sábado, 11 de diciembre de 2010
73.- Embalse de Arguis (Huesca)
73.1.- Embalse de Arguis (Huesca). 17 de octubre de 2006
¿Sabíais que las nubes son blancas por que están hechas de cristales de hielo? No, es cierto, no estoy recitando un pasaje de “El Principito”. Son de hielo, y cuando éste se derrite se vuelven grises y hasta negras por que el agua capta la luz que intenta traspasarla y la refracta, no la refleja. Arguis es una localidad que hay al norte de la Ciudad de Huesca. “Coges” la A-23, la misma que te “trae” desde Zaragoza, la Autovía Mudéjar, y cuando se acaba la vía con sentidos separados y comienza la carretera insistes en la ruta. A la derecha, antes de entrar en el primer túnel, hay un pueblo pequeñito junto a un embalse. Eso es Arguis. Si vais acordaros de mí por que algo de mi corazón se esparce por aquellas laderas. En su hospedería dormí dos veces. Hubieran sido tres si no la hubieran clausurado hace un par de años. Las hospederías son algo así como el equivalente en la Comunidad de Aragón de la Red de Paradores Nacionales, hostelería de primera calidad, aunque a precios muy asequibles. Las tres veces que visité aquel lugar, por que fueron tres tramos de autovía casi consecutivos los que tuve que examinar, el embalse me ofreció tres aspectos completamente diferentes: la primera vez estaba seco, la segunda con placas de hielo en la lámina de agua y la tercera con el aspecto que uno le supone a un lago. En las cumbres de las pequeñas sierras del entorno anidan el águila real y el quebrantahuesos. Casi nada al aparato. Pero es que debéis saber que la salvaje, la naturaleza en mayúsculas, habita lo que la civilización desdeña por inhóspito o remoto. Haya donde no se puede sembrar es donde hay una esperanza para la fauna. La vegetación no es muy variada. Predominan los pinares de silvestre y los matorrales casi uni-específicos de boj (Buxus sempervirens), Y allí donde la vegetación apenas se puede despegar del suelo por causa de los vientos tienen su dominio los matorrales rastreros. Estamos cerca de las cumbres señores, a media ladera de las sierras, vayamos con tiento.
73.2. Embalse de Arguis (Huesca). 4 de enero de 2007.
Si, es el mismo Lugar. Luce un sol de invierno y el cielo se refleja en el agua y en el cielo del lago. La prueba está en las montañas que nos hurtan el horizonte al fondo de la imagen. Quien quiera que juegue a las coincidencias. Aquí un frío que enmascaran los colores de la imagen. Antes un frío que es perfectamente comprensible por el aspecto grisáceo y desabrido de lo que vemos. Todo es cuestión del aspecto. Puedo parecer hermoso y estar helándome desde la superficie. Puedo parecer estéril y turbulento y quizás sea por estar quemándome por dentro. Las apariencias lo son todo para quien no escarba con la mirada. El momento varía y lo inmutable parace transformarse. No es cuestión siquiera de perspectivas, que en este caso es la misma, sino de circunstancias. El paisaje se estremece, devuelve lo que recibe. Viento, lluvia, sol, calor, soledad.
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