domingo, 3 de julio de 2011

142.- Un parque en una calle de Vitoria (Álava)



142.1.- Un parque en una calle de Vitoria (Álava).

este es un homenaje a las mujeres arborescentes, a las que constituyen el tronco de nuestra vida, a las que nos permiten arraigar en la realidad y anclar nuestra atención y esfuerzo a las cosas que importan. Nos dan sombra cuando es excesiva la luz y calcina nuestras energías, cobijo para la lluvia y un lugar de referencia. A veces andamos por las aceras tratando de esquivarlas, aunque otras nos arrimamos al bordillo de la calzada para poder tenerlas en nuestra trayectoria. Nada somos sin ellas y eso no siempre lo sabemos asimilar. Un árbol es hermoso porque es fuerte, estable, y es un volumen que se expande en todas direcciones. Las mujeres lo son por que tienden a abarcar todo lo que somos, a no dejar resquicios en nuestros pensamientos para otra cosa que no sea ellas. Gracias a la bella vitoriana que se prestó a hacer de modelo en la foto. Quería una referencia para dejar en evidencia las dimensiones del árbol, y lo que me dio fue una referencia para saber las dimensiones de la vida.



142.2.- Un parque en una calle de Vitoria (Álava).

Algo en esta mujer me empuja a la alegría. Calzada con unas zapatillas de deporte con un detalle rosa, con esa sonrisa inequívocamente sincera, contagiosa, divertida en extremo. Con su camisa blanca y la pinza en el pelo, no se si sostiene al árbol o es el árbol quien le sostiene a ella, porque lo blande como si fuera una alabardera de la Guardia Real. En posición de descansen y diviértanse. Es alta y fuerte, muestra la franja de piel de su ombligo, morena como toda ella, y no se si es por coquetería o porque la ropa le queda pequeña dadas sus dimensiones. En todo caso me alegro, sea cual sea la respuesta. Me llama constantemente Luis. Usa mi nombre de pila para ponerme en suerte, y cuando se trata de pedir cosas sabe ser zalamera. Me la llevo conmigo para el resto de la jornada.

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