha solo apta para cabreros, llena de piedras y de polvo. Nunca sabes si la que intentas recorrer es la única vía posible, o si se arreglará unos metros más adelante. Desandar lo recorrido además de una derrota momentánea puede suponer un error que marque el resto de la jornada. Pero perseverar en lo que no es una solución puede convertir un error asumible en un grave contratiempo. El tiempo es limitado. Pero mi mal humor lo traía de casa, no se debía al tiempo perdido ni a las incomodidades sufridas hasta ese momento. Alguien me salió al paso justo en el cruce del Canal del Zaidín. Paramos los vehículos y echamos pie a tierra. Entre la nube de polvo me preguntaron por la razón de mi presencia allí. El tono era amable, pero lo cierto es que la pregunta exigía una aclaración. Normalmente doy todas las explicaciones que sean necesarias. Si tengo que fotografiar una casa me cercioro de que no hay nadie mirando, y si lo hay me acerco a explicar la necesidad de tomar la imagen, incluso pido permiso. Pero aquel día andaba con el ánimo renqueante. No fui del todo claro en mi respuesta, o tal vez fuí lacónico, o mi tono quizá mostró la irritación que sentía al ser abordado en pleno trabajo. El hombre me advirtió que se trataban de tierras particulares, como los caminos por los que circulaba. Hubo una breve discusión en la que ambos exhibimos el tamaño de nuestras respectivas razones. Los caminos eran servidumbres de paso, alegué yo. Eran caminos privados que podían ser cortados cuando se quisiera por sus dueños. No llegamos a ningún resultado definitivo. Sólo logré incrementar mi enfado e irritar a un tipo que parecía buena gente y sumamente educado.



286.4.- Rodal de pino carrasco (Pinus halepensis) de Casasnovas (Binaced - Huesca).

Gasté mucha memoria de la cámara en fotografiar aquellos pinos. Ninguna imagen me satisfacía. Su estado deslustrado, con aquellas construcciones de ladrillo abandonadas en su interior, impedían capturar una buena imagen. Los árboles mostraban síntomas de vivir al límite de sus posibilidades. Extensas masas de pinar de Murcia y Aragón acabarán desapareciendo por crecer en zonas en las que la especie sufre un clima inadecuado, extremo, más allá de sus posibilidades de supervivencia en razón de la escasa precipitación y las altas temperaturas estivales. No obstante, aquel rodal iba a quedar bajo la lámina de agua del embalse, como todo lo que me rodeaba. Los árboles que vayan a quedar sumergidos han de talarse para evitar la eutrofización del agua.



286.5.- Casasnovas (Binaced - Huesca).

El pasto agostado, los olivos recién plantados, los girasoles. Cultivos todos ellos de secano que desaparecerán no solo donde el agua ocupe el lugar de los campos, sino también en el entorno del embalse. Al pie de los altos que cierran la imagen, junto al Canal de Ripoll que discurre en el inicio de la ladera, los regadíos comienzan a tomar posesión del terreno. Esos verdes en agosto solo son posibles con derroche de agua. Todas las líneas del dibujo, rectas o curvas, confluyen en un mismo punto de la margen izquierda. Es una carambola geométrica. La claridad del cielo dota a la montaña de una sensación de liviandad, hasta el punto de dar la impresión de que con un horizonte más alto, con más azul gravitando sobre sus hombros, podría flotar sobre sus propias raíces y levitar sobre los campos.



286.6.- Casasnovas (Binaced - Huesca).

Mirando hacia el oeste desde Casasnovas podía verse claramente la futura ubicación de la Presa de San Salvador. Se iba a construir justo en la hendidura de la línea de tierras altas que cerraba el valle. La imagen da una idea muy cabal de lo que iba a ser, lo que ahora es, el embalse, cuyas obras finalizarán este mismo año. La extensión de la lámina de agua se calcula en mil hectáreas, con un volumen embalsado de  de 133 hectómetros cúbicos.