viernes, 23 de diciembre de 2011

241.- Valle del Río Camuño (Salas - Asturias)



241.1.- Valle del Río Camuño (Salas - Asturias).

El valle del Río Camuño no es más que una vaguada angosta y empinada, pero por su línea más baja discurre un río, oculto entre el arbolado, presuroso por mezclarse con el Nonaya, que espera al pie de la cuesta. El río juega al escondite con nosotros. Ni siquiera vemos un cordón de arbolado que marque su huella vegetal. De hecho, podríamos jugar con esta imagen a adivinar por donde discurre el cauce como si fuera una variante de "¿Dónde está Wally?". Pero es que tampoco estoy seguro de que este a la vista, aunque camuflado. Si no tuviera más opción que apostar lo haría a la mancha de bosque de frondosas que ocupa la mitad inferior de la ladera derecha. Las matas de laurel situadas en primer término nos quitan visión y ayudan a fomentar el misterio. Pero el río está ahí. Miro el mapa para comprobarlo y veo que una vez más he perdido. El Camuño traza un meandro de casi 90º para redirigir su avance, primero cruzando ante mi de derecha a izquierda, al pie del desnivel que hay justo delante de los laureles, y después por el fondo de la ladera cubierta de pinos.



241.2.- Cauce del Río Camuño (Salas - Asturias).

Al igual que me ocurre con otros tipos de fotos captadas en mis viajes, por ejemplo las de arboledas vistas desde su interior, poco a poco voy sabiendo apreciar estas en que se muestras los ríos de poca entidad vistos a corta distancia. Ante la falta de referencias que hagan del todo comprensible la imagen uno puede recrearse en los detalles, en los titubeos de la corriente, que recorre en algún punto el cauce a lo ancho y no a lo largo, en la playa de guijarros, en las raíces de los árboles que se descalzan antes de mojar sus pies en el agua, en el reflejo del cielo en el lecho, que parece una mariposa plegando sus alas, capturada en un solo fotograma de su secuencia de vuelo. Asturias tiene parecida capacidad para ubicar paneras en el paisaje como para situar río, arroyos y regatos en los mapas. Sobre este punto sobrevuela ahora el viaducto de la A-63, sin que probablemente se haya vulnerado en lo más mínimo la intimidad que en aquel entonces, cuando viaje a Salas, procuraba el arbolado al río.



341.3.- Cauce del río Camuño (Salas - Asturias).

Pegado a la pared discurre el río, que se remansa e incluso forma una playa de guijarros gracias a una minúscula presa de piedra, seguramente construida para crear una zona de calma en la corriente y permitir la pesca. Era algo habitual en los ríos del norte, mañas rudimentarias para incrementar la posibilidad de las capturas. Los dos árboles de la ribera se estiran buscando la lejanía del barranco, supongo que huyendo de la zona de sombra creada por la pared. Y en esas estamos todos, en alcanzar la luz, en olvidar lo que nos oscurece, en aplicar un control de daños a nuestros errores, en sobrevivir a lo que parecía un sentimiento. Porque todo es y nada es lo que parece, y si la vida una y otra vez se escinde en realidad y apariencia para volver a fundirse, solo la certeza rompe ese ciclo. Te quise. Y supe, o solo creí, que tú también a mí. Ahora la certeza del desamor me aleja del barranco en un gesto forzado que me desgaja por dentro.

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