viernes, 19 de agosto de 2011
180.- Río Pisuerga a su paso por Reinoso de Cerrato (Palencia)
180.1.- Río Pisuerga a su paso por Reinoso de Cerrato (Palencia).
El Río Pisuerga a su paso por Reinoso de Cerrato se empereza. Las aguas son tranquilas y oscuras, con plantas acuáticas que pintan de verde claro la superficie del agua junto a las orillas. Hay un puente ya sin uso que cruce el cauce. Medio derruido, la hierba crece en la que ha dejado de ser una plataforma regular, nivelada. Se adivina incluso que falta la mitad del puente que oculta el arbolado. Chopos, sauces y fresnos, la infantería habitual en las riberas de los ríos, cubren ambas orillas por completo. Castilla y León es tierra de silencios. Solo el rumor del agua, apenas audible, me separa de la quietud absoluta.
180.2.- Río Pisuerga a su paso por Reinoso de Cerrato (Palencia).
Algo más allá, cerca, aguas abajo, la vegetación de la ribera se abre y me deja acceder a la orilla, hasta la cabecera del talud de la ribera. En la margen en la que me encuentro predominan las formaciones de juncos, y en el inicio del meandro se inicia una alineación de chopos que mejoran el encuadre. En la otra son los fresnos, de porte arbustivo aun, quienes ocupan la primera línea junto al agua. Castilla y León bien puede ser el punto de partida o el último refugio. La nieve y el calor asfixiante del sol son igual de congruentes en estas tierras. Y los ríos son anchos y calmados, una herida de labios arbolados en el desierto de vegetación que los rodea.
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