martes, 6 de diciembre de 2011

232.- Sierra de Cameros (Cabezón de Cameros - La Rioja)



232.1.- Sierra de Cameros (Cabezón de Cameros - La Rioja).

Y aquí es como volvemos al principio de esta serie de entradas en el blog, a un lugar sin concretar de la Sierra de Cameros, a un paraje perdidos entre los montes que separan los valles del Iregua y el Leza. Un ejército de pinos silvestres (Pinus sylvestris) formando en cuadro parece avanzar tras de mí por la misma carretera sin tránsito. Me detengo para fotografiarlo y admirar su marcialidad. Como las tropas ent del Señor de los Anillos, es un bosque en marcha que busca venganza. Por un efecto óptico se diría que se mueve para ocupar el camino asfaltado por los hombres, el único vestigio de la civilización en aquellos parajes. También están los postes de los tendidos eléctricos, es verdad, pero son tan parecidos a los árboles que quizá no les vean como intrusos. El drama es que los pinos ignoran que también son un síntoma de esa civilización que tratan de hacer retroceder. Producto de la forestación, sin la alianza con el hombre probablemente habrían sido barridos por hayas y robles. Y esa disciplina es el rasgo que delata esa alianza. Un árbol en cada hoyo y un marco de plantación para alcanzar la densidad de arbolado deseada.



232.2.- Sierra de Cameros (Cabezón de Cameros - La Rioja).

Algo más cerca del escuadrón de pinos se observa la existencia de una avanzadilla dispersa por el páramo de enebros (Juniperus oxycedrus) y algún pino joven surgido por la dispersión de la semilla de los árboles militarizados. El escuadrón está escindido en dos alas, y su flanco derecho está protegido por un cuerpo auxiliar de hayas (Fagus sylvatica). Estamos a unos 1.100 metros de altura y la elección del pino silvestre para la repoblación es correcta. Es la única especie del género capaz de aguantar los fríos intensos del invierno. No es que sea relevante ni tenga mucho que ver con la imagen, pero recuerdo que aquel día escuchaba en la radio del coche un debate importante en el congreso y en este preciso momento Rajoy le echaba en cara a Zapatero el ser alguien empeñado en montar sobre un tigre enrabietado. Aquel día el líder del PP estuvo brillante, aunque el aparato mediático del Grupo Prisa se encargó de rebajarle los méritos y apuntárselos. Mientras tomaba las fotos escuchaba las intervenciones a través de las puertas abiertas del vehículo. La radio acompaña muchos, y en días de invierno la compañía se agradece más si estásen ruta. Me hubiera gustado saber que opinaban los pinos sobre el tema. probablemente hubieran decidido marchar sobre mi coche y sobre mi.

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