sábado, 30 de junio de 2012

295.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz)



295.1.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).

Cuando recorrí la Etapa 15 del Camino Natural no pude completar el último tramo, el de ascenso al Refugio de Valdoncillo. En la Garganta de las Hoces se perdía la senda que debía seguir. Mejor dicho, dejaba de ser posible recorrerla con vehículo, lo que me obligaba a recorrerla a pie, lo que hubiera supuesto invertir un tiempo del que no disponía. Tras intentar diversos apaños sin suerte decidí recorrer ese trecho desde el comienzo de la etapa siguiente. La etapa 16 la inicie desde un punto próximo a su ensamble con la etapa 17 ya que la ruta más lógica para acceder a la zona era a través de la localidad de Villarta de los Montes. Así que la etapa 16 la hice al revés, dejando para el final del día el tramo de la 15 sin inspeccionar el día anterior y que completé cuando ya el sol empezaba a ocultar detrás de las montañas que me rodeaban. Cuando recorría las mil y una curvas entre pinos que me conducían hasta el refugio llegué a desesperar pensando que no podría completar lo planeado para la jornada. También es verdad que no hacía más que detener el vehículo para tomar fotos. Un bosque de pinos es algo hermoso y sin duda fotogénico. Dentro de la masa es difícil ofrecer en una imagen una visión de la misma, así que cada vez que llegaba un claro que me permitía tomar distancia respecto al arbolado bajaba del vehículo a fotografiar los rodales con aquel verde tan terroso que no he visto en ningún otro bosque, no se si producto del color pardo claro de la tierra.






295.2.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).


Los ojos también se cansan de ver polvo en el camino. El sotobosque del pinar era un descanso para la vista, con su leña cubriendo el suelo que cruje cuando la pisas. Hasta ahora intentaba esquivar el subir al blog fotos en las que se viera mi sombra, mi firma de algún modo. Tras mirar esta imagen empiezo a cambiar de opinión. Aquí mi identidad está representada por el contorno de un trapecio en cuyo interior hay una circunferencia. Es la sombra de mi cabeza y mis brazos por encima de ella, con las manos sosteniendo la cámara de fotos. He quedado reducido a dos figuras geométricas, simples, nada complicadas. Elementales, es decir, no formadas por la combinación de otras. Resumido a unas pocas frases que se pueden expresar en lenguaje matemático. Apenas soy más. Quizás un puñado de sentimientos que sabiamente la geometría ignora y no traduce a su jerga. En un mundo que también tiende a la simpleza, pero en color, verde, azul y blanco, yo soy sombra que se proyecta gris en primer plano, un intruso, alguien que no está invitado, que debería confundirse con el resto de las sombras pero que se delata con unos trazos ajenos a la naturaleza. El sol a mis espaldas y el bosque ante mis ojos. Siento tristeza por no poder formar parte de tanta belleza.






295.3.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).


Me gustan esos árboles que por su elevada talla y delgadez de tronco se arquean y con el viento se mecen como si fueran juntos o trigo mecido por la brisa. Como debe ser, en las laderas orientadas hacia el norte y el oeste los pinos eran más altos y más esbeltos. Las plantas, incluyendo los árboles, crecen hacia la luz, cualquiera que tenga una terraza con plantas lo puede comprobar, inducir a algunas, por ejemplo a los cactus, a crecer en horizontal si la luz más cercana la tiene a derecha o izquierda. Cuando el árbol vive en sombras perpetuas su crecimiento se acelera. La penumbra induce a los árboles a crecer. Cuando hay luz el árbol invierte su energía en fructificar. Por eso los países meridionales facturan fruta hacia el norte y los septentrionales madera para el sur. En Finlandia está el paraíso de la madera, con pinos que crecen rectos y altísimos, dando el mejor rendimiento al convertir su madera en planchas. Claro está que el crecimiento de los árboles mayor en algunos sitios del monte que otros podría deberse a una simple cuestión de edad, de la cantidad de tiempo transcurrido desde que fueron plantados, en cuyo caso mi explicación, aunque válida, no sería aplicable en este caso. Aunque diría que sí. Eran las 5 de la tarde cuando realicé esta foto y la ladera a la izquierda del camino ya se ve en sombra. Demasiado pronto para una orientación hacia levante siendo la fecha que era. Momento: 17 de septiembre de 2011.






295.4.- Etapa 16 del CN del Guadiana. Pinar de pino piñonero (Pinus pinea) en la Sierra de los Bueyes (Villarta de los Montes - Badajoz).


Si la subida al Refugio de Valhondillo fue lenta, por ir controlando la ruta, no perderse en los cruces, buscar los lugares significativos y fotografiarlos, la vuelta, tras llegar al Estrecho de la Murciana y completar así la etapa anterior, fue a tumba abierta. El trabajo de la jornada estaba acabado pero el trecho hasta el hotel era largo y por caminos muy tortuosos. Lo cierto es que puede que no tenga sentido correr para dormir solo en una habitación de hotel, sin siquiera televisión, pero tenía polvo hasta en las cejas y necesitaba no pensar en nada. El camino era ancho así que el peligro fue nulo, pero me recuerdo dando saltos sobre la silla del todo-terreno en cada bache y desnivel de la calzada. Llegar al asfalto fue un alivio para mis huesos cansados. Al llegar a la habitación, tras ducharme y cenar el consabido bocadillo, solía dormirme a las primeras de cambio. Ojalá que de un tirón hasta la mañana siguiente, pero hace años que mis noches son agitadas. Ya se que lo pinto como algo duro, peor lo echo de menos. Los viajes, esa soledad sin nadie, que me parece más verdadera que esta otra acompañada. Ni un solo vehículo me crucé ni en la subida ni en la bajada. Bosque solitario, siquiera frecuentado por gamos y ciervos.

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