126.1.- Cauce del Río Set a la altura de L'Albages (Lérida).
En contra de lo que dice la lógica, a medida que iba remontando el cauce este se iba volviendo cada vez más parecido a un río de verdad. Cerca del pueblo se desdibujaba entre los campos de frutales. Luego se transformó en un juncal y al fin, un poco más arriba, se hizo por fin patente la corriente de agua. Un chorro apenas, sin mucho empeño por morir más abajo de la pendiente. Hasta el ensanche del valle permitió la aparición de una auténtica chopera. Una hilera con unos cuantos árboles en realidad, pero que rompieron la motononía que venía exhibiendo el paisaje.
126.1.- Cauce del Río Set a la altura de L'Albages (Lérida).
No parece un gran río en este pequeño tramo en que lo ví con más claridad, y hasta la piel del agua se arrugaba al adquirir velocidad y trepar por las piedras. Poco río para una presa, podría pensarse. Pero es cuestión de paciencia. Mientras haya caudal podrá llenarse el cuenco del embalse con la sola inversión de tiempo. En realidad de eso se trata, de disponer de una reserva inmediata que de otro modo sería imposible. La imagen me recuerda al chiste la la serie Los Picapiedra. Los dos amigos cavernícolas van a visitar el Gran Cañón del Colorado. Cuando lo ven es apenas un riachelo que discurre entre sus piernas, en el que apenas cabrían sus pies si quisieran remojarlos. "¿Este es el Gran Cañón del que hablan todos?", pregunta sorprendido Pablo Mármol. "Espérate unos cuantos millones de años y ya verás lo que es bueno", le responde Pedro Picapiedra. La paciencia es la única virtud de la orogenia y la geomorfología. Mover continentes y plegar valles para crear montañas lleva su tiempo. Llenar un embalse es cuestión de semanas. es cuestión de escala.
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