148.1.- Puente de Herguijuela de Ciudad Rodrigo en los Riscos de Águeda (Salamanca).
El Risco de Águeda es el valle excavado en la roca por el propio Río Águeda a lo largo de los milenios. No debió ser fácil porque la roca es granito. La de Gata es una sierra vieja, como la de Guadarrama, y lo que queda es la raíz de la montaña, lo más duro. El de la imagen es el puente de la Carretera DSA-362 que une Herguijuela de Ciudad Rodrigo con La Encina. El cauce trae cada vez menos agua, según leo en la información que recopilo en internet. No se bien porqué. Tal vez se trata de información antigua, de cuando estábamos en plena sequía, pero lo cierto es que el caudal parece escaso. Tal vez haya presas cercanas. El tono de la fotografía coincide con el que recuerdo en vivo, un gris verdoso, peculiar y sorprendente, seguramente mezcla de las tonalidades de la roca y la vegetación. Es una tonalidad que sabe a viejo, como la de los sellos antiguos. Siempre había un sello verde oliva en todas las series.
148.2.- Molino de Herguijuela de Ciudad Rodrigo (Salamanca).
En este tramo también hay algunos antiguos molinos para moler harina, como pasaba en la zona de Cáceres. La pequeña construcción de piedra de la imagen es el conocido como Molino de Herguijuela, ahora meras ruinas comidas por las zarzas, que si no han desaparecido es por que la roca es dura y le costará al tiempo erosionar su existencia, como le ha costado al Águeda labrar su lecho en la montaña de granito y gneiss. No recuerdo por qué era un objetivo de mi viaje este molino en concreto. Tal vez se tratase de que se había propuesto realizar un inventario de los existentes en el río o, quizás, ojalá, había idea de rehabilitarlo. Estos elementos de patrimonio etnográfico cada vez adquieren más valor. Y doy fe de que existen muchos que aun se pueden salvar. Son historia asociada al paisaje y al modo de vida del pasado.
148.3.- Presa de La Encina en el Río Águeda (Salamanca).
Si se sigue el cauce del río aguas arriba, partiendo del puente en dirección contraria a la que se sitúa el molino, puede encontrarse la presa de La Encina, construida hace algunos años para abastecer al pueblo de agua. La fuerza de la corriente acabó por romper la construcción de cemento, pudiendo verse el fragmento de la presa que falta aguas abajo del azud. Aun así, continua existiendo un cierto represamiento, lo que permite que el tramo de río sirva como zona de baño para aquellos que quieren refrescarse en los días calurosos del verano, por que imagino que la frialdad de las aguas en cualquier otra época.
148.4.- Riscos del Águeda (Salamanca).
No puedo resistirme a seguir incluyendo imágenes en el blog de los riscos. Creí que con lo que edité ayer ayer era suficiente, pero hay más que merece la pena mostrarse. Esta zona natural fue declarada como Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Elanios azules (Elanus caeruleus), buitres negros, (Aegypius monachus), águila Culebreras (Circaetus gallicus), águila calzadas (Hieratus pennatus) y alimoches (Neophron pernopterus) sobrevuelan los cielos. La imagen sobrecoge por su belleza. Cuando paré en la carretera, obstruyendo el paso a quien viniese, repetí la foto varias veces para evitar la desagradable sorpresa en casa de que se había producido un fallo técnico, un desenfoque, un juego de luces. Ahora me cuesta escoger entre las que tengo. Es la que muestro como podrían ser cualquiera de las otras tres. Difieren en poco, en el grosor de la franja de tierra, en el ángulo con el que la flecha del río vuela ante nuestros ojos. El escaso caudal hace que los riberas rocosas afloren, que el río muestre sus encías. Un reborde blanco que parece subrayar su cauce. El efecto visual es un prodigio. Si eres capaz de apartar los ojos enseguida, a los pocos segundos, te felicito. No, en realidad te compadezco. Jamás disfrutarás en el Museo del Prado, devorado por la prisa, impedido por la urgencia para demorarte ante lo que merece la pena ser observado.
148.5.- Riscos del Águeda (Salamanca).
En cada recodo de la carretera una parada obligada. En esta imagen conseguí casi alinearme con el río. Es abril y los arbustos, que no identifico, están echando la hoja. No quiero ni pensar el frío que tiene que hacer en diciembre en este valle. El aire frío pesa más que el caliente y se encajona en los valles, del que es a veces difícil sacarlo. Solo el calor del sol a lo largo de la mañana. Pero es que además se trata de un valle esculpido en la roca. En estas condiciones yo también me lo pensaría mucho antes de comenzar la foliación. A ras de suelo ciertamente el río parece poca cosa. Lo vimos más ufano, más crecidito, más chulo, en el Molino de Valeriano, en la zona de Cáceres.
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