domingo, 9 de octubre de 2011
196.- Estrecho de la Peña Amarilla (Alía - Cáceres)
196.1.- Peña Amarilla (Alía - Cáceres).
No es extraño que llegara pasadas las dos y media a mi destino. Cuando ya me había prometido a mi mismo no volver a parar vi un mirador habilitado junto a la EX-102. Estrecho de la Peña Amarilla, rezaba un cartel junto a la calzada como reclamo. Y conmigo lo consiguió. Paré a ver que se veía. Y se veía mucho. La ruta por la que había accedido a Extremadura. Arroyos en los que no se apreciaba el discurrir del agua, pero que eran como una torrentera de vegetación. La carretera trepando por la montaña. Y, lo que le daba sentido a todo, unas peñas amarillas, farallones de cuarcita que parecían haber sido manchados a brochetazos con pintura, de ese amarillo que adquiere la yema cuando se fríe y se solidifica. Cuando ya no se puede mojar con pan. Exactamente eso.
El color se debe a un liquen, Acarospora oxytona, que tapiza la superficie de las rocas y les da ese colorido tan llamativo. Las montañas muestran la tortura sufrida por la orogenia terrestres, los movimientos tectónicos, los plegamientos. Imagino que este lugar debe ser como un parque de atracciones para un geólogo. Las capas geológicas no solo no son paralelas al suelo sino que trazan curvas caprichosas. Me acuerdo de mi profesor de la Escuela de Montes, el señor Gandullo, de como disfrutaba cuando en plena excursión por la Sierra de Madrid el autobús circulaba por un tramo de carretera en desmonte, con la roca aflorando a ambos lados de la calzada. Nos pegábamos a los cristales para poder seguir sus explicaciones.
196.2.- Estrecho de la Peña Amarilla (Alía - Cáceres).
Desde este mirador dicen que pueden observarse parejas nidificantes de alimoche, buitre leonado y cigüeña negra. Casi nadie al aparato, tres de las especies más protegidas de la fauna ibérica. El desfiladero fue creado por el avance del Arroyo Jarigüela a través de la montaña de cuarcita. Esta panorámica muestra al frente, en el centro y al fondo de la imagen la ladera que es objeto de atención en la entrada anterior del blog. Muestra la carretera a la izquierda, las peñas amarillas a la derecha, y en el centro el discurrir del río por donde señala el cordón de vegetación. Siempre es así cuando la lámina de agua está oculta o el cauce está seco. Los ríos se vuelven verdes, de mil tonalidades distintas, por que en las riberas de los ríos la vegetación tiende a ser mucho más variada que en las laderas de las montañas, las campiñas o los páramos.
la panorámica está formada por cuatro imágenes sucesivas. Y el engaño está tan bien logrado que la ondulación de los cables del tendido eléctrico en la fusión entre las dos primeras hasta resulta convincente.
196.3.- Estrecho de la Peña Amarilla (Alía - Cáceres).
El mirador en el que me detuve está partido en dos por uno de esos peñascos que le dan fama al estrecho. Desde la mitad más grande y mejor habilitada, con paneles interpretativos y demás parafernalia de uso público, la perspectiva, siendo en teoría casi la misma es netamente diferente. Tomé una secuencia de 5 imágenes, que ayer fundí en una panorámica sin éxito. Una de las fotografías sobra, es redundante. Hoy la he suprimido y el resultado es espectacular. El difícil calibrar las distancias entre imágenes de una secuencia. Si es corta la fusión tiende a complicarse, hay demasiados elementos en demasiadas fotos. Si es muy grande la panorámica tiende a curvarse en exceso. No deja de ser una lotería. En todo caso, si no hay suerte siempre se pueden ver las imágenes de forma individual. Son a tamaño DINA2. Como un póster.
La ladera que se enmarca justo dentro del estrecho es la de la entrada anterior, la que está poblada por un bosque de eucaliptos rojos. En otras palabras, de horizonte a horizonte lo que puede verse en esta panorámica es un aluvión de prodigios. Y no muy lejos está el Monasterio de Guadalupe. ¿No está justificada una excursión?¿Quien se apunta? Podemos comprar queso de cabra incluso, como apunta @Fluture8. No me parece una propuesta descabellada. Está claro que el principal ingrediente de la dieta del ganado ha de ser la jara.
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Pues en cuanto organices la excursión me avisas, que allí estaré.
ResponderEliminarCáceres es maravilloso. Cuanto más conozco más me convenzo. Ese verdor a finales de septiembre es un lujo. Te avisaré, descuida. Mejor con guía. Un saludo
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