miércoles, 29 de junio de 2011

139.- Playa del Regatón y Ría de Treto (Cantabria).



139.1.- Playa del Regatón, en Laredo (Cantabria).


La playa tiene desnivel en su inicio por que tal vez se trate de un banco de arena en un canal, un bajío en la marisma, en el entorno del lecho de la ría. Tiene por tanto mal acceso y quizás eso explique que apenas sea utilizada por los veraneantes. Es una explicación. Alguna tiene que haber.




139.2.- Playa del Regatón, en Laredo (Cantabria).

La Playa de la Salvé se dobla como un codo en El Puntal y en el otro lado de la lengua de tierra recibe el nombre de Playa del Regatón. Playa inmensa, como todas las de la zona. Y uno que ha veraneado mucho en Alicante tiene la sensación de que está infrautizada. Nada que objetar, por supuesto. El hombre tiende a empeorar el paisaje. No siempre, pero es una tendencia innata. Con lo que hace, con el rastro que deja tras de sí, o con su mera presencia. Nada me espantaría más que esta imagen mostrase cientos de bañistas y personas tomando en sol tumbados en la arena. Hay huellas de un todoterreno en el suelo y me dedico por unos instantes a tratar de descifrar el dibujo como si se tratase de un símbolo con un significado oculto. La mañana está muy avanzada y empiezo a notar el cansancio. En esas situaciones mi mente no solo divaga, como suele ser habitual, sino que además patina, deja de avanzar y se atasca en el análisis de nimiedades o la resolución de falsos dilemas.



139.3.- Playa del Regatón, en Laredo (Cantabria).

El punto de fuga de las líneas paralelas de pisadas es el que quisiera que fuera mi destino. Aquellas masas arboladas junto al agua. Eucaliptos es mi conjetura. En ese momento no tengo claro que hacer. me gustaría recorrer la playa tranquilamente, olvidarme de que estoy trabajando, y dejar mi propio rastro de huellas. Buscar ese punto de fuga que parece atraer todos los pasos. Quisiera fotografiarlo todo y no me resisto a hacer una nueva secuencia de imágenes.



139.4.- Playa del Regatón y Ría de Treto (Cantabria).

La localidad al fondo de la imagen probablemente sea Mazuecas. A medida que dirigimos la mirada más hacia el sur la lámina de agua muestra cada vez más bajíos y bancos de tierra. Una lengua de agua paralela a la marisma subraya la línea de la playa. No hay oleaje que bata en la arena, como si el mar no tuviera fuerza y divagase como yo, abstraído en sus propios problemas, ajeno a lo que le rodea, a las mil y una zonas de tierra que la rodean por todas partes.



139.5.- Plata del Regatón y Ría de Treto (Cantabria).

La Marisma de Santonia, la laguna entre Laredo y Santoña, se forma por la confluencia de varias rías, cursos de agua continental anegados por el mar, que se adentra por sus cauces y los desborda. Aquellos barcos varados en la arena parecen un recordatorio. Lejos de todo y sin posibilidad de iniciar una singladura que los lleve a un puerto más propicio. Barcos escorados que me recuerdan que carezco de un equilibrio estable. Estamos hechos para navegar aunque al final sea más el tiempo que permanezcamos en el dique seco.



139.6.- Playa del Regatón y Ría de Treto (Cantabria).

El verde se insinúa en ambas orillas de la ría. Es un color inesperado, tal vez producto del engaño de la distancia. O del juego de luces causados por las nubes, siempre presentes. No hay cielos despejados en Cantabria en esos días de agosto. Al acabar la secuencia de fotos no puedo resistirme a la tentación de caminar hacia el sur siguiendo las líneas de huellas para robarle más imágenes a aquel día.



139.1/6.- Playa del Regatón y Ría de Treto (Cantabria).

Hoy ni siquiera hemos cruzado un saludo. Y eso me hace sentir triste. Tenerte tan cerca y no saber hablarte es una tortura. Y se que habrá más días como este, áridos y amargos hasta que logré borrar todo rastro de sentimiento. El viaje por Laredo y Santonia se acerca a su fin. Quien dispara la cámara jamás sale en la foto. Por eso no aparezco en ninguna de las que he mostrado hasta ahora, ni se me verá en las que aun quedan. Solo quien quiere sin esperanza puede detener el tiempo en una imagen y hacer que la belleza hable. Por que esta solo se muestra cuando ignora que es observada. Ajena a mis sentimientos podré retratarte en mi memoria y conseguir que tu rostro permanezca en ella para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario