viernes, 10 de junio de 2011

122.- Autovía A-66, Vía de la Plata, cerca de Pola de Lena (Asturias).

121.1.- Autovía A-66 vista desde la Estación de Ferrocarril de Campomanes (Asturias).

La llegada a Asturias por la A-66 es como deslizarse por un tobogán. Se toma contacto con el suelo a la altura de campomanes. Seguramente se trate de la carretera más fascinante de España. Parte de Sevilla y acaba en Gijón, atravesando lugares muy diferentes entre sí. Conozco algunos de sus tramos, cerca de Monfragüe en Extremadura, en el corredor que conecta Sahagún en Zamora con León capital, y que discurre por tierras por las que los lobos campan por sus respetos. También por su puesto en su recorrido por Asturias. Fotografíar autovías me encanta cuando puede hacerse desde un paso a nivel. Hago muchas en cada uno de los sentidos de avance, pero rara vez las utilizo para los informes. Parece que no hay nada más alejado de los natural que una carretera. Tampoco nada que agreda al medio ambiente con mayor contundencia. Pero cada vez me fascinan más. Y en su construcción se utilizan cada vez más elementos prefabricados de gran tamaño, que permiten el tendido de grandes viaductos que hacen flotar la vía sobre el terreno.

El cordón de arbolado justo delante de la A-66 delata el trazado del Río Lena. La montaña que hay justo al otro lado da la sensación de ser una antigua cantera. Tal vez para proveer de material a las obras de la propia vía.


122.2.- Autovía A-66 a la altura del P.K. 86 (Asturias).

La gracia de la imagen reside en que en el momento en que la tomé un convoy discurría por el paso elevado de ferrocarril que se ve al fondo. Cuando te dispones a fotografiar un tramo de ferrocarril para documentar un informe y coincide con el paso de un tren te invade una alegría de origen quizás infantil, pero real. Si se trata de una línea de Alta Velocidad casi es euforia, porque es difícil que estés preparado cuando adviertas su llegada, y si no lo estás no es probable que te de tiempo a situarte en el lugar adecuado para que la foto salga correctamente. El paso del tren da contenido a lo fotografiado, lo justifica. Como el paso del ganado si lo que retratas es una vía pecuaria. En este caso tiré dos fotos, y cuando iba a disparar la segunda el tren hizo acto de aparición, se materializó de la nada, irrumpió al fondo del encuadre a través del arbolado, en el momento justo para que pudiera capturarlo. Pues mira que bien. No siempre la vida te regala mala suerte. Como cuando en Teruel casi me atropella el único tren que circuló en todo un día por la lía de ferrocarril convencional que en ese preciso momento andaba pateando.

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