viernes, 27 de mayo de 2011

102.- Masa de robledal en el entorno de (Lugo)



102.1.- Masa de robledal en el entorno de Donalbán (Lugo).

La leña de roble, el carbayo, como lo llaman allí, me dijeron una vez que da más calor al arder que la leña de pino, lo hace más despacio y dura más en el fuego. Ahora llueve en Madrid, con truenos y relámpagos incluidos, y eso me ha recordado los fuegos dormidos, que son enormemente peligrosos. Se producen tras una tormenta con aparato eléctrico, mejor si es seca, es decir, sin lluvia, algo muy habitual en el sur. Un rayo incide sobre el tocón de un árbol y el calor que deja en la madera va madurando poco a poco en las siguientes horas hasta conseguir que arda, pudiendo ser el punto de inicio de un incendio forestal. Es un fenómeno no tan raro como pueda parecer, y por eso tras cada tormenta seca ha de extremarse la vigilancia en busca de columnas de humo.

Es raro que los robledales ardan, y por eso mucha gente que desprecia los pinares creyéndoles propiciadores de los incendios. A veces la explicación es tan simple como que los paisanos de la zona ven en el pino un árbol inútil y no lo cuidan e, incluso, procuran su desaparición, incluso arrimando una llama al bosque. Aquellas masas que reportan beneficios económicos a las gentes del entorno suelen estar relativamente a salvo del fuego. Normalmente la identidad del responsable de un fuego forestal es un secreto a voces, es difícil que no lo sepan o sospechen sus vecinos.

La luz que se filtra a través de la floresta deja un verdor en el aire parecido al verdín de los ríos de corrientes mansas. También la tarde se estanca en el tiempo mientras buscó el mejor encuadre. No se que facinación me provocan la visión de los fustes retorcidos dentro de una masa de arbolado.



102.2.- Masa de robledal en el entorno de Valvite (Lugo).

Tratando acceder a la orilla del Río Miño a la altura de la localidad de Valvite encontré esta otra masa de robledal junto al sendero que me permitió bajar hasta el nivel de la corriente. La sensación del interior del robledal es mucho más anárquica esta vez, tal vez porque se trate de un bosque natural mientras el Donalbán proceda de una repoblación.

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