lunes, 18 de junio de 2012

289.- Valle del Arroyo Clamor (Binaced - Huesca)



289.1.- Cerca de la cerrada de la Presa de San Salvador (Binaced - Huesca).

Topónimos sonoros. La Clamor, Mombrún, Partida de Alfantega, Los Regueros. Eran las zonas agrícolas que se extendían ante mi, entre la pequeña montaña por la que discurría y la Sierra de San Salvador al otro lado de la zona de vega. Zonas verdes regadas y zonas con la vegetación agostada, de contornos irregulares, con siluetas forjadas por la intersección y el desplazamiento de círculos. De mi lado la retama y el tomillo, la genista y el brezo. Del otro la línea de vegetación que acompañaba al Canal de Zaidín. Cerca de la cerrada, persiguiendo un arroyo de extraño nombre, seco la mayor parte del año. Más en verano, cuando me tocaba buscar su curso para situar la presa del futuro embalse. Clamor parece un nombre lleno de inquina para un curso fluvial en el que rara vez suena el agua.



289.2.- Acceso al Valle del Arroyo Clamor (Binaced - Huesca).

Llegué hasta donde comenzada la pequeña garganta donde se iba a ubicar la presa. El arroyo comenzaba junto a una balsa de aguas lodosas, que también abastecía a una canalización de riego. A la derecha se situaría la presa, que detendría el agua del arroyo en su discurrir de izquierda a derecha, quedando el valle agrícola a la izquierda, por el que había caminado aquella mañana, bajo las aguas del pantano. Cuesta creer que de tan poco caudal pueda surgir un embalse. Es una integral de diminutos diferenciales. Poco a poco se acaba consiguiendo mucho. Si detienes el agua se acumula junto al obstáculo para tratar de rebasarlo. Como el amor. Tratar de cese mi amor por tí es promesa de que viviré para siempre bajo tu influjo.



289.3.- Valle del Arroyo Clamor (Binaced - Huesca).

Justo en el arranque del último tercio del estrecho valle ha de estar situada hoy en día la Presa de San Salvador que, desde la ubicación donde fue realizada la fotografía, la veríamos con el paramento aguas arriba en primer término. El Arroyo Clamor traza una línea en zig-zag, discurriendo por un surco que parece haber sido excavado a modo de canalización. En mitad de la recta final, una vez vuelve a enderezar el rumbo, es donde podríamos situar el azud. Este valle en forma de cuña lo vimos a lo lejos en una anterior entrada. La retama (Retama sphaerocarpa) y la coscoja (Quercus coccifera) ocupan la ladera, aunque sin dar mucha cobertura al suelo. Especies ambas sufridas, lógicas, sobre todo la segunda, en un clima que tiende a la aridez y con veranos probablemente muy calurosos. Estamos fuera del ámbito del arbolado. Siquiera la encina deben crecer aquí con facilidad. Aquellos lugares a los que renuncia esta especie son ocupados por la coscoja, el matorral de color más oscuro.






289.4.- Cerca de la cerrada de la Presa de San Salvador (Binaced - Huesca).


La textura del paisaje. Un concepto habitual en los análisis ambientales, difícil de aprehender, como todos los que tratan de describir y evaluar la calidad del paisaje. Mejor y peor, bueno, malo y regular, son calificativos casi en su totalidad escogidos de forma subjetiva. El juego de texturas, sea exactamente lo que sea eso, es lo que me entusiasma de esta imagen. El campo de cardos agostados en la ladera desde la que tome la fotografía desciende en suave ladera hacia la llanura agrícola, por lo que las distintas superficies según colores y uso del suelo se continúan unas a otras, sin soluciones de continuidad. Es un tapiz desplegado sobre el suelo, casi sin irregularidades. Eso hace más fuertes los contrastes, aunque al tiempo otorga cohesión entre las diferentes teselas. El campo más lejano está siendo regado. Siempre creí que lo correcto era hacerlo a primera o última hora del día, no justo al principio de la tarde cuando el calor es más elevado y la evapotranspiración de las plantas y el suelo aumenta y, por tanto, el porcentaje de pérdidas del agua aportada.






289.5.- Cerca de la cerrada de la Presa de San Salvador (Binaced - Huesca).


De camino al coche para emprender el regreso a Madrid tomé varias imágenes que ahondan en la idea de la anterior. Aquí la suavidad de las texturas es aun mayor. Me fascinan el beige de los campos de cereal agostados hace tiempo cosechados y el verde claro de los campos en riego iluminados por el sol. Paisaje simple con apenas referencias geográficas o de otra índole. Sin elementos humanos, al margen de la propia práctica de la agricultura. Colores y líneas, todas curvas, algo inhabitual, son los elementos que construyen el paisaje. Además, hay algo que procura calma en esta vista. Ojalá nunca hubiera regresado. Estoy exagerando. Creo yo.

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