jueves, 13 de septiembre de 2012
311.- Laberinto de agua. Parque del Canal (Madrid).
311.1.- Laberinto de agua. Parque del Canal (Madrid).
Los otros cuatro rectángulos del parque no ocupados por zonas de césped son diferentes entre sí. En cada uno se ha ensayado un procedimiento decorativo, aunque con el elemento común del uso del cuadrado para la creación de mosaicos. El laberinto de agua se sitúa en la esquina sureste del parque. Sobre una lámina de agua se han dispuesto caminos que la sobrevuelan, con un círculo central en el centro geométrico de la piscina. El conjunto recuerda vagamente a un laberinto y de ahí su nombre, supongo. Una alineación de pequeñas biotas remarcan el perímetro del laberinto. Como todos los parques de reciente construcción, adolece de arbolado maduro y de cierto déficit de sombra, por tanto. El tiempo subsanará el inconveniente, como ya lo hizo hace unos años con este mismo problema en el parque entorno a la Torre Picasso de Madrid. Cuando era niño el cemento dominaba sobre la vegetación. Hoy día el arbolado ofrece un dosel elevado que aísla el parque de su entorno urbano.
311.2.- Laberinto de agua. Parque del Canal (Madrid).
Madrid es una ciudad sin apenas planificación, pero un caos que deviene en mágico acierto algunas veces. El mejor ejemplo sería la Plaza de la Cibeles, compuesta con 4 edificios de cuatro siglos diferentes. El caso es que empiezo a cambiar de idea en cuanto a la improvisación de la Plaza de Castilla. Pasear por su entorno ofrece innumerables alternativas distintas, cada una con características propias, sobre la forma de mirar sus hitos arquitectónicos. La imagen es pura geometría. Líneas horizontales, verticales e, incluso, otras que la otorgan profundidad y permiten verla en tres dimensiones. Ese cielo con cirros que la abarrota de figuras en vez de vaciar la imagen.
311.2.- Laberinto de agua. Parque del Canal (Madrid).
Cuando visité el parque el único fallo que consideré fue la suciedad del agua. En realidad no lo está. Es agua estancada cuyo periodo de renovación desconozco. Es lógico que genere poblaciones de algas. En realidad si está limpia de objetos y basura, tan habituales en cualquier lugar frecuentado por personas, incluso en parajes de alta montaña si son conocidos por los excursionistas. El cuidado del parque es impecable. También su limpieza. Ni un solo ejemplar de arbolado o tramo de seto ofrece mal aspecto. Las huellas del trabajo de las tijeras de podar y la segadora están en todas partes. Es agua clara, aunque el fondo de los estanques esté verdoso. Durante el tiempo que estuve en el laberinto ninguna otra accedió a él. Imagino que una sola visita basta para experimentar todo la diversión que ofrece. Los parques son para sentarse en los bancos o para pasear. Y las pasarelas sobre las aguas del laberinto quizá no sean el lugar idóneo para abstraerse con la charla de la compañía.
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