miércoles, 27 de octubre de 2010

36.- Río Porcia, en el entorno de Tapia de Casariego (Asturias)



36.- Río Porcia, en el entorno de Tapia de Casariego (Asturias)

El reflejo de la vegetación en el agua, el verde amarillento, casi color sabia de la corriente, me ha recordado a algo que le escuché una vez a un experto en la pintura de Rubens. Tras años de estudiarlo y apreciar su arte, solo había comprendido su maestria una vez que mirando un cuadro del Prado, uno en que unas mujeres están reunidas en un prado, vio que el rojo de la tela sobre la que estaba sentada una de ellas tiena ecos en su piel pálida. Algo tan sútil, tan innecesario solo puede ser preocupación de un genio. Si eso es así la naturaleza también goza de esa genialidad.

El lienzo en cuestión es "Diana y Calisto", obra de tema mitológico del pintor flamenco. Como esta es la primera foto que amplia la colección primitiva de imágenes de viajes lo voy a celebrar contando una historia que si puedo meto con calzador en algunas conversaciones cuando de lo que se discute es de como se supone que somos los españoles como pueblo. Tema del que se dicen muchas tonterias basadas en los tópicos interesados. Decir lo que dice todo el mundo evita el esfuerzo de tener que pensar, que es algo cansado, suele colocarte en el bando exiguo de los que opinan lo contrario y rara vez produce frutos. El mito a desmontar sería la supuesta mojigatería de los españoles. Si, supongo que habreis visto muchas películas en las que nos explican lo progresistas que han sido siempre los franceses en el asunto de los lances amorosos. Ja. Felipe II le encargó a Corregio una serie de lienzos de tema mitológico, con anécdota, vamos a decirlo así, picante. Las andanzas de Zeus cepillándose a todo ser de buen parecer, hombre o mujer, que tenia al alcance de la vista. La gracia estaba en que en cada empresa se transformaba en un animal o elemento extraño para burlar las defensas de sus presas. Para llevarse a Europa al catre se transformó en toro alado, para hacer lo propio con Danae se transformó en lluvia de oro, para capturar a Calixto se convirtió en águila. En el caso de Leda se presentó ante ella en forma de cisne, y un día que la muchacha estaba a la orilla de un río, se subió a su regazo y, vamos a decirlo así, tuvo un momento Kit-kat. Este momento de relax lo plasmó Corregio en uno de los cuadros de la serie, en el que pudía verse algo bastante novedoso, la cara de Leda orientada hacia el espectador monstrando la expresión durante un orgasmo. Todo esto en el siglo XVI, que hay gente que se piensa que el progreso acaba de llegar a la estación de Atrocha gracias a los clips de Lady Gagá. El cuadro fue copiado por algunos de los pintores de cámara del Rey, entre ellos creo recordar Maino y Martínez del Mazo, el yerno de Velázquez. Pintores de primera categoría. Por visicitudes el lienzo terminó recalando en francia y ahora se exhibe en la Gemäldegalerie de Berlín. Lo cierto es que si la colección completa de la corona española hubiese quedado intacta, no solo tendríamos en el Prado la mejor pinacoteca del mundo sino la mitad de lo que merece la pena verse en el mundo. El caso es que en su paso por Francia el cuadro fue mutilado para eliminar esa expresión de éxtasis en la cara de Leda, por que se juzagaba escándaloso mostrar el placer sexual de las mujeres. Como era el cuadro que pintó Corregio puede saberse por que durante su larga estancia en la muy mojigata España no solo se respetó la voluntad del pintor sino que se hicieron copias para preservar su obra y propagar su idea. Por eso cuando me cuentan historietas sobre la Inquisición, para ver si el complejo por ser españoles acaba cuajando por fin, me río por dentro a base de bien.

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