sábado, 21 de abril de 2012

272.- Etapa 15 del CN del Guadiana. Cola del Embalse de Cíjara (Villarta de los Montes - Badajoz)



272.1.- Etapa 15 del CN del Guadiana. Desembocadura del Río San Marcos.. (Villarta de los Montes - Badajoz).

Aguas abajo del Estrecho de las Hoces, ya en territorio extremeño, el Río Guadiana se ensancha como consecuencia del represamiento del río a la altura de Poblado de Guadisa, algunos kilómetros después. Así que el Guadiana pasa sin solución de continuidad de ser un cauce angosto a ver ensanchada su cintura de forma exagerada y artificial. Asomándome al barranco sobre los madroños enraizados en la pendiente, pude ver el río en una zona en que se formaban islas y meandros ciegos. Tuve suerte porque el Guadiana discurría al norte y al oeste, en la zona aun iluminada por un sol en franca decadencia. Solo el pie de la montaña había sido devorado por las sombras del atardecer. En la otra margen puede verse el punto de desembocadura del Río San marcos, en ese momento con el cauce completamente seco. Discurre justo al pie de la loma que queda cortada a la derecha de la imagen, del otro lado de la misma, discurriendo junto a la encina solitaria. Esta es tierra de corzos y es la hora para verlos, las últimas horas de luz del día. Los cérvidos prefieren los encinares a los pinares por la bellota. Agua y alimento en el mismo lugar, y escasa presencia de personas. El camino de tierra que parte de la orilla conduce a una hacienda aislada.



272.2.- Etapa 15 del CN del Guadiana. Desembocadura del Río San Marcos (Villarta de los Montes - Badajoz).

La misma imagen pero desde algo más abajo y con un poco de zoom para evitar el borde la franja sombreada en el pie de la imagen por el declinar del sol. El río marca en esta zona la divisoria entre provincias, por lo que la otra orilla es territorio manchego. Asimismo, el Río San Marcos marca la divisoria entre dos municipios. La loma arbolada es territorio del Termino Municipal de Arroba de los Montes, y el resto terreno de lo que se extiende al otro lado del Guadiana pertenece al Término Municipal de Navalpino. Son municipios en franca regresión en lo que a población se refiere. El segundo apenas llega al medio millar de habitante. El primero, con una extensión que es el tripe que la del otro apenas llega a los 300. En la cima de la montaña de en medio hay un cortijo. Es la Casa del Collado del Pintor. En la orilla hay dos coches que solo es posible verlos aguzando la mirada o ampliando la imagen. hay incluso una sombrilla. La franja de ribera sin vegetación es amplia, indicativo de que el embalse está bajo y el ancho del cauce es menor de lo habitual. Probablemente las charcas de la orilla extremeña probablemente desaparezcan cuando el calado del río es el habitual. Es una pena la presencia de personas, porque estoy casi seguro que sin ellas la imagen incorporaría algún corzo, y quien sabe si algún ciervo. El río San Marcos discurre por el borde de la zona de matorral de la derecha de la imagen y al inicio del tramo que discurre hacia la derecha, es decir, al inicio del último tramo con forma de cuña, se junta con el río Valdehornos, cuya traza puede adivinarse por la hilera de árboles en mitad de la llanura pelada.



272.3.- Etapa 15 del CN del Guadiana. Casa de Majada Alta (Villarta de los Montes - Badajoz).

En lo alto de una montaña junto al río con forma de pirámide americana, en uno de los extremos de llanura que la corona, hay una casa. El camino de acceso en el mapa, en la cara oculta en la imagen, está marcado con una línea discontinua, señal de que se trata de un sendero de tierra, probablemente en estado precario. El lugar es hermoso, pero no imagino quien quien pueda querer vivir tan apartado. La tierra no es productiva, salvo para la caza. Sin tareas salvo ver pasar el tiempo y contemplar la civilización desde lejos a traves de la TV o la radio. Las localidades con lo necesario para abastecerse de forma periódica y tener la posibilidad de una solución en caso de mergencia están a no menos de 70-80 kilómetros. Seguramente se trata de una finca de recreo, incluso puede que abandonada. Si en las urbanizaciones cercanas a las grandes ciudades la inseguridad es alta, aquí, en medio de la nada, sentirse protegido debe ser una quimera. Cada vez son más las fincas que se ven deshabitadas en el monte. Pero, por otro lado, cuanta calma. Siento envidia de quien puede perder el tiempo a la orilla del río cada mañana y cada tarde, ver anochecer en la ribera, en el desfiladero, sin nada dentro de la cabeza, sin preocupaciones, sin afanes, sin deseos. Sentir el frío del ocaso y no esperar nada. Que sean todos los días sean tan parecidos que este o el próximo pueda ser perfectamente el último. Desear la muerte por no desear la vida y que nada se altere ni cause malestar en nadie. Ojalá acabara todo ahora mismo y pudiera descansar para siempre. Irme solo, olvidado, sin el temor de haber defraudado a nadie. La línea de sombra desciende por la ladera del valle en la que me encuentro camino del río. Yo traigo la noche, me mezclo con ella, avanzo en su vanguardia.

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