sábado, 24 de diciembre de 2011

243.- Río Nonaya a la altura de Rabadiello (Asturias)



243.1.- Río Nonaya a la altura de Rabadiello (Asturias).

El recorrido de aquel día acaba donde comenzó, en el cauce del Nonaya. Aguas arriba. He remontado el curso, un pequeño trecho tan solo, es verdad, pero he avanzado hacia la fuente. Sin embargo, conocer el origen de la cosas no necesariamente nos las explica. El año se acerca a su término. Esta noche comienza oficialmente la Navidad. Y si dijese que no te echo de menos te mentiría. Tu llegada a mi vida tiene tan poca explicación como tu marcha, es solo una zona de rápidos en la corriente, el blanco desangrarse del agua entre las piedras. Ya no quieres mi palabra, rehusas escucharla. Pero yo me muevo con soltura en los silencios, en el olvido del paisaje, en la distancia imprecisa de lo que no queda en el encuadre. Remonté el río hacia el origen y tú ya no estabas, como si no lo hubieras estado nunca, como si todo hubiera sido solo una promesa que jamás se tuvo voluntad de cumplir. Para poder seguir mirando tus ojos oscuros necesito ahora tener memoria de lo no sucedido, mentirme quizás, dejar que mi caminata se detenga en algún meandro del río y decirme que allí comenzó todo, elegir un punto de inicio, decirme que tus ojos baten mis sueños entonces como ahora, rítmicamente, poderosos y tranquilos, con el pulso de lo que no va a detenerse nunca. Para poder volver a ser parte de tu mirada no me basta con remontar el río hacia el pasado, porque estuve en ese paraje solo como visitante, como invitado inadvertido. Una de tantas hojas sobre la orilla. Lo que tus pies hoyan, mientras pasa la corriente, mientras la distancia germina en los frutos del olvido. Pero aun los veo, somnolientos después de haber soñado conmigo.



243.2.- Río Nonaya a la altura de Rabadiello (Asturias).

¿Cuál es la razón de ser de un blog? Supongo que el darse a conocer desde el anonimato. Es mágico comunicarse con gente que no te conoce, que ni siquiera sabes que está ahí. Se puede elegir entre mostrar lo que haces o tratar de explicar lo que eres, aunque sea utilizando claves, escritos que son palimpsestos, textos que no podrán ser descifrados fácilmente. Esta noche llegará la Navidad. Nada tengo contra ella. Tan solo me provoca tristeza. Ayer mismo hice una llamada. Una que debía. A un amigo al que volví a ver este año después de muchísimo tiempo y que fue un reencuentro que yo mismo frustré. Quise explicárselo ayer, no me sentía capaz de mostrarme. En Matrix uno vive sin rostro y sin circunstancias. Hace muy pocos días creo que toqué fondo. Dos decepciones a la vez, una con 8 años de recorrido y la otra de apenas semanas de existencia. En ninguno de los dos casos pedí nada y por eso probablemente nada obtuve. Descubrir que no importas a quienes crees que quieres es probablemente de las cosas más duras. Saber que no te lo mereces te derriba por dentro. Borrón y cuenta nueva. No queda más remedio. Tal vez cerrar el blog, que no se a quien pueda interesarle, que rumbo lleva, si aun le queda recorrido. Yo sigo queriendo a ambas, pero solo es un gesto, casi diría que ridículo. Pero aquí queda escrito. Feliz Navidad a quienes puedan vivirla felices. A los que no sois capaces mi solidaridad. Es muy poco. Pero también todo lo que tengo que pueda serviros de algo.

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