miércoles, 14 de marzo de 2012

253.- Yacimiento arqueológico no catalogado junto a la N-240 (Velillas - Huesca)



253.1.- Yacimiento arqueológico no catalogado junto a la N-240 (Velillas - Huesca).

Las obras públicas son un regalo envenenado para los arqueólogos. Los grandes movimientos de tierras desentierran gran cantidad de yacimientos, vestigios de bienes de patrimonio cultural, dan mucho trabajo. La construcción de una carretera, no digamos ya una autovía que discurre menos pegada al perfil del suelo, con mayor superficie de terraplén y desmonte que una vía de doble sentido, supone mucho trabajo para los arqueólogos, pero que habrán de ejecutar con un plazo de tiempo limitado. En los yacimientos normales el tiempo no es una variable y puede invertirse grandes cantidades de paciencia a la hora de desenterrar el pasado. En la construcción de una infraestructura vial la única opción normalmente es recuperar todo lo que se pueda de lo que el avance de las obras habrán de destruir irremisiblemente. Cabe el desvío del trazado si la importancia del yacimiento es notable. Antes de ejecutar las obras se identifican sobre el plano los yacimientos catalogados y se hace una prospección sobre el terreno de la banda de terreno que ocupara la infraestructura. Por prospección arqueológica se entiende un reconocimiento somero del suelo por parte de un experto, capaz de encontrar indicios en la superficie de la existencia de vestigios arqueológicos enterrados. Una vez se inician las obras, y antes de excavar la caja por la que discurrirá la plataforma de la vía, se harán catas y sondeos a fin de evaluar la importancia de los yacimientos detectados en la prospección y se tratará de recuperar todo aquello que se pueda cuando la afección vaya a ser directa, y de delimitar el contorno del yacimiento cuando la vía vaya a discurrir próxima.

En la colina de la imagen, de forma prácticamente hemiesférica, la prospección arqueológica detecto la presencia de materiales arqueológicos de sílex. Puntas de flechas y lanzas probablemente. El camino que discurre a los pies de la loma era el antiguo trazado de la carretera N-240, una curva que fue rectificada, eliminándose la calzada de asfalto. Esas encinas guardaban sus secretos. Sobre la cúspide de esa loma tal vez se apostaran los cazadores prehistóricos a fin de detectar las posibles presas. Un lugar elevado es siempre un punto privilegiado desde donde hacer fotos panorámicas. Y allí que me fuí sin pensármelo dos veces.



253.2.- Campo de labor en Velillas (Huesca).

Desde la cima de la colina realicé varias secuencias de fotografías para captar una panorámica del corredor geográfico de la futura A-22. Se trata de un paisaje que tienda a la llanura, pero movido, con pequeñas colinas donde crecen los bosquetes de encinas. Cerca de la carretera N-240 la agricultura a aprovecha el terreno menos accidentado, y las parcelas, principalmente de cereal se ven claramente delimitadas por cordones de vegetación arbórea. El tráfico es escaso. No es un eje vial importante. Ni Huesca ni Lérida, las provincias que unirá la futura autovía, son provincias que suelan ser muy tenidas en cuenta en los desarrollos económicos programados por las administraciones estatal y autonómica. El pardo de la vegetación invasora en el campo de trigo, palidece y tiende al rosa salmón. Es un color poco habitual que quizá se deba a la luz más que a la coloración de las plantas. El ovala de la parcela parece una alfombra que hubiera perdido las fibras de tejido en su centro. Ni una nube en el cielo. El aire se ha detenido. Predomina el silencio y la quietud. Me alegro de haber trepado a lo alto de la loma. A cada viaje he de medir más mis esfuerzos y no siempre las caminatas planeadas tienen frutos.



253.3.- Entorno de la Carretera N-240 a la altura de Velillas (Huesca).

La panorámica en la dirección contraria permite ver la localidad de Velillas al fondo, en la margen izquierda de la N-240, enmarcada entre las diminutas montañas de caliza donde se han situado los repetidores de radio, TV y teléfono. Los chopos del cordón de vegetación arbórea que cruza la carretera, de coloraxión verde más clara, tirando al amarillo, delatan que se trata del trazado de un cauce fluvial. Se trata del Río Rija, cuyo punto de intersección con la futura A-22 he de encontrar, y que se ubica cerca del borde derecho de la imagen. No hay caminos transitables para el coche hasta ese lugar, así que me tocará hacer caminata.

1 comentario:

  1. INTERESANTE, NADIE DEL PUEBLO SABIAMOS NADA DE TODO ESTO ES UNA PENA QUE LA GENTE DE AQUI SE ENTERE DE LAS COSAS TARDE

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