miércoles, 27 de octubre de 2010

35.- Molino de Casa Miudeira (Asturias)



35.- Molino de Casa Miudeira (Asturias)

Aquel buen señor me decía: "¿Cree usted que tiene sentido? Llevo cuidando este molino desde hace muchos años, sin ayuda de nadie. La administración todo lo más me exigen pero no aportan ni dinero ni esfuerzo. Me exigen que cuide el molino por que está catalogado. Y ahora hacen que pase el viaducto por encima". "Ni sentido ni perdón de Dios". Tapar algo tan hermoso con la sombra de una autopista. Pero es el progreso. Ahí seguirá espero, el molino, su canal de derivación, el verdín y las plantas flotantes en la corriente estancada pero clara. "¿Y la vivienda? ¿Van a hacer pasar la autovía frente a las ventanas de de mi casa?". "No se lo digo como disculpa, pero le pondrán una pantalla acústica. La carretera podría pasar por ahí -Estoy señalando a un lugar inconcreto, que trato que se entienda que es lejos por como estiro el brazo y lo dejo rígico-, pero alguien ha decidido optar por lo más molesto para usted". Momento: 11 de abril de 2006.

A veces me ocurren estas cosas. En una ocasión un anciano me estuvo interrogando acerca de cuando pensábamos pagarle las indemnizaciones por las expropiaciones de sus terrenos. No hubo manera de que entendiera que yo no era ni de Hacienda ni de Fomento. A otro le abrí los ojos, por que no se le había ocurrido nada mejor a la Consejería de Obras Públicas del Principado que plantarle una depuradora junto a la parte trasera de su casa. Tubo gracia. Es un decir. Llegue a una explotación agrícola. Y cuando salieron a mi encuentro los propietarios, un matrimonio, les dije que iba buscando el emplazamiento de una pequeña depuradora que iban a construir. "Ah, sí, dijo él. Ve usted ese poste de la línea de alta tensión que hay allí a lo lejos, pues justo al lado, en el recodo del río". "Me temo que no, según mi mapa la van a construir aquí". "¿Como que aquí - dijo ella-, ¿junto a la ventana de mi dormitorio? Eso no tiene sentido. Además, ya nos explicaron en la reunión de vecinos...". "Señora, puedo estar perfectamente equivocado, pero en el mapa que tengo aquí queda perfectamente claro que va a ser donde le digo. Habrán cambiado de parecer, habrán rectificado el proyecto. Pero por lo que se desprende de la información que aquí pueden ver, va a ser donde les indico, y bien que lo siento". Les di copia de los planos. Espero que montaran una bien gorda. Por que si realmente no hubo rectificación del proyecto, que creo que no, les habían mentido como a bellacos.

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Jordi Culé escribió:
Rokko, y ante esas "aventuras", no sufres por tu integridad física? que marrones te tienes que tragar macho!


No, mi integridad física no ha corrido peligro nunca por causa de la gente. Más bien al revés. Los habitantes de los pueblecitos suelen agradecer las visitas desde lo más profundo del alma. A veces me he quedado charlando con alguien en mitad de ninguno sitio por que los dos agradecíamos una presencia humana después de un largo día a solas. En Madrid soy hasta huraño, por en los viajes me vuelvo muy locuaz a veces. Conversaciones y situaciones curiosas he tenido algunas. Lo que si hago si se presta la ocasión es advertir a algunos de los desmanes que van a cometer en sus propiedades. Pero lo normal es que pase el día entero sin hablar con nadie. Lo que está claro es que si existen las abducciones yo tengo que tener implantado en el cuerpo el kit completo de chips extraterrestres, por que he estado en sitios sin el menor rastro de presencia humana.

Espera, ahora que recuerdo me pasó hace poco en Cabo de Gata algo que me alteró bastante. Conducía por un caminito asfaltado que serpenteaba por el desierto en busca de una rambla. Tenía que fotografiarla por que iba a ser cruzado por un tendido de tubería para riego. Cuanto más árido es un territorio en España más rentable es regarlo. Paradojas de la piel de toro. Como el camino se pegaba al terreno y la rambla estaba excavada casi a dos metros de profundidad, el cruce con la carretera quedaba perfectamente oculto del resto del camino y del entorno. Cuando llegué vi un coche aparcado y a unos tipos con bastante mala pinta. Aclaro que estuve casado una vez con una marroquí, así que estoy perfectamente al tanto de que los moros pueden tener también una pinta estupenda. El caso es que pasé de largo. Al cabo de unos minutos di la vuelta. Y cuando volví al cruce de la rambla, vi que dos de las personas discutían con cierta violencia, bueno la violencia la ponía uno solo, y que un tercero después de buscar en el maletero corría hacia los que forcejeaban con una llave inglesa monstruosa entre las manos y una expresión en la cara de tener muchas ganas de crujir cráneos. Sabía que el grupo lo completaba una chica por mi primera pasada. El momento que pasé junto a ellos pareció eterno y me dio tiempo a meditar sobre la necesidad, oportunidad y conveniencia ética de parar el coche. Hubiera podido escribir un tratado sobre el asunto por que el tiempo se dilató de forma absurda. El caso es que volví a pasar de largo. Un kilómetro más adelante vi a la chica caminando sola por el borde de la carretera. Había abandonado aquella compañía tan poco agradable. Cuando llegué a una carretera algo más principal me sentí fatal. Tanto que sentí la necesidad de parar el coche. Hice una llamada telefónica a alguien a quien quiero mucho. Le expliqué lo que había pasado y lo mal que me sentía por no haber hecho nada. Me dijo que había hecho bien, etcétera. Como creció en Medellín sabe cosas de las que yo jamás llegaré a enterarme, siquiera a imaginarme. Algunas pocas me las ha contado cuando el vino le ha suavizado sus inhibiciones. Ella me prefiere cobarde y vivo por que perdió a un hermano en un tiroteo. Pero cuando colgué me dije a mi mismo: "Tu verás lo que haces pero hay que volver". Yo no se tú, Jordi, pero yo a Pepito Grillo lo odio con una pasión que traspasa fronteras y épocas. Por tercera vez recorrí el caminito asfaltado, esta vez con muy poquitas ganas. Iba sopesando mis opciones. Sacar mi Star de la guantera. Bueno eso no que no voy armado. Embestir con el coche y rezar para atropellar a la gente correcta. Comenzar a armar bulla con el claxon. Desempolvar mi árabe. Inshala y sucram es todo lo que se. ¿Por que prestaría más atención a mi mujer, puñetas? Bueno, ya llegaría allí e improvisaría como buen español. Pero muy poquito antes de llegar a la rambla me cruce con el coche. Conté tres cabezas humanas y todas me parecieron erguidas y sanas, pero tampoco podría jurarlo. Me pareció significativo que ninguna persona ocupara el asiento del copiloto. Supongo que nadie corrió peligro aquella tarde, pero mientras te escribía esto he recordado la cara de terror de aquel pobre diablo, suplicando a gritos mientras veía acercarse a todo correr al tipo de la llave inglesa. ¿Un susto para que se diera prisa en pagar una deuda pendiente? Lo más probable. Yo pagaría. Si pudiera. Por que lo que vi en Cabo de Gata fue mucha basura, basura real me refiero, los campos regados de latas, plásticos y escombros, laberintos inmensos de invernaderos y mucha gente deambulando por los caminos de tierra, las ramblas, las trochas y los descampados como sin propósito alguno y sin destino concreto. Estuve el resto de la tarde, ya quedaba poco tiempo de sol, bastante abstraido. No había recordado todo esto hasta empezar a escribirlo. Tampoco en este lance corrí realmente peligro. Pero si bastante vergüenza. Otro día colgaré alguna foto de este viaje. En especial una que al hacerla me permitió hacerme una idea aproximada de lo que supone ser un esclavo en pleno siglo XXI. Otro día quizás. Ahora no, por que me noto demasiado propenso a estas horas hacia la melancolía. Buenas Noches, Jordi. Mañana me voy a Asturias y según parece me lloverá durante todo el viaje. Lo considero apropiado.

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