171.1.- Embalse de Guadiloba (Cáceres).
Lo acabo de ver en fotografía de satélite. Desde el cielo el Pantano de Guadiloba tiene forma de dragón, de la subespecie año nuevo chino. En mitad de una inmensa llanura de pastos, de prados verdes moteados por el blanco de los ranúnculos de agua (Ranunculus aquatilis) y otras flores propias de los suelos húmedos de Extremadura. Este trabajo fue un viaje a través del agua por el territorio de Cáceres, que comencé por su desenlace. La capital de la provincia requería mejorar su abastecimiento de agua para consumo humano y se había decidido traerla del Embalse del Portaje mediante su correspondiente tubería, hasta el Embalse de Guadiloba, uno de los que suministra el agua que se bebe en la ciudad. Va que ir reconociendo la evidencia, Cáceres es una de las provincias más hermosas de España. También una de las más singulares. Verde y húmeda en buena parte del año, su verano es sofocante, aunque menos que el de Badajoz, menos proclibe a convertirse en un secarral polvoriento, como le ocurre a ésta otra. La panorámica tiene defectos porque la secuencia de fotos que realice está demasiado extendida. Aun así he preferido agruparlas en vez de ofrecer una sola de ellas, porque el conjunto da una visión más clara de lo que es el pantano, una lámina de agua creada en un pliegue del terreno, en mitad de la inmensa pradera situada al este de Cáceres.
171.2.- Embalse de Guadiloba (Cáceres).
Y si lo que acabo de decir no queda claro en la panorámica, si que quedará patente en esta otra imagen, obtenida en el entorno de la Autovía A-58, desde el camino de acceso al pantano. Como ya hemos visto en anteriores recorridos, las presas suelen aprovechar los accidentes del terreno. El que aprovecha el azud de este embalse queda enmascarado en el paisaje desde este punto de vista. Aunque en todo caso difiere radicalmente de las ubicaciones habituales entre montañas o en la puerta de acceso a un cañón natural. Tanto es así que parece la clásica laguna natural de los altiplanos, como las de Cáceres y Ciudad Real, por ejemplo. Las construcciones de la izquierda son las instalaciones asociadas a la presa, a las que me dirigí, comprobando con mucha sorpresa que eran administradas por el Canal de Isabel II, empresa propietaria de las infraestructuras, aunque supongo que no de los recursos, es decir, del agua.
171.3.- Presa de Guadiloba (Cáceres).
Como puede verse en la imagen, la presa de Guadiloba aprovecha un mínimo desnivel en la planicie asociado al Río Guadiloba, Aguas abajo del azud la pradera es sustituida por un pastizal-matorral arbolado, con encinas dispersas, que no se puede considerar dehesa por que la densidad es muy baja y los pies tienen tendencia a agruparse. Quise hacer algunas fotos desde el camino que corona la presa, tanto del pantano como del río aguas abajo. Me acerque hasta su inicio y la puerta de la verja que impedía el paso estaba abierta. Pero cometí el error de pedir permiso al operario de guardia. Su escueto, rotundo y antipático no lo recuerdo aun, después de los años transcurridos. La último vez que estuve en el Puerto de Bilbao, el año pasado, decidí no volver a solicitarlo y pude acceder a donde no debía estar.
171.4.- Presa del Embalse de Guadiloba (Cáceres).
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