sábado, 12 de febrero de 2011

90.- Llanuras al norte de Pedro Muñoz (Ciudad Real).


90.1.- Llanuras al norte de Pedro Muñoz (Ciudad Real).

El paisaje de Castilla, en especial el manchego, no miente. Ciudad Real entre Pedro Muñoz y Socuéllamos podría ser el paradigma de la veracidad, de la certeza como norma. Allá donde deposites la vista nada se te oculta. Si en el norte es fácil perderse entre tanto vericueto, subidas y bajadas del terreno, vegetación en continuo avance, en La Mancha puedes anticipar tus pasos desde mucha distancia, planearlos, corregirlos. Alcanzar el río que buscas es un proceso elemental, basta con auscultar el horizonte y donde ves que se pliega la llanura sabes que discurrirá el arroyo que habrás de tomar el pulso y fotografiar. Hasta una hora he tardado en alcanzar la orilla de un rio en Galicia, después descartar el valle de los puertos de su entorno, después de hallar una senda de bajada propicia, después de luchar con la vegetación en permanente guardia. Las lindes de los ríos de Galicia están puebladas de rosales salvajes y espinos naturales, genistas de flores amarillas y tallos armados. En La Mancha todo es simple, desde kilómetros puedes adivinar tu destino y la forma de alcanzarlo. Las carreteras rectas que todos deseamos para alcanzar los objetivos de nuestro futuro. Nunca hay un modo fácil de lograr lo que buscamos, salvo en La Mancha.

Al fondo de la imagen espejea una incipiente lámina de agua. Miro el mapa pero nada me dice sobre la existencia de un posible humedal. Se trata tan solo de una zona llana en depresión respecto de lo que le rodea, que en los años particularmente húmedos, como éstos últimos, acumula algo de plata en la silueta del paisaje. Tan solo una laguna fantasma, como muchas diseminadas por ambas Castillas. Tal vez la próxima vez que vuelva el metal precioso se haya convertido en tierra seca. Por eso es importante capturar el instante, porque lo que hoy parece imperecedero mañana parecerá no haber existido nunca. El tiempo es un alquimista que muta el significado del territorio. Capturo el momento y continuo mi búsqueda. Sin oparme con engaños, porque me me encuentro en la Mancha. Tal vez solo espectros que entre tanta planicie sin obstáculos no tienen donde esconderse. La experiencia es la única riqueza que puede invertirse sin que merme.


90.2.- Llanuras al norte de Pedro Muñoz (Ciudad Real).

La misma estrategia que en Pozorrubio, aprovecho una irregularidad de la orografía para situarla en la mitad del encuadre. Siempre uso el cielo como referencia, y no solo para no renunciar a nada de antemano, sino también para mejorar la calidad de la imagen. La franja de cielo equilibra la raya del horizonte y a veces enmascara que está torcida por que ha habido déficir de pulso en la mano. Solo una franja estrecha que permita ubicar lo que está arriba y separarlo de lo que está abajo, que es donde se dirime los asuntos que importan. El cielo azul y tranquilo es completamente ajeno a lo que hoy me preocupa. Las vides hacen dibujos en el pavimento. Los cirros en la bóveda del techo. Puede que me demoré un poco más de lo que es escaso tiempo de que dispongo me permite, pero acabo de encontrar una línea de energía en la palma de la mano del día.

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