jueves, 22 de septiembre de 2011

193.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Primer tramo del recorrido (Campo de Calatrava - Ciudad Real)



193.1.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Laguna artificial (Campo de Calatrava - Ciudad Real).

Cualquier extensión de agua en mitad del campo o del monte es recibida por los animales como una bendición. Da igual que su origen sea artificial. Ya he puesto un ejemplo en el blog de una balsa de riego naturalizada en los alrededores de Blanca (Murcia). Algún día lo haré con las canteras de arena fluviales, que cuando son abandonadas se convierten en paraísos para las anátidas. La gente del sureste de Madrid lo sabe bien por que son muchas las que hay por ahí, junto a los cauces del Henares y el Jarama. La de la imagen en concreto no puedo afirmar cual es su origen, pero sospecho que se trata de una balsa para decantar las aguas procedentes de una explotación agropecuaria que puede verse en segundo término. El caudal se remansa en la laguna y permite que la parte más pesada de lo que flota en el agua se deposite en el fondo de la balsa. El estado de semi-abandono de la explotación y de este sistema de depuración rudimentario ha permitido que la naturaleza se apodere de los bordes de la lámina de agua. Doy fe que a una garza al menos aquel lugar le parecía más acogedor que el propio Río Guadiana, que discurría a unas pocas decenas de metros. Cuando oyó llegar al coche salió volando.



193.2.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Tierra de labor (Campo de Calatrava - Ciudad Real).

Esta imagen, la opuesta a la anterior, es decir, la que obtuve dándome la vuelta y fotografiando lo que tenía a mis espaldas, explica bastante bien lo que es la Comarca de Campo de Calatrava. Tierras de labor en secano en un terreno llano. Las colinas en el horizonte son quizá el preludio de la divisoria con Extremadura. Detrás de ellas se oculta Corral de Calatrava, el punto de inicio de las 13 etapas del Camino Natural del Guadiana que al final he recorrido. Esas lomas me recuerdan al helado, chocolate y vainilla, a medio derretir, cuando las líneas que delimitan sabores se complican y se curvan. El campo en primer término es un corte de un solo sabor. El pase del arado deja la misma marca sobre el chocolate que la sierra del cuchillo.

192.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Redil de ovejas (Corral de Calatrava - Ciudad Real)



192.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Redil de ovejas (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Después del puente reconstruido lo segundo que me llamó la atención nada más empezar el recorrido de la Etapa 11 (Corral de Calatrava - Pozuelos de Calatrava) fue un redil en que se apretujaba un rebaño de ovejas. El espacio que tenían disponible dentro del cercado era amplio, pero ellas preferían mantenerse juntas en el centro. Con las ovejas se da la paradoja de que cuanto más numeroso es un grupo más compacto es. Al contrario que los humanos. Me vieron llegar y apenas dieron muestras de interés. Habitualmente se acerca alguna por que te confunde con la persona que les trae el pienso a diario, o aquello que necesiten. La mitad de ellas, la más cercana, se levantó pero permaneció en sus puestos. La agente Clarice Starling afirmaba odiar el silencio de los corderos. A mi me entusiasma. La tranquilidad, su forma de fluir cuando van en grupo como si fueran cardumen de peces. Las vi y no pude resistirme a fotografiarlas. Son ovejas trasquiladas hace relativamente poco. No se si eso justifica que se apretujen en mitad del encuadre a pesar del calor de justicia que imperaba.


191.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Valle del Guadiana (Corral de Calatrava - Ciudad Real)



191.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Valle del Guadiana (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Un río perezoso, mudo e indolente. Riberas peladas de arbolado. Los campos y las granjas abandonados. La retama al borde del sendero, esquemática y esquelética. Tal vez algún fresno ensayando su mejor sombra sobre los campos en barbecho. Encinas viejas y encorvadas agarradas a los pedregales con las garras de sus raíces. Y el bosque a lo lejos, en la distancia, como una promesa de que otro mundo es posible, que otro paisaje cabe en la imaginación de quien se extravía en aquellos lugares perdidos. El polvo, el silencio espeso, el rumor del viento cuando se atiende a su queja, las horas sin propósito. Las huellas de quienes nos precedieron, hace mucho, por que aquellas rutas no llevan a ninguna parte a la que uno quiera ir, si es que el destino se aviene a consultarte. El azar tramposo del agua que arrastra las hojas que arrojas a la corriente hasta la orilla. Tan escasa la fuerza del caudal del Guadiana que rechaza cualquier nueva tarea que trates de imponerle. Las horas de luz para iluminar un cielo infinito y detenido. Un azul inmenso que nada explica y que tampoco da cobijo. El blanco de los cirros que es hielo carente de peso. Y solo unos minutos para tomar notas, para hacer unas cuantas fotografías, para añorar el hogar, para dar gracias de estar lejos, de no ser nada en un escenario que nada atesora. Reducido a la mínima expresión el fracaso se sobrelleva mejor. Solo unos ojos advertidos o atentos sabrían distinguir la franqueza de tus lágrimas. Momento: 7 y 8 de septiembre de 2011.

martes, 13 de septiembre de 2011

190.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Molinos y miscelania (Corral de Calatrava - Ciudad Real)



190.1.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Meandros (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Tenía señalado en el mapa escala 1:25.000 del Instituto Goegráfico Nacional con una flecha de post-it un supuesto molino en ruínas. Después de investigar la etapa en la cartografía y en las páginas web de los ayuntamientos del entorno, resultaba ser lo más relevante de lo que podía verse en el entorno de la ruta. No había más remedio que buscar esas ruínas. Y la búsqueda me obligo a atravesar un pastizal-cañaveral muy denso y más alto que yo que bordeaba el río, sin éxito alguno. Tal vez estuviese unos metros más allá o más acá, pero de lo que puedo dar fe es que no había una sola piedra con aspecto de ruina en el meandro del Guadiana donde se suponía que debía estar el Molino de Geldres. Por lo menos la excursión me sirvió para captar una buena foto del Río Guadiana, algo más crecido que unos kilómetros aguas arriba. Tanteando con los pies busqué una ubicación con suelo firme en lo alto del talud de la orilla, que muchas ganas de caer al agua no traía, y al menos no me fui de vacío.

Dios, como odio esas plantas que asoman en primer término. Cuando aparecen suelo troncharlas o arrancarlas sin miramientos, y si no condigo haciendo el bestia un tiro de cámara limpio y sin obstáculos visuales desisto normalmente de hacer la foto. Pero es que estas caña crecían al borde del barranco y era arriesgado eliminarlas, como hice con las que crecían alrededor en puntos menos comprometidos, y no quería volver al coche, bien recalentado por el sol en mi media hora de ausencia sin al menos una foto para el reportaje.



190.2.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Restos de un puente (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Más suerte tuve a la hora de localizar el segundo objetivo en orden de importancia. Aunque todo es opinable. Además, el éxito no fue inmediato, y supuso esfuerzo y sufrimiento. El primer día de campo llegué como he dicho en la entrada anterior hacia el final de la mañana. Apenas dos horas de trabajo, pero a pleno sol. Sol de justicia e inmisericorde. Y no llevaba agua. Años atrás era capaz de soportar estas calorinas, pero lo cierto es que con los años las cosas cada vez me cuestan más esfuerzo. Cuando bajé a comer a Corral de Calatrava, solo en el comedor, servicio personalizado, me bebí la botella de litro y medio una velocidad que hubiera causado pasmo a cualquiera que me hubiera visto. ¿Cuántas veces habré oído en mi vida el reproche: "Te va a sentar mal si bebes tan rápido"?¿Un millón de veces? Y sin nada que narrar. Pero siempre hay una primera vez. Toda aquella tarde la pasé con las tripas descolocadas, rugiendo desaforadas, y con un mareo que el Sol tuvo a bien agudizarme y darle la compañía de un fuerte dolor de cabeza.

Busqué la orilla del río, y entre ella y yo, donde erróneamente había fijado la posición del Molino de Valbuena, que ya digo que no andaba muy centrado, apareció una zona de cañaveral que hube de atravesar a pulso. Es que del otro lado de las cañas algo se veía. Cuando pude acceder al sitio vi que se trataba de dos arcos de puente, sin tablero superior, las ruinas de alguna estructura antigua. Pensé que eran los restos del puente asociado al molino, así que escalé los arcos uno detrás del otro, casi reptando, para ganar el otro extremo. Y allí no había nada. Tras recorrer el entorno no vi nada de nada por ningún sitio. Así que me volví con un par de fotografías malas que son más documento que otra cosa. Días después considero que el resultado de la aventura fue muy fructífero porque me equivoque de lugar, y allí donde investigué, que pude situar en el mapa sin problemas una vez que mi tripa dejó de meter baza y en la quietud de mi casa en Madrid, el mapa no indicaba que hubiera nada. En otras palabras: había realizado un modesto hallazgo de patrimonio.

Lo se, en la imagen el segundo arco, que está fotografiado desde lo alto del primero, no parece ni tan fiero ni tan relevante. Haced vosotros un hallazgo de patrimonio y comparamos, que estoy harto de tanto listo. Me sentí aquella tarde como Don Quijote luchando en tierras manchegas contra molinos, aunque en este caso fluviales. Y aquellos dos arcos con las tripas en zafarrancho de combate y el cerebro amotinado, doy fe que parecían gigantes. Estampe las huellas de mis pies sobre sus piedras cubiertas de rala hierba seca, y en la imagen que capté dejé mi firma en la esquina inferior derecha en forma de silueta. para que conste en los anales de aquí en adelante. Bueno, más bien por descuido. Buena muestra de lo mal que andaba es que dejé que apareciese mi sombra en una fotografía.



190.3.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Molino de Valbuena (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Tras luchar con el cañaveral, muy crecidito al verme tan indefenso, después de reptar y arrastrarte de vuelta al coche, acabé la etapa como buena mente pude. Osea, mal. De camino al hotel en Piedrabuena, tras desandar el último trecho de camino para cabras y acceder a la carretera CR-4124, vi de refilón al tomar una curva el segundo de los molinos que había andado buscando aquella tarde. Estaba donde menos lo podía esperar, junto a un descampado, en el borde del bosque de galería del Guadiana. para ser más visible habría hecho falta que se pusiera uno se esos chalecos fluorescentes que usan los operarios de mantenimiento de las autopistas. Anoté la tarea de visitarlo para el día siguiente. No estaba ni para una parada. Si algo me ha enseñado el trabajo de campo es que ninguna tarea debe posponerse cuando encuentras la oportunidad de realizarla. Nunca se sabe que ocurrirá después, si volverás al sitio donde te encuentras, si al hacerlo ya no habrá oportunidad deshacer fotos por falta de luz o cualquier otra circunstancia. Pero al día siguiente, mucho mejor pude dedicarle todo el tiempo al principal objetivo de la Etapa 11 del CN del Guadiana.

Si las cosas han de juzgarse por su apariencia aquellas ruinas pintarrajeadas no merecían ni medio minuto de mi tiempo. Ninguna de las fotos que hice sirve para enmascarar lo que ahora es el molino, una construcción que parece una chabola de extrarradio tras ser derribada por los bulldozer del ayuntamiento. Los molinos de agua no fueron construidos para embellecer el paisaje sino para ser útiles. He visto muchos en estos años en un estado lamentable. Pero a veces topas con uno que compensa todas las desilusiones. No fue esta vez. pero seguiré participando en este juego de azar. A veces se gana. Alguna entrada de este mismo blog da fe de que es cierto lo que digo.



190.4.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Puente del Molino de Valbuena (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Después de atravesar el molino, de recorrer todas sus estancias, que eran muchas, algunas de ellas ya sin techumbre o parte de algunas de las paredes, accedí a la fachada que daba al río. Tal como decía el mapa, allí había un puente antiguo, de mampostería de piedra. Medio en ruinas. Pero los trocos de puente tienen mucha más prestancia, señorío, caché, que los trozos de molino. Era el puente que el día anterior había confundido con los dos arcos encontrados junto a un cañaveral del Guadiana. Y aquellas ruinas me trajeron un misterio gozoso. ¿Cómo diablos había logrado acceder aquella furgoneta hasta la mitad de su plataforma. Si no lo ha traslado hasta allí desde el aire un Chinook. Estuve por preguntárselo a la señora que me encontré trasteando en su zona de carga. Pero era extranjero y daba la impresión de no haber oído en su vida a gente hablando en Castellano. Y yo en plena Ruta de don Quijote. Hice las fotos con cierta rapidez. Sin prisa pero sin pausa. Después de 14 años recorriendo los lugares más recóndidos del mapa ya me va tocando ser víctima de algún psicópata o ser abducido por extraterrestres para un encuentro en la cuarta fase. Toco madera.

lunes, 12 de septiembre de 2011

189.- Etapa 11 del CN del Guadiana. Puente sobre el río. (Corral de Calatrava - Ciudad Real)



189.1.- Puente sobre el Guadiana en el inicio de la Etapa 11 del CN del Guadiana (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Tras recorrer 300 kilómetros y llegar a mi destino, a eso de las 12 de la mañana, tarde para comenzar un trabajo de campo, lo primero que me encuentro es un puente precioso sobre el Río Guadiana. El problema es que por apenas unos metros pertenece a la etapa anterior del tramo del Camino Natural del Guadiana que debo inspeccionar. A pesar de ello tomo posesión del lugar. Que decidan más tarde los árbitros del trabajo. Tengo ganas de echarme algo hermoso a los ojos y a la memoria de la cámara fotográfica. El Guadiana es muy joven aun y muestra un cauce que por momentos parece el de un arroyo. El puente ha sido restaurado recientemente. Todo el camino natural ha sido mejorado en cuanto a infraestructuras, firmes y señalización, y el trabajo consiste en evaluar esas mejoras, detectar puntos de interés en la ruta, redactar textos descriptivos y, por supuesto, hacer muchas fotos. La estructura es de mampostería, y si la plataforma ofrece un aspecto lustroso, por los laterales, en los arcos y los bajos se delata que el puente es antiguo. Una preciosidad. Como un elemento de adorno en el estanque de un jardín. No está mal para empezar.



189.2.- Puente sobre el Guadiana en el inicio de la Etapa 11 del CN del Guadiana (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Este puente huele a nuevo por arriba, dan ganas de recorrerlo. El problema es que es solo peatonal. La ruta en sí lo es, pero es importante que sea transitable para los vehículos del personal de mantenimiento. Para el mío también, que aquellos trechos que no pueda recorrer en coche lo habré de hacer a pie. Gracias a Dios la etapa 10, que empieza justo en el lado del puente donde tengo el coche y continua en el otro extremo no es de mi incumbencia. ya me tocará rabiar otros días. Ahora, mientras escribo, con dos etapas ya cubiertas, se que al día siguiente me encontraré en una situación equiparable que me dará bastantes quebraderos de cabeza. hace un día espléndido. La piedra caliza del puente, el verde de las cañas que crecen en el río, el pardo claro de los campos segados, la luz que dan un barniz amarillento al aire y al cielo en calma. Y ese camino que no habré de recorrer y que conduce a Castillo de Alarcos. El día es muy joven aun. Todavía han de ocurrir muchas cosas.



189.3.- Río Guadiana en el inicio de la Etapa 11 del CN del Guadiana (Corral de Calatrava - Ciudad Real).

Quien lo conozca bien y vea la imagen pensará que este no es el Guadiana, que se lo he cambiado por otro. No, se trata de un tramo de juventud. Como le decía Pedro Picapiedra a Pablo Mármol en el episodio en que visitan el Gran Cañón del Colorado y descubren que es apenas un reguero de agua que culebreo entre sus pies, "Tú dale tiempo. Ya verán que pedazo de río habrá dentro de unos cuantos millones de años". En entes caso no se trata de que transcurra mucho tiempo sino de recorrer grandes distancias. Pero no me digáis que el color mostaza de las colinas peladas, donde solo crece la retama (Retama sphaerocarpa), ni siquiera una triste encina, no combina primorosamente bien con el verde de los cañaverales. Cada día El Mundo me parece más hermoso y por eso lo escribo con iniciales en mayúscula.