viernes, 1 de julio de 2011

141.- Masa de eucalipto (Eucalyptus globulus) en Laredo (Cantabria)



141.- Masa de eucalipto (Eucalyptus globulus) en Laredo (Cantabria)

El eucalipto es el árbol más polémico en España. El problema que tenemos es que nuestro clima es ideal para que los árboles fructifiquen, pero no para que crezcan y den buena madera. La luz potencia la producción de fruto y su maduración. La sombra el crecimiento en altura, que es lo fetén para producir madera. Los terrenos que aquí se destinan a la agricultura en los países del norte de Europa se destinan a la producción de este producto. Aquí, lo que no vale para otra cosa, por la pobreza del suelo o lo abrupto del terreno, se cede al ámbito forestal y se destina a la repoblación, no siempre fácil. Luego si el resultado es ineficiente se culpa al ingeniero forestal de falta de pericia y Santas Pascuas. Lo llanito, lo goloso, lo que es fácilmente mecanizable, lo que incluye suelos ricos en nutrientes, se deja para la agricultura, si es posible en regadío. En Finlandia es al revés. Allí se cultivan árboles como aquí el trigo. Ante esta situación, y la necesidad de producir papel a pesar de las circunstancias adversas se buscaron alternativas. Ya que la producción de madera de gran calidad en grandes cantidades no es posible siquiera planteárselo se intento la producción de madera para pasta de papel. El eucalipto parecía una opción adecuada. Crece rápido, se adapta al clima español. Es poco exigente, es decir, se busca la vida una vez lo has plantado. Brota de cepa, lo que supone que si se tala rebrotará de los tocones que se han dejado en el terreno, y muy rápidamente. Otra cualidad adicional es que en el momento que se introdujo, al igual que paso con el plátano, sus enfermedades y plagas endémicas quedaron el país de origen. Lo que pasa es que éstas han seguido sus pasos y poco a poco han recorrido el planeta desde su Australia natal para reencontrarse aquí con sus víctimas. Un profesor de la escuela nos relataba que el ataque de la Phoracanta, un escarabajo perforador de la madera en su fase de oruga, puede escucharse perfectamente en un bosque infectado por esta plaga. Me lo creo. Una vez en Zamora, en Sanabria, pasé un verano en una casa perdida en el monte escuchando el roer de otra oruga de escarabajo mientras se comía el cajón de un escritorio. Mi compañero de trabajo estaba fascinado, y cuando ya no pudo más con el suspense, buscó un cuchillo y labró una galería en la madera para extraer de sus entrañas el bicho. Menuda oruga. tenía el grosor de un pulgar. tenía ganas de verla y lo que vió satisfizo su curiosidad.

Los eucaliptos tienen mala prensa y su introducción en España, al decir de los ecologistas, constituye uno de los peores pecados de los ingenieros forestales. Lo cierto es que han transformado el paisaje del norte en muchos lugares, en especial en Galicia. Si es para bien o para mal es cuestión de gustos. Aunque acepto sin problemas que podría ser lo segundo. Lo que no me parece justo es exigir a los forestales o a los dueños de la tierra el que no busquen el máximo beneficio económico en una explotación a su cargo. Si se arrasa un bosque para implantar un patatal no hay problema. Si se vacía una montaña para extraer el mineral valioso que oculta tampoco. Pero si se crea un bosque con arbolado que no es el óptimo según la zona se incurre en pecado mortal. Otras aspectos son más discutibles, como si es cierto que el eucalipto fomenta la declaración de incendios forestales para eliminar la competencia al estar bien pertrechado para sobrevivirlos, y al ser capaz de colonizar con éxito los terrenos abrasados por el fuego. Tampoco entro a discutir la otra acusación, el que deseque el terreno. Eso es bueno o malo según y como. Para desecar una zona pantanosa e insalubre es mano de santo. El caso es que me gustan los eucaliptos, y el interior de sus masas es tan fascinante con el de otras especies arboladas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario