domingo, 21 de octubre de 2012
331.- Etapa 17 del CN del Guadiana. Área de descanso del Arroyo de Macegoso (Helechosa de los Montes - Badajoz)
231.1.- Etapa 17 del CN del Guadiana. Área de descanso del Arroyo de Macegoso (Helechosa de los Montes - Badajoz).
No se me ocurre un lugar más solitario para comerse un bocadillo. A bastantes kilómetros de distancia de cualquier pueblo, sin un alma que utilice estos caminos ni recorran estos bosques, sin rastros en el horizonte del resto de seres humanos. Aun siendo la inversión mínima, ya que no se puede decir tampoco que se haya realizado, en general, un derroche para dotar al camino Natural de infraestructuras, tal vez se trate de dinero invertido sin recompensa. Sin una señal que advierta de su presencia, que además está oculta en una vaguada, solo gente avisada podría utilizar estas mesas para despachar el almuerzo. Tendría que coincidir que quien la usase pasase a su altura por el camino a una hora propicia. En caso contrario cualquier lugar parecerá tan bueno como otro para despachar el bocadillo. 4 ó 5 mesas rústicas de madera con bancos adosados, sin barnizar, una fuente de mampostería de piedra, no se si en operativa, y una escalera de listones de madera para salvar el desnivel entre el camino y la vaguada, a eso se reduce todo. Es un lugar con buena sombra y fresco por la presencia del arroyo, en ese momento seco.
331.2.- Etapa 17 del CN del Guadiana. Arroyo de Macegoso (Helechosa de los Montes - Badajoz).
El arroyo de Macegoso se pega a una de la paredes de la vaguada por la que discurre en el tramo que intercepta el Camino Natural del Guadiana. El lecho pedregoso delata su carácter de torrentera con cauce habitualmente seco. Forma parte de la red de barrancos y rieras que desaguan la escorrentía de las tormentas y aguaceros que caen sobre la Sierra de la Rinconada. Hay varios tocones en el fondo de la vaguada y se han plantado recientemente pies de frondosas con testigos y malla de protección para evitar que el ganado y ungulados se coman hojas y brotes de las plantas.
331.3.- Etapa 17 del CN del Guadiana. Área de descanso del Arroyo de Macegoso. Escala de madera (Helechosa de los Montes - Badajoz).
Lo mismo soy el único que ha utilizado la escala desde que la instalaron. Se trata de un detalle. Ciertamente entre el fondo de la vaguada y la pista forestal existe un desnivel, y la solución adoptada para facilitar el acceso es bien elegante. Hubiera bastado con tender el talud, rebajar su pendiente, pero el uso de la madera en un bosque parece una propuesta acertada. Bajar esta escalera es algo así como acceder al sótano del bosque, sumirse en la penumbra, como claramente muestra la imagen. Hay más desnivel de luz que de cota. Me gusta fotografiar estás pequeñas obras en el monte porque hubo un tiempo en que proponía actuaciones en las que invertir parte del dinero de las obras públicas. El famoso 1% para actuaciones de patrimonio, cultura y fomento del turismo. Tal vez aun me quede trabajo por realizar en el futuro en el que poder verter y aplicar lo mucho que he visto.
331.4.- Etapa 17 del CN del Guadiana. Arroyo de Macegoso (Helechosa de los Montes - Badajoz).
Echarte de menos es ya una rutina. Estoy hecho a eso. Pero a veces pesa tanto que me siento incapaz de aguantarlo. Es verdad, a menudo me digo: "Da igual que no vuelva a saber de ella. Seguro que ya ni se acuerda de mí. ¿Qué sentido tiene mantener una llama que solo quiere apagarse?". Pero otras, las menos, a Dios gracias, me invade una pena infinita por no tenerte. Pena resignada que se que se me pasará, generalmente en estricto silencio. Porque se que da igual que te hable o no, que llame tu atención o me confunda con las cenizas del fuego, erraré igualmente. Y lo más probable es que mis palabras las engulla un silencio glotón y reacio a atender a lo que le diga. El mismo silencio al que me arrepentiré no haberlas consagrado desde el principio, sin un reproche, sin ningún testigo. El tiempo escurre por los días como la escorrentía de lluvia por la ladera, siempre pendiente abajo, hacia el olvido. Eres feliz, me lo confesaste el otro día. Y luego callaste. Como he de callar yo para que el agua llegue finalmente al cauce y se confunda con la corriente. Sumido en la rutina de la llanura, el caminar perezoso del río que nos lleva. El delta de tu nombre, donde el curso de las cosas se abre en abanico y es imposible divisar una orilla desde la otra orilla. Caudal de las horas mediocres que arrastra despacio los sueños y luego los deposita al poco trecho en el limo.
331.5.- Etapa 17 del CN del Guadiana. Pinar de piñonero (Pinus pinea) en la ladera del Arroyo de Macegoso (Helechosa de los Montes - Badajoz).
Ayer el blog alcanzó las 30 mil entradas. Son muchas. Bastantes más de las que merece. Decidí hace tiempo no hacer publicidad a este blog, en el que trabajo de forma constante desde hace unos pocos años. Quería evitar la avalancha de cliqueos que suceden a un anuncio en Twitter y que no siempre obedecen a un interés real de la gente. Sí, cierto, que sabré yo de quienes y por qué entran en mis blogs. En este creo que la mayoría entra a través del buscador de Google, aunque quiero creer que me he hecho una pequeña clientela, tengo algún indicio sobre ello, que si sabe lo que va a encontrar cuando entra. Después de tantos post tengo la sensación de repetirme y empiezo a experimentar la tentación de suprimir los pies de foto, que no siempre tienen que ver con la imagen, como, por ejemplo, en la foto anterior. Lo cierto es que este blog ha asumido la función que antes tenía el otro, Varykino, de servirme para expresar mis inquietudes cuando siento que necesito desahogarme o decir algo, aunque sea en clave. 30 mil entradas son muchas, y he de agradecer las visitas. Es demasiada gente leyendo cosas que quizás no debería decir. Pero esa es la magia de los blog, la sensación de hablar en la oscuridad sin saber quien se agazapa en ella junto a tí.
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